La estrategia que tenía un abuelastro para cometer abusos: la niña confesó y conoció la lamentable historia de su madre

La joven comenzó a ser víctima de los tocamientos indebidos del sujeto a sus 9 años. Desafortunadamente, la familia materna de la víctima habría mostrado su postura a favor del presunto abusador

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La joven vivió episodios de profunda tristeza y tenía constantes pesadillas - crédito Conducta delictiva/Instagram

La rebeldía de Camila, un joven que en la actualidad tiene 17 años, era inexplicable para sus familiares, que consideraban que era una etapa más acorde a su edad. Sin embargo, se trataba de una reacción a los constantes abusos de los que fue objeto por parte de su abuelastro.

Su tortura inició a sus 9 años, cuando sus padres decidieron separarse, razón por la que su mamá y ella se fueron a vivir a donde sus abuelos en Cali.

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En un principio no vio nada raro en el sujeto, incluso, lo consideraba como “el mejor abuelo del mundo”, pero rápidamente esa percepción cambio cuando el sujeto recurría a juegos, que terminaban en actos pervertidos.

Cambios repentinos en el rendimiento
Cambios repentinos en el rendimiento académico puede ser una de las señales de alarma que comenzó a mostrar Camila - crédito Sofía Toscano/Colprensa

“Decía que íbamos a jugar y eran cosquillas, luego que acariciar que una cosa que la otra. Después del tiempo se volvió incómodo, maluco. Se volvió brusco y no me tocaba como con cosquilla, sino que ya eran toques que no son de un juego“, relató la joven a los periodistas de Conducta Delictiva.

La joven recuerda que su abuelastro es una persona de carácter fuerte, que con su abuela y demás miembros de la familia actuaba con grosería y arrogancia, pero ante la sociedad era una persona ejemplar, que asistía con frecuencia a la iglesia. De hecho, según Camila, el sujeto era de los primeros en reprochar los casos de abuso sexual que se informaban en los noticieros.

“Él siempre daba la opinión, no había momento donde se quedara callado y era típico de que tenían que pagar, que yo no sé qué, que tenían que ir a la cárcel y yo pensando qué raro, ¿por qué lo hacen?“, explicó la menor.

Y es que el familiar cada vez intensificaba los abusos, aprovechando cualquier momento a solas con la menor para realizar tocamientos indebidos.

La joven a sus 15
La joven a sus 15 años confesó a su mamá los abusos - crédito Sergio Acero/Colprensa

“Era como una necesidad de él. Fuimos a comprar un arroz y me acuerdo que volteó por una calle y estaba sola, la carretera estaba sola y me mandó la mano para atrás y me acuerdo que me dijo: ‘Venga por última vez’. O sea, antes de que me fuera para donde mi mamá. Él iba manejando y mandaba la mano para atrás y yo sí me corría hasta la punta de atrás de la moto para que no alcanzara. Llegó a la casa sin el arroz, llegamos a la casa sin nada”, dijo.

Estos episodios desataron una profunda tristeza y pesadillas en Camila, lo que más tarde fue diagnosticado como una fuerte depresión.

Camila, cada vez que podía, pensaba en cómo morirse. A sus 15 años fue su último intento. “Yo me tomaba unas pastillas de mi tía abuela, que son para dormir y otras psiquiátricas (...) Yo en el colegio mantenía con sueño, me aburría, me daba mal genio que medio me hablaran y me aburría estudiar. Y así mantenía”.

La niña, con ese secreto que no se atrevía a contar por miedo a que “la familia se separara”, decidió con valentía contar lo que le sucedía por culpa de su abuelo en una carta dirigida a su mamá.

“Me acuerdo que en la carta le había dicho cómo me sentía y le conté. Le dije simplemente que un familiar de ella estaba haciéndome eso”, relató la joven en la entrevista.

La joven, su mamá y
La joven, su mamá y una familiar más interpusieron la denuncia contra el abusador - crédito Amnistía Internacional España

Camila recibió la confianza de su mamá, que creyó en su testimonio y aprovechó el momento con su hija para confesar que ella también había sido víctima del mismo abusador, su padrastro.

“Fue ese mismo día, fuimos a un parque y nos sentamos nosotras dos horas por allá lejos y ella me empezó a contar lo que le había pasado a ella. Me empezó a contar y me dijo así de una, fue él, y yo le acepté y le dije que sí y me puse a llorar más”, agregó Camila.

Las dos mujeres, y otra familiar más, decidieron interponer la respectiva denuncia ante las autoridades, lo que llevó a la captura del presunto abusador. En efecto, esta situación “separó” a la familia de la mamá de Camila, que se habría puesto del lado del abusador.