En pleno funeral de Miguel Uribe Turbay, un guardia militar que custiodaba su féretro se desmayó: quedó en video

El 11 de agosto de 2025 será una fecha que quedará marcada en la mente de millones de ciudadanos. Miguel Uribe Turbay, senador y aspirante a la Presidencia de Colombia, fue oficialmente reportado como fallecido tras más de dos meses de permanecer en estado crítico.

Su muerte desató una serie de actividades y homenajes en todo el país, que, junto con sus honras fúnebres, finalizaron en la tarde del miércoles 13 de agosto, cuando sus restos fueron enterrados en el Cementerio Central, donde también reposan los despojos mortales de sus abuelos Julio César Turbay y Nidia Quintero, además de su madre, Diana Turbay.

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Pero antes de este acto final, desde las 12 del mediodía se llevó a cabo una misa y una serie de eventos musicales en la Catedral Primada de Colombia, en el centro Bogotá, coordinados por la hermana del senador, María Carolina Hoyos.

En efecto, la custodia del féretro contó con el apoyo de un equipo integrado por miembros del batallón Guardia Presidencial, de los cuales, uno de los militares presentó una eventualidad que tuvo que ser atendida de urgencia por algunos asistentes a la misa.

Al parecer, el uniformado perdió el conocimiento y se desplomó ante la mirada de los presentes. Luego, fue auxiliado por escoltas, un militar y un religioso, que lo trasladaron a un costado del interior de la catedral para que se recuperara. El acto continuó pese al percance que tuvo lugar cerca del altar donde reposaba el féretro de Uribe Turbay.

Hasta el momento se desconoce el estado de salud del uniformado ni qué pudo haber provocado el desmayo, que paralizó por unos momentos la ceremonia.

Durante la ceremonia en la Catedral Primada, la esposa de Miguel Uribe, María Claudia Tarazona, dedicó unas palabras de recuerdo para toda su familia.

“Desde el atentado, Miguel estuvo en cuidados intensivos dos meses, donde luchó por mantenerse con vida como solo él lo hubiera podido hacer, como un titán”, expresó al iniciar su discurso.

Reconoció el trabajo del equipo médico de la Fundación Santa Fe y destacó que “estuvo a la altura del más grande guerrero”.

La esposa de Uribe Turbay lo describió como un soñador cuya mayor aspiración era compartir la vida con su hijo: “Entre todo lo que soñaba mi esposo, lo más importante era no perderse un minuto de la vida de Alejandro, pero desde el cielo podrá estar acompañándolo”.

También destacó el cariño de Miguel hacia sus hijastras: “María, Emilia e Isabela siempre tendrán el mejor recuerdo de Miguel, como el ser humano más generoso y amoroso que haya existido jamás, que las acogió como sus hijas, las amó como un padre hasta el último día de su vida”.

Recordó la tragedia que marcó a su esposo con el asesinato de su madre, la periodista Diana Turbay, y expresó su pesar porque esa historia se repita en su familia: “Miguel no quería que se repitiera lo que él tuvo que vivir a sus cuatro años y que dolorosamente hoy mi hijo amado, Alejandro, está viviendo”, concluyó.

Mientras que su padre, Uribe Londoño, hizo un llamado a la unidad y sugirió que ya se conoce a los responsables del asesinato, con la vista puesta en 2026.

“Álvaro Uribe vio y reconoció en Miguel el liderazgo del futuro, la nueva política. Y por eso lo invitó a participar en las filas de su partido. Juntos construyeron propuestas concretas sobre las principales dolencias de sus compatriotas, como si supieran que el tiempo sería inexorable. Hoy, las ideas de Miguel están más vigentes que nunca”, expresó.

Al referirse a la violencia que ha marcado a su familia, Uribe Londoño recordó el asesinato de su esposa, Diana Turbay, y ahora el de su hijo. “La guerra de la que Miguel tanto nos alertó en todos y cada uno de sus discursos y que no queríamos que regresara, volvió y tocó otra vez la puerta de mi familia. Primero, llevándose la vida de mi esposa y ahora la de mi hijo. Como nuestra familia, millones de compatriotas tendremos que cargar con ese profundo dolor por el resto de nuestras vidas”, afirmó.

Insistió en que la violencia tiene responsables, aunque evitó señalar nombres. “Esta guerra tiene culpables y responsables. Lo sabemos. No tenemos ninguna duda de dónde viene la violencia. No tenemos duda quién la promueve. No tenemos duda quién la permite. Tenemos que plantar cara a esto y decir no más”.

El cuerpo del precandidato presidencial fue conducido al Cementerio Central, en la calle 26, donde recibió sepultura tras concluir el funeral.