Padre de menor asesinada mientras pescaban contó cómo fueron los minutos posteriores al disparo: “Papi, no puedo respirar”

Tres días después de que el país conociera de la muerte de una menor de 12 años en zona rural del municipio de Rionegro, Santander, tras recibir un disparo mientras transitaban, al parecer, por un terreno privado, el padre de la pequeña contó detalles de los momentos de angustia posteriores al ataque.

Carlos Alberto Gómez, padre de la menor, aseguró que todo comenzó cuando tomó la decisión de irse de pesca con su hija y un amigo en medio de sus planes de fin de semana.

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Sin embargo, cuando retornaban de la actividad por la vereda El Bambú, optaron por cortar camino atravesando un predio privado. Fue en ese momento que el grupo se topó con Nelson Rodríguez Anaya, presuntamente bajo efectos de alcohol, quien les increpó.

“Nos dijo que eso era propiedad privada y que nos fuéramos por el río. Nosotros no dijimos nada, seguimos tranquilos porque no estábamos haciendo nada malo”, relató Gómez en declaraciones recopiladas por Vanguardia.

Pese al llamado, decidieron continuar su camino. Al cruzar el río, resonó un primer disparo. Poco después, un segundo balazo hirió a la menor.

“De un momento a otro sonó otro tiro, miro y la niña me cae al piso y me dice: ‘Papi, no puedo respirar’. Cuando la vi ya tenía un tiro en la garganta”, compartió el padre, aún impactado por el horror del momento.

El informe judicial conocido por el diario regional cita que Rodríguez Anaya habría salido de su predio armado con una escopeta el viernes sábado 9 de agosto, exigió a las víctimas que apagaran las linternas y se retiraran, y pese a las amenazas, disparó en dos ocasiones.

Una de las balas impactó a la niña, quien fue llevada de urgencia a un centro de salud, aunque los médicos no lograron salvarle la vida.

La captura de Rodríguez Anaya se produjo en flagrancia. En audiencias preliminares, la Fiscalía le imputó los delitos de homicidio agravado en concurso con porte ilegal de armas, y un juez dictó contra él medida de aseguramiento en centro carcelario.

Sin embargo, el dolor de perder a una hija marcó para siempre la vida de Carlos Alberto Gómez, quien expresó su gratitud a la comunidad que lo ha rodeado en medio de su dolor, además de aportar para los gastos funerarios ante la escasez de recursos

“La comunidad nos está ayudando bastante porque somos de bajos recursos”, señaló Gómez.

Asimismo, el padre de la menor pidió a las autoridades judiciales que se le imponga una condena justa al presunto atacante, mientras la Fiscalía General de la Nación adelanta la investigación para determinar la responsabilidad del sospechoso.

“Yo lo único que pido es que hagan su trabajo bien hecho y que le den el castigo que se merece”, comentó el padre.

El incendio que afectó a un refugio improvisado en la zona que conecta los sectores de Cañaveral y Lagos, en Floridablanca, generó inquietud entre los residentes luego de que un perro quedara atrapado en el interior durante el siniestro.

Este episodio, ocurrido en la noche del 10 de agosto, dejó pérdidas materiales importantes y elevó las sospechas de la comunidad sobre la presencia policial en el área antes del siniestro, de acuerdo a lo informado por Oro Noticias.

Los reportes señalan que el cambuche servía como hogar tanto para Jhon Fredy Rua, un conocido habitante de calle, como para varios perros bajo su cuidado.

“Fue violentado él en su cambuche en la parte de abajo que él vive en el lado del puente, en la base, en el cual, siendo testigo, no me consta, pero un testigo que pasó en un carro, dice que anoche estaba la Policía ahí, en el cual estaba un integrante de la policía allá, y al parecer quemó el cambuche donde él vivía con sus perritos”, relató Gustavo Alfonso Salazar, uno de los habitantes del sector, cuyo testimonio fue recogido por el medio local.

La gravedad del hecho radica en la pérdida de suministros esenciales para los animales, como “dos bultos de concentrado, probióticos y medicinas”, así como en el sufrimiento emocional derivado del ataque.

Rua, afectado directamente, expresó su indignación: “Esto es un atropello, un atropello animal, un atropello ambiental, ¿cómo le podemos llamar a eso? Estaba el perro amarrado, había dos bultos de concentrado, prácticamente los probióticos de ellos, había un cajón donde tenía medicina para ellos, por si se enferman, por si alguna cosa. Que me dejen tranquilo, que me dejen tranquilo, que igual eso es el hábitat natural”.

A pesar de la tensión que suscitó el episodio, las fuentes consultadas indicaron que el perro atrapado fue finalmente rescatado y no sufrió lesiones, aunque las principales pérdidas impactaron los víveres y enseres destinados al bienestar de los animales que Rua cuida.