Paciente con cáncer falleció y días después la EPS autorizó la entrega de los medicamentos: “Una muerte que pudo evitarse”

La hija de la víctima denunció negligencia médica en la atención que le fue brindada a su familiar durante meses

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La ciudadana falleció tras meses
La ciudadana falleció tras meses de intensa lucha y una nula respuesta del sistema de salud, según sus familiares - crédito Suministrada

La ibaguereña Diana María Castillo Trujillo denunció que la muerte de su madre, Amparo Trujillo Villegas, pudo evitarse, asegurando que las entidades responsables de su atención médica le fallaron, pues considera que es notable la deshumanización y la negligencia en el sistema de salud colombiano.

“Durante años, mi mamá le dijo al sistema de salud colombiano que algo en su cuerpo no funcionaba. Que le dolía el estómago, que todo lo que comía le caía mal, que se sentía débil, que algo en su hígado no estaba bien. Que se mareaba hasta quedar postrada en cama. Nadie escuchó. Ningún médico ordenó un examen profundo, ninguno se detuvo a mirar más allá de los síntomas. La respuesta siempre fue superficial, pasajera, evasiva”, declaró en una columna publicada en medios locales.

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El texto lleva por nombre “Una muerte que pudo evitarse: el silencio del sistema de salud frente al dolor de mi mamá”, en el que contó que Amparo Trujillo Villegas fue diagnosticada con cáncer de páncreas con metástasis en el hígado, etapa cuatro, el 17 de enero de 2025. El diagnóstico llegó tras años de consultas médicas en las que, según relata su hija, las quejas y síntomas persistentes nunca recibieron la atención adecuada.

Ningún profesional ordenó exámenes exhaustivos ni profundizó en las causas de su malestar. Del mismo modo, relató que la atención médica estuvo a cargo de Sanitas EPS, la IPS Health and Life y la farmacia Cruz Verde, donde vivió una serie de irregularidades que, según la denunciante, agravaron el sufrimiento de la paciente y su familia.

Tras el diagnóstico, la familia enfrentó demoras reiteradas en la autorización y entrega de tratamientos. Los trámites administrativos se multiplicaron, y la obtención de medicamentos esenciales para el manejo del dolor, se convirtió en una carrera de obstáculos: “Ella con un dolor insoportable para recibir sus medicamentos controlados que no se consiguen en farmacias y era muy difícil que tuvieran empatía, era muy difícil que atendieran los requerimientos de manera pronta, era muy difícil que hicieran las cosas de manera diligente y con humanidad”, relató la hija de la mujer que falleció.

La falta de atención oportuna
La falta de atención oportuna y demoras en tratamientos agravaron el sufrimiento de la paciente - crédito Suministrada

La familiar denunció en Infobae Colombia que en las farmacias Cruz Verde encontró negativas, retrasos y exigencias de cambios en las fórmulas médicas y, en ocasiones, la única alternativa era adquirir los medicamentos por cuenta propia. Las quimioterapias también sufrieron retrasos, lo que obligó a la familia a recurrir a acciones legales, como tutelas y desacatos, para exigir el cumplimiento de los tratamientos.

En cuanto a la solicitud de un cuidador o enfermera la denunciante indicó que se vio obstaculizada por la expiración de órdenes médicas y la falta de respuesta de la IPS. Cuando finalmente se asignó un cuidador, la atención resultó insatisfactoria y breve: “Me dieron cuidador como cinco o seis días antes de mi mamá fallecer cuando ella ya estaba en coma”.

La comunicación con las entidades responsables resultó casi imposible, pues los constantes intentos de comunicación quedaban sin respuesta, y las excusas administrativas se repetían: “Todo el tiempo nos sacaban excusas, no contestan los mensajes, no contestan las llamadas. Es un problema para comunicarse con ellos. Son personas indolentes y todo el tiempo me decían que estaban en contratación”, afirmó Diana María Castillo Trujillo.

En cuanto al acceso a cuidados paliativos, relató que también estuvo marcado por la demora: “Mi mamá necesitaba un medicamento de sedación que se llamaba Midazolam para que ella pudiera transitar su proceso de irse de este plano terrenal sin dolor y lo aprobaron tres días después, después de haber muerto”.

Las terapias físicas, respiratorias y de fonoaudiología, solicitadas durante siete meses, solo se autorizaron cuando la paciente ya había muerto: “Vinieron a mi casa a hacérselas tres días después, cuando yo ya tenía las cenizas de mi mamá aquí en mi casa”, puntualizó la joven en su denuncia.

La hija de la mujer
La hija de la mujer clama por un cambio en el sistema de salud - crédito Suministrada

En su columna, la familiar realizó una petición a las EPS, IPS y farmacias: “No repitan los errores cometidos con mi mamá. Cada omisión, cada demora, cada negativa puede costar una vida. Y detrás de cada vida hay una familia rota, un duelo que pudo evitarse”.