Paisajes, tradiciones, historia, gastronomía y tranquilidad: este es el municipio más alto de Cundinamarca

Aunque no existen registros de asentamientos indígenas permanentes, sí se sabe que la zona era un importante paso comercial para comunidades como los tausas y los ubatés

Guardar
Carmen de Carupa, el municipio
Carmen de Carupa, el municipio con más altitud en Cundinamarca - crédito DiCCOL

A casi 3.000 metros sobre el nivel del mar, en el corazón de la provincia del Valle de Ubaté, se ubica Carmen de Carupa, el municipio con mayor altitud de Cundinamarca.

Situado a 88 kilómetros al norte de Bogotá, este territorio se destaca no solo por su altura, sino por la forma en que sus habitantes han conservado un entorno en el que conviven la agricultura, la ganadería y una oferta turística que combina paisajes y tradiciones.

De acuerdo con la Gobernación de Cundinamarca, Carmen de Carupa fue fundado el 20 de julio de 1808 y se constituyó como municipio el 13 de noviembre de 1853. Aunque no existen registros de asentamientos indígenas permanentes, sí se sabe que la zona era un importante paso comercial para comunidades como los tausas y los ubatés, quienes transitaban estos parajes antes de la llegada de la Colonia.

Ahora puede seguirnos en nuestro WhatsApp Channel y en Facebook.

La economía local gira principalmente en torno a la producción agrícola y pecuaria. El cultivo de papa y la industria de lácteos son los principales motores de ingreso para muchas familias campesinas que mantienen vivas las prácticas rurales de la región.

Pero más allá de su vocación productiva, Carmen de Carupa se perfila como un destino para quienes buscan experiencias que mezclen tranquilidad y contacto directo con la naturaleza. Entre sus sitios de interés se cuentan parajes como el embalse El Hato, el Cerro de Chegua, la Peña de Sucre y la Iglesia Nuestra Señora del Carmen, templos de la fe católica y referentes del patrimonio arquitectónico del municipio.

El embalse El Hato, bajo administración de la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR), cumple una función vital para la zona: almacenar el caudal del río Hato y garantizar el suministro de agua a Carmen de Carupa y a la vecina Villa de San Diego de Ubaté. Con una extensión cercana a las 70 hectáreas, este cuerpo de agua no solo abastece a las comunidades, sino que se ha convertido en un punto de encuentro para caminatas, picnics y actividades recreativas al aire libre. Según la CAR, sus alrededores, entre las veredas El Hato, Corralejas y Llano Grande, son hábitat de aves nativas y migratorias, lo que ofrece un atractivo adicional para la observación de fauna.

La biodiversidad del lugar se manifiesta en las mañanas, cuando el trinar de las aves anuncia el amanecer mientras patos y otras especies surcan la superficie del embalse, generando un paisaje sereno para quienes buscan desconectarse de la rutina citadina.

En el ámbito cultural, la devoción y la agricultura son protagonistas. Cada julio se celebran las ferias en honor a la Virgen del Carmen, patrona del municipio, y en octubre se realiza el Festival y Reinado de la Papa, una festividad que rinde homenaje a uno de los cultivos más emblemáticos de la región y que congrega a agricultores, comerciantes y turistas.

Quienes visitan Carmen de Carupa encuentran un territorio que ofrece senderos para la caminata, espacios para el descanso y una comunidad que ha sabido preservar su identidad campesina y religiosa, abriendo sus puertas a visitantes que buscan redescubrir la riqueza cultural y ambiental de Cundinamarca.