Estudiantes de colegio en Bogotá crearon un chat para denunciar presuntos casos de acoso sexual de un falso profesor: “¿Qué hacemos?”

Uno de los detalles que mayor indignación y repudio ha causado estas denuncias es que las víctimas no fueron adolescentes, sino niños y niñas entre los 9 y 11 años de edad

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El chat fue creado por
El chat fue creado por menores entre los 9 y 11 años - crédito Pexels

En el sur de Bogotá, una grave denuncia ha puesto en crisis a la comunidad del colegio Gimnasio Israel, ubicado en la localidad de Ciudad Bolívar.

Padres de familia han acusado a Sebastián Sánchez Castro, que ejercía como profesor sin contar con formación ni títulos profesionales, de haber cometido presunto abuso sexual contra al menos 22 menores de entre 9 y 11 años de edad.

Frente a lo que consideran una evidente cadena de negligencias institucionales y una respuesta insuficiente por parte de las autoridades, las familias han tenido que buscar apoyo y estrategias propias para enfrentar la crisis.

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La revelación de los hechos partió de los mismos estudiantes, quienes tomaron la iniciativa de crear un chat grupal bajo el nombre “¿Qué hacemos?”.

En ese espacio digital, los niños compartían sus miedos y buscaban consejo y contención entre quienes atravesaban una experiencia similar, señaló un informe del programa Los informantes (Caracol Televisión).

El propósito de ese grupo era discutir lo que estaban viviendo y acompañarse ante el abuso y la angustia por la falta de reacción institucional.

“Allí se comunicaban entre ellos y se decían ‘hay que hablar’. Uno de ellos decía ‘yo ya hablé con mi abuelita, ya le comenté, por favor hablen’”, relató el padrastro de uno de los menores.

Uno de los casos que
Uno de los casos que más indignación ha generado en Bogotá se dio por cuenta de Freddy Castellanos. El señalado abusador intentaba evadir a las autoridades ocultándose en la localidad de Bosa - crédito Bosa B7/Facebook

Los abusos que llevaron a que los padres y madres se movilizaran

Diana Carolina Acero y Haider David Niño, padres de uno de los estudiantes afectados, afirman que el acusado trabajaba en el plantel educativo desde hacía cinco años. “Él se graduó de este colegio y llevaba 5 años laborando como docente sin ser profesor, sin tener sus respectivos pues cartones y profesionalismo”, señaló Niño.

Sánchez Castro dictaba materias diversas como sistemas, valores, ética y danza.

Según el relato de los padres y los niños, el acusado era visto por los alumnos como una figura cercana, simpática y popular entre la comunidad escolar.

“Los niños decían que él era un bacán, que él era super chévere. Él hablaba como si fuera un joven más. Entonces se ganó la confianza de todos los niños haciéndose el mejor amigo de ellos y los abrazaba. Y cuando él los abrazaba, entonces pasaba la mano por el pecho y bajaba hasta sus partes íntimas y los tocaba”, contó Acero. En el momento de la denuncia, Sánchez Castro estaba prófugo.

La búsqueda de soluciones frente a los casos de acoso que denuncia el grupo de estudiantes

El nivel de temor y ansiedad llevó a que algunos estudiantes buscaran soluciones desesperadas frente al acoso.

Uno de los niños afectados, según contó su familia, optó por mojarse la ropa para impedir el contacto: “El niño se orinaba para así tener como un escudo de protección hacia este tipo, porque se acercaba a él, lo sentía mojado y él ya no lo seguía tocando. Él simplemente se alejaba y lo dejaba ahí quieto”, relató Niño.

El pediatra social Juan David Albarracín brindó contexto sobre los mecanismos de manipulación de los agresores sexuales y la percepción social al respecto.

Las autoridades recordaron que no
Las autoridades recordaron que no se debe ignorar cualquier señal en los menores que pueda generar alerta en madres y padres - crédito Camila Díaz / Colprensa

“Existe una creencia social que el abusador sexual es la imagen de alguien malo, alguien oscuro, alguien que hace daño. Las personas no logran creer que el abusador sexual tiene muchas máscaras. Hemos tenido médicos, enfermeros, profesores, sacerdotes, padres de familia, un montón de máscaras”, explicó Albarracín, agregando la dificultad que existe para identificar a quienes cometen estos delitos dentro de las instituciones o familias.

En algunos casos, los mismos familiares pueden ignorar estas señales por la apariencia con la que se muestran los acosadores, y por tal motivo resulta crucial que los acudientes no duden en ningún momento de lo que dicen los menores.

Madres y padres de familia no se quedaron de brazos cruzados y buscaron apoyo: comenzaron las amenazas

Ante la falta de respuesta institucional, los padres acudieron a redes de apoyo externas. Buscaron el acompañamiento de Margie Espinel, una madre que denunció un caso de abuso sexual en un jardín infantil del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (Icbf) y que desde entonces ha enfrentado múltiples amenazas. Ese caso fue el de Freddy Castellanos.

“Empezaron yendo a la casa de mi mamá. Después le rompieron dos vidrios. Después, el día de la velatón, yo me subo sola para la casa de mi mamá, me cierra una moto y me hace una ráfaga de fotos. Después me llaman de un número privado y me dice, ‘se calla o se atiene’”, detalló Espinel.

Frente al colegio, el padrastro de uno de los menores organizó un plantón para exigir respuestas. La reacción de algunos padres lo sorprendió: “Nos insultaban porque no lo podían creer o simplemente les daba pereza sacar el niño del colegio y buscar un colegio nuevo. Fue lo que nos tocó hacer a nosotros, un acto de irresponsabilidad dejarlo en ese colegio y lo sacamos inmediatamente”, aseveró la madre de familia.

Espinel denunció recibir amenazas por
Espinel denunció recibir amenazas por dar a conocer el caso de Freddy Castellanos - crédito redes sociales/X / @margiieespiinel / TikTok

Además, denunció que ha sido objeto de ataques personales. “Soy el padrastro del niño y ha sido muy fuerte. Me han dicho cosas muy fuertes, me escriben cosas en las redes como que yo soy el que abusó al niño”, explicó el padre que no se quedó callado.

El impacto psicológico sobre los niños afectados por el abuso sexual resulta profundo y a largo plazo

El pediatra Albarracín advierte: “Depresión y ansiedad son las principales, los trastornos por consumo de sustancias psicoactivas estaría también vinculado ahí como problemas comportamentales complejos y eso lleva al suicidio, que es, digamos, la punta de la pirámide, el desenlace fatal que llevaría toda esta cadena de eventos”.

Los padres no ocultan su frustración ante la lentitud y falta de respuestas.

“Frustrados, indignados, tristes, es luchar contra entidades con las que no podemos luchar”, expresó Diana Carolina Acero.

Ante situaciones de abuso sexual, las víctimas o sus familiares pueden activar el Código Blanco y llamar a la línea 122 de la Fiscalía General, o acudir a urgencias del centro de salud más cercano.