Durante una conversación en el pódcast Verdades Ocultas, conducido por Carolina Araújo, el comediante y empresario Alejandro Riaño ofreció un testimonio sencillo y sin mayores reservas sobre la experiencia que vivió al entrevistar al presidente de la República, Gustavo Petro, en la Casa de Nariño.
Riaño, conocido en el ámbito del entretenimiento por su personaje Juanpis González —se caracteriza por ser clasista, xenofóbico, con la moral sesgada— compartió detalles que hasta el momento no habían sido divulgados y que dejaron entrever no solo aspectos del comportamiento del jefe de Estado, sino dinámicas de poder que, según su percepción, podrían estar presentes en el entorno más cercano del mandatario.
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La entrevista con el presidente, que se concretó tras una prolongada espera de más de dos años, surgió de manera abrupta, según explicó Riaño: “Pues primero fueron dos años escribiendo no solo a él, sino a todos los ministros. Nunca nos contestaban, superherméticos y de un momento a otro, un miércoles en la noche, su asistente de comunicación o no sé, me escribió que sí”.

Riaño, conocido también por su participación en Comediantes de la noche, indicó que recibió la notificación menos de 24 horas antes de la entrevista, lo que implicó activar con rapidez a todo su equipo de producción e investigación. “Es llamar a todo el equipo, el equipo de investigación, hacer reunión toda la noche, ver qué le vamos a preguntar”, agregó.
El comediante aclaró que, a diferencia de lo que algunos medios y críticos llegaron a insinuar, la entrevista no fue guionizada ni manipulada por terceros. “¿Si algo he hecho en la vida es precisamente retirarme de todos los medios o canales tradicionales? Nadie más mete mano en mi contenido a no ser que sea de mi equipo”, sentenció, al hacer referencia a las acusaciones que indicaban que el ministro del Interior, Armando Benedetti, habría intervenido de algún modo en la creación del contenido o en la conducción de la entrevista.
No obstante, uno de los momentos de la conversación más llamativos de su relato tuvo lugar al momento de describir el ambiente en la Casa de Nariño y los instantes previos al inicio de la entrevista. Fue ahí cuando mencionó un episodio que, según narró, lo dejó particularmente intrigado por lo que podría significar sobre la manera en que se ejerce el poder en la Presidencia.

“Bajó Benedetti, le dije ‘¿y el presidente?’, y me dijo ‘no le he dado permiso de bajar’. No le he dado permiso de bajar. ¿Okay, una frase un poco fuerte, no?”, recordó. Para Riaño, esa frase dejó entrever una jerarquía no explícita, un control tácito que, en sus palabras, no esperaba presenciar en un escenario de tal nivel institucional.
La expresión utilizada por el exministro no solo le resultó desconcertante, sino que lo llevó a plantearse nuevas preguntas sobre la estructura de toma de decisiones en la Presidencia. Adicionalmente, Riaño compartió que, desde su llegada anticipada a la Casa de Nariño, pudo observar cómo se fue configurando el espacio en el que tendría lugar la entrevista.
Indicó que eligió el salón personalmente, que instaló varias cámaras adicionales y que notó la presencia de al menos 30 personas del equipo presidencial, que permanecieron observando la grabación. Para él, esta situación evidenciaba que la entrevista tenía una carga política más compleja de lo que normalmente enfrentaría como comediante o entrevistador.

“Era una cosa muy, muy seria. La gente obviamente lo toma con humor, un poco cuando él no responde y hace como evade las preguntas, como lo hace cualquier político”, comentó.
Respecto a la manera de actuar de Petro durante la entrevista, Riaño también expresó inquietudes relacionadas con su comportamiento. Aseguró que en ningún momento logró establecer contacto visual con el presidente —de manera personal fuera de las cámaras— y que esto le pareció llamativo, considerando su experiencia entrevistando a múltiples figuras públicas.
“Las veces que lo he visto, se despide y no mira a los ojos. Es una persona muy, muy rara en ese sentido”, dijo.

Durante la conversación en Verdades Ocultas, Riaño también se refirió a la reacción del equipo presidencial una vez finalizada la grabación. Según relató, tras concluir la entrevista, no hubo despedidas ni comentarios adicionales por parte del equipo de comunicaciones de la Presidencia, lo que interpretó como una posible señal de molestia: “Se fueron como un poco bravos. Hasta ahí quedó la comunicación. Yo dije, no me van a volver a llamar”.
Riaño también explicó que, si bien su personaje de Juanpis González es humorístico, las preguntas que formula buscan provocar reflexiones sobre la realidad política del país. A través de la sátira, el comediante intenta abordar temas profundos, muchas veces incómodos, para que el contenido trascienda el entretenimiento.
“Yo utilizo la comedia para poder pararme desde ese lugar e incomodar y de alguna manera tratar de llegar al punto y que me respondan”, explicó.
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