Menor de edad colombiana se salvó de morir tras ser víctima de un ataque con cuchillo: fue raptada con engaños en Perú

Una adolescente colombiana de 17 años sobrevivió luego de ser raptada y atacada por una organización criminal.

Según el testimonio de la víctima, fue engañada mediante una falsa oferta de trabajo como cosmetóloga y llevada a una habitación, donde estuvo bajo torturas, luces psicodélicas y música a alto volumen.

Allí fue apuñalada varias veces en un ambiente oscuro, destacó un reporte por parte del medio local ATV.

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La policía logró detener a tres presuntos responsables. Entre los capturados se encuentra un menor que había escapado de un centro de rehabilitación.

Las fuerzas del orden incautaron drogas, armas y un mototaxi empleado en el delito.

El caso está vinculado a una banda dedicada a secuestros y trata de personas, por esta razón las autoridades han indicado que ante una oferta laboral de dudosa procedencia lo mejor será verificar primero antes de llegar a algún lugar que puede resultar siendo la guarida de los criminales.

Las autoridades en el país vecino seguirán extremando los controles a lo largo y ancho del territorio nacional, más aún, porque hace pocos días atrás otra connacional no corrió con la misma suerte de la adolescente, y fue hallada sin vida en una vivienda. El caso no se descarta que pueda haber sido un homicidio.

Por tal motivo, y en diálogo con el diario El Colombiano, los familiares de Luisa Fernanda Martínez Úsuga pidieron que el caso no ser archive y se examine hasta lo más profundo los detalles alrededor de la muerte de la mujer de 29 años, y que tenía una herida de bala a la altura de la cabeza.

La familia de Luisa Fernanda Martínez Úsuga, una joven colombiana asesinada en Perú el 1 de julio de 2025, exige justicia y visibilidad para su caso, que ha generado consternación tanto en Colombia como en el país andino.

Martínez Úsuga era oriunda de Medellín y trabajaba como ayudante de cocina en la ciudad de Piura, adonde había emigrado en busca de mejores oportunidades económicas.

Su círculo cercano la describe como una persona carismática y trabajadora.

Según la información disponible, la joven fue hallada sin vida en su vivienda con un disparo en la cabeza. El principal sospechoso es su pareja, identificado como Diego, que sostuvo ante las autoridades que Martínez Úsuga se suicidó cuando él se encontraba en otra habitación.

Sin embargo, familiares y vecinos insisten en que la versión del hombre resulta incoherente. De acuerdo con declaraciones de habitantes del sector, antes del disparo escucharon una intensa discusión entre la pareja.

“Mi hija no se suicidó. A ella la mataron. Ya tenía empacada su ropa para volver a Medellín”, afirmó la madre de la víctima, Flor Úsuga, al medio Alerta Paisa tras recibir el cuerpo de su hija en Colombia.

Durante el proceso de entrega del cadáver, la familia reportó la presencia de signos de violencia física. Entre las lesiones identificaron un fuerte golpe en el ojo y marcas en otras partes del cuerpo, lo que alimenta la hipótesis de homicidio y descarta la posibilidad de un suicidio, tal como sostiene el presunto agresor.

“La veía con moretones y secuelas de golpes en los labios y otras partes del rostro”, aseguró la madre a la emisora, e indicó que en repetidas videollamadas su hija le confesó haber sido víctima de agresiones anteriores.

Pese a los ruegos de su familia para denunciar, Martínez Úsuga habría optado por evitar una denuncia formal y prefirió programar su regreso a Colombia.

“Él la golpeaba y la maltrataba verbalmente. Cuando ella dejaba de comunicarse por uno o dos días yo sospechaba que algo andaba mal y le hacía video llamadas. La veía golpeada. Al principio lo admitía pero luego en varias ocasiones dijo que los moretones era porque habían intentado robarla”, le contó la mamá al periódico en Medellín.

El reporte oficial señala que el detenido se encontraba en estado de embriaguez y fue capturado en el lugar de los hechos.

Por último no se descartan varias dudas sobre la manipulación de pruebas debido a que el teléfono móvil de la víctima fue hallado en poder de un familiar de Diego.

“No queremos que esto quede en el olvido”, declaró Jefferson Martínez, hermano de Luisa (que deja a una niña de 12 años en Colombia), y pidió a las autoridades peruanas que mantengan informada a la familia sobre todos los pasos del proceso y que esclarezcan el caso para que no quede impune.