El periodista Gustavo Chica habló por primera vez tras sobrevivir a un atentado sicarial en el Guaviare: “Los médicos me dijeron que estaba vivo de milagro”

El reportero y su esposa fueron atacados a tiros cuando salían de su casa, pero la rápida reacción de sus vecinos permitió su traslado a un hospital donde le salvaron la vida

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El reciente ataque contra Gustavo
El reciente ataque contra Gustavo Chica evidencia el aumento de amenazas y agresiones a comunicadores en la región, donde grupos ilegales buscan manipular la información y presionan a la prensa para difundir sus mensajes - crédito Colprensa

El periodista Gustavo Chica relató cómo sobrevivió a un intento de asesinato en el que recibió tres disparos, en Guaviare, departamento que enfrenta el incremento de la violencia por la presencia de múltiples actores armados ilegales.

Según recogió Caracol Radio, el reportero se encuentra recuperándose en la Fundación Santa Fe de Bogotá, luego de que médicos decidieran no extraerle los proyectiles alojados en su cuello por el riesgo que implicaba la intervención.

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De acuerdo con lo publicado por Caracol Radio, el atentado ocurrió cuando Chica salía de su casa en moto junto a su esposa.

Un desconocido se le acercó, desenfundó un revólver y, sin mediar palabra, disparó varias veces. "Yo pensé que me iban a robar, entonces yo levanté las manos y solté la moto y, sin mediar palabras, el delincuente dispara y es ahí donde yo logro esquivar el primer disparo. Yo veía al sujeto cómo disparaba y cómo salían los destellos de luz del cañón del revolver", relató el periodista en dialogo con el medio mencioando.

Chica describió el momento afirmando que “Yo pensé que esa noche iba a morir, porque el sicario me disparó siempre a la cabeza y yo veía constantemente en el medio de eso, con mis manos en la cabeza, defendiéndome de los tiros que él me disparaba”.

Durante la entrevista concedida al medio mencionado desde la clínica donde se recupera, el periodista explicó que un equipo médico determinó dejar los proyectiles en su cuello, uno de ellos alojado cerca de la tráquea y otro próximo a la columna, ya que “era conveniente dejarlos ahí”.

El periodista Gustavo Chica fue
El periodista Gustavo Chica fue atacado a tiros en San José del Guaviare junto a su esposa y el ministro de Defensa rechazó tales actos de violencia - crédito Ministerio de Defensa - Gustavo Chicangana/Facebook

Recordó que el impacto en el hombro le causó fractura e inmovilidad, pero que, en palabras de los médicos, su proceso de recuperación progresa favorablemente.

“Por fortuna, estos proyectiles ya están desinfectados, o sea, es un tratamiento con antibióticos. Hoy veo una respuesta positiva”.

Chica narró los detalles de los hechos, indicando que él y su esposa ya se encontraban sobre la motocicleta cuando el agresor disparó. Ambos terminaron en el suelo; su esposa también resultó herida.

El periodista elogió la rápida actuación de sus vecinos, quienes lograron trasladarlo al hospital local.

“Llegamos en la motocicleta rápidamente a la unidad de urgencias. Allí el señor de la motocicleta me cargó y a los diez metros me recibieron una camilla y los médicos. Rápido me rompieron la ropa, me limpiaban la sangre y me decían: ‘¿Puede respirar?’”.

Los profesionales de salud del hospital San José de Guaviare lo estabilizaron, aunque advirtieron las limitaciones tecnológicas para tratar heridas complejas como las suyas y la necesidad de evacuarlo cuanto antes.

También organizaron seguridad policial para trasladarlo, pues la práctica de rematar víctimas en hospitales de la región preocupa a las autoridades: “Fue necesario establecer un vehículo con hombres armados del Goes que la policía dispuso para hacer el acompañamiento”. Además, Chica aseguró que en el hospital en el que fue atendido en el Guaviare, “tiene la costumbre de que los delincuentes van y rematan a las víctimas”.

El atentado contra Gustavo Chica
El atentado contra Gustavo Chica revela la creciente vulnerabilidad de los periodistas en regiones dominadas por actores ilegales, donde la libertad de prensa enfrenta amenazas inéditas y la protección estatal resulta insuficiente - crédito Europa Press

Una vez en Bogotá, especialistas de la Fundación Santa Fe observaron el peligro que revestía intentar extraer los proyectiles. El propio periodista relató la sorpresa de los galenos al ver su evolución: “Aquí también los médicos me expresaban su sorpresa, decían, ‘No, está vivo es un milagro’”.

Chica atribuyó el atentado a las presiones constantes de diferentes grupos armados, entre ellos fracciones disidentes de las Farc y la Erpac, que exigen la difusión de sus comunicados: “No hay libertad de prensa realmente. La región impera en varios grupos armados ilegales. Todos buscan presionar que se divulguen sus comunicados, que solamente incitan a la guerra, que solamente intimidan a la población, frenan el desarrollo de las comunidades pobres”.

Según le contó al medio mencionado, había informado de estas amenazas con antelación a su jefe y a la Unidad Nacional de Protección, pero no recibió el respaldo necesario: “Yo había hablado con mi jefe y no voy a publicar comunicados de las Farc ni de estos grupos irregulares. Ahora había llegado un grupo de la Erpac diciendo que sigan comunicando y los iremos a visitar a sus casas. La policía no le da mucha fuerza a esa hipótesis, parece que hubiera otros actores”.

Las presiones y amenazas, detalló Chica, no constituyen episodios aislados, sino parte de una dinámica de violencia persistente y creciente. Aclaró que, si bien hace una década las amenazas surgían principalmente desde sectores políticos hostiles a la labor periodística sobre temas de orden público y denuncias contra funcionarios.

En la conversación con los periodistas de Caracol Radio, el reportero rememoró otros escenarios de conflicto donde cubrió enfrentamientos armados y convivió con el temor cotidiano: “Yo he vivido en medio de la guerra y no sé, mis ángeles, Dios, siempre me protegió”.

El ataque a Gustavo Chica y su esposa se produjo en un contexto en que los actores armados buscan manipular la información que circula por los medios locales. El propio Chica lo resumió así: “Quieren doblegar también a la prensa para manipularnos, para generar esa guerra mediática que tienen ellos allá por disputa de terrenos y de todo lo que tienen en esas piezas, llevarlo también a los medios”.

El caso del reportero atacado
El caso del reportero atacado en el Guaviare expone la compleja red de intimidaciones y presiones que enfrentan los comunicadores en territorios disputados, poniendo en entredicho la capacidad institucional para salvaguardar derechos fundamentales - crédito Europa Press

En ese sentido, el periodista lamentó la falta de garantías para la profesión en regiones alejadas de los centros urbanos, donde ejercer el periodismo representa un alto riesgo para la vida.

El medio destacó además la entereza y tenacidad del periodista, quien, tras más de cuarenta años de oficio, reflexiona sobre el futuro de su trabajo y la seguridad de su familia: “Hay dos cosas, una, el amor por el oficio que hago desde hace más de cuarenta años. Y dos, mi familia. Pero tampoco se puede tomar decisiones a la carrera. Pienso que hay que seguir”.

Aunque recibió múltiples mensajes de solidaridad, Chica todavía debe decidir junto a su familia si regresa a San José del Guaviare o si opta por permanecer fuera, consciente de lo frágil de la situación: “Va a depender también de mi esposa, que ha insistido en que tenemos que hablar para abordar lo que viene”.