Asesinato de Rodrigo Lara Bonilla por orden de Pablo Escobar abrió paso a un documental que reabre heridas: buscan justicia en su memoria

Jorge Lara recorrió el país recolectando material sobre la vida de su padre, pero no alcanzó a concluir la pieza, que incluye el testimonio de alias Quesito, uno de los sicarios del crimen, pero sus amigas se encargaron de que la historia saliera a la luz

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Rodrigo Lara Bonilla fue el
Rodrigo Lara Bonilla fue el primer ministro de Justicia en denunciar públicamente los vínculos entre Pablo Escobar y el narcotráfico y su historia será contada - crédito Colprensa - Wikimedia

Durante las últimas décadas en Colombia, el nombre de Rodrigo Lara Bonilla permanece en la memoria colectiva como el del exministro que se atrevió a desafiar al narcotráfico desde una posición de poder institucional.

Su historia, marcada por la integridad y el compromiso con la legalidad, vuelve a adquirir fuerza a través de un documental que busca restaurar su legado y reabrir el debate sobre el impacto de su asesinato en el país.

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La pieza audiovisual, titulada Lara - the man who took on Escobar (Lara: el hombre que se enfrentó a Escobar), no solo revive uno de los capítulos más oscuros de la historia reciente de Colombia, sino que plantea una mirada profunda sobre la justicia, la memoria y la reconciliación, que empezó uno de los hijos del político asesinado, pero que terminó en manos de unas hermanas que dedicaron sus esfuerzos para que saliera a la luz, tal y como registró Los Informantes.

Las hermanas Lina y Carolina Flórez retomaron el proyecto tras la muerte de Jorge Lara y ambas viven con una enfermedad degenerativa que no les impidió culminar la obra - crédito @fundacionjorgelara/Instagram

Esta fue la lucha de Rodrigo Lara Bonilla que le costó la vida

Rodrigo Lara Bonilla, que ocupó el Ministerio de Justicia durante el gobierno de Belisario Betancur en 1982, fue el primero en denunciar con pruebas concretas los vínculos entre Pablo Escobar y el narcotráfico, cuando este aún no era conocido por su vida criminal, sino por su “carrera” política —su misión era permanecer en el Congreso—. Sus acciones resultaron en la pérdida de la curul del criminal, la cancelación de su visa estadounidense y la exposición de su verdadera identidad ante la opinión pública.

Este golpe político y simbólico encendió la furia del líder del cartel de Medellín, que respondió con un acto que transformó de manera irreversible la historia del país: el asesinato del ministro Lara el 30 de abril de 1984, a manos de dos sicarios en Bogotá.

Más allá del crimen en sí, las consecuencias del magnicidio marcaron el comienzo de una escalada de violencia en Colombia. La figura de Lara Bonilla se convirtió en símbolo de lucha contra un poder ilegal que ya se había infiltrado en los estamentos más altos del Estado, pero casualmente su caso sigue sin ser resuelto.

El 30 de abril de
El 30 de abril de 1984, el ministro Rodrigo Lara Bonilla fue asesino a manos de dos sicarios que ordenó el capo Pablo Escobar - crédito Colprensa

En Bogotá, el monumento a Rodrigo Lara se encuentra deteriorado, sin placas conmemorativas, mientras en Medellín existe un barrio con el nombre de Pablo Escobar, que incluso cuenta con un museo dedicado a su historia.

El hijo del exministro que buscó diferentes ángulos para contar la historia de Rodrigo Lara Bonilla

Frente a este panorama, Jorge Lara Restrepo, el hijo mayor del asesinado ministro, hermano de Rodrigo Lara Sánchez, Rodrigo Lara Restrepo y Paulo Lara Restrepo, emprendió años atrás una cruzada personal para reivindicar el nombre de su padre. Regresó a Colombia tras décadas de exilio, cargando no solo con el dolor de la pérdida, sino con la firme convicción de reconstruir la memoria de su padre y promover una cultura de paz desde los mismos espacios que glorifican el legado de los victimarios.

Para lograrlo, concibió dos proyectos fundamentales: un documental que narrara la historia desde su propia perspectiva y una casa de la cultura que llevara el nombre de su padre, ubicada simbólicamente en la cima del barrio Pablo Escobar.

Sebastián Marroquín, hijo de Escobar,
Sebastián Marroquín, hijo de Escobar, fue contactado como parte de una propuesta simbólica para el documental sobre Lara Bonilla, en manos de Jorge Lara - crédito Rodrigo Lara Restrepo/Facebook - Fundación Jorge Lara Restrepo

Este proceso lo llevó a recorrer distintos territorios del país con su cámara, recolectando testimonios, documentos, archivos personales y judiciales, incluso material inédito que había sido entregado previamente a la Fiscalía. La intención era darle voz a quienes conocieron de cerca los hechos y, además, confrontar a actores directos del crimen.

Entre sus objetivos figuraban entrevistas con Byron ‘Quesito’, uno de los sicarios del magnicidio de su padre y el único que respondió ante la justicia, y con Carlos Lehder, que estaba extraditado en Estados Unidos y cofundador del cartel de Medellín. También buscó un encuentro con Juan Pablo Escobar, hoy Sebastián Marroquín, hijo del narcotraficante, como intento de establecer un diálogo entre los hijos de víctima y victimario.

El viaje lo llevó incluso hasta Europa, con la intención de alcanzar a Lehder, pero en París su salud se deterioró abruptamente. Jorge fue diagnosticado con una bacteria resistente y falleció sin haber culminado su obra, en 2022. A pesar de su muerte, dejó trazado un camino: guiones, entrevistas, planos arquitectónicos y libretas con reflexiones personales que hoy constituyen la columna vertebral del documental.

Jorge Lara, hijo del exministro,
Jorge Lara, hijo del exministro, recorrió el país recolectando material para reconstruir la memoria de su padre - crédito @fundacionjorgelara/Instagram

La pieza audiovisual terminó en manos inesperadas, pero que lo sacaron adelante

Las responsables de que este proyecto no quedara inconcluso fueron Lina y Carolina Flórez, dos hermanas gemelas que, además de haber sido amigas cercanas de Jorge, compartieron desde niñas una historia de lucha contra la adversidad. Diagnosticadas con una distrofia muscular degenerativa, retomaron el material recopilado y completaron la narrativa del documental, incluyendo testimonios nuevos que el hijo del exministro no alcanzó a registrar, contaron al programa en mención.

Una de las piezas más significativas fue la conversación con Byron, que por primera vez ofreció su versión de los hechos y manifestó estar “arrepentido”. Su testimonio aporta una perspectiva crucial al relato, no solo como reconocimiento del daño causado, sino como un intento de abrir una puerta al perdón.

El documental ‘Lara – The
El documental ‘Lara – The Man Who Took on Escobar’ revive el magnicidio ocurrido el 30 de abril de 1984 - crédito @linaycarolina/Instagram