Profesor fue destituido tras abusos durante más de tres años contra su hija: también era su alumna

El caso, calificado por la Procuraduría como una falta gravísima cometida con dolo, involucra una conducta reiterada que afectó a la menor en su entorno familiar y escolar

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La Procuraduría sancionó disciplinariamente a
La Procuraduría sancionó disciplinariamente a un docente del Amazonas tras confirmar conductas inapropiadas en contra de su hija menor de edad - crédito Imagen ilustrativa Infobae

La Procuraduría General de la Nación anunció una sanción de destitución e inhabilidad general por 16 años contra William Murayari Sangama, docente de la Institución Educativa Villa Carmen, ubicada en el corregimiento de Tarapacá, en el Amazonas.

La decisión fue tomada en primera instancia tras concluirse que el docente incurrió en conductas de carácter abusivo en contra de su hija menor de 14 años, quien también era estudiante del mismo plantel educativo.

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“En fallo de primera instancia, la Procuraduría General de la Nación le impuso sanción de destitución e inhabilidad general por 16 años al docente de la Institución Educativa Villa Carmen, del corregimiento de Tarapacá, Amazonas, William Murayari Sangama, por incurrir en comportamientos sexuales abusivos con su hija menor de 14 años, quien además era su alumna”, señaló el organismo de control.

Hechos ocurridos durante más de tres años

Según la Procuraduría Regional de Juzgamiento, los hechos ocurrieron entre marzo de 2018 y abril de 2021. Durante este tiempo, el docente aprovechó su doble rol como padre y como autoridad académica para ejercer una conducta impropia hacia la menor, que se presentó tanto en el entorno familiar como dentro de las instalaciones educativas.

El Ministerio Público calificó lo sucedido como una falta disciplinaria gravísima, cometida con plena conciencia de su gravedad. La decisión resalta que el comportamiento del educador no solo vulneró los deberes familiares, sino que además afectó la imagen institucional de la entidad educativa, al ocurrir en un espacio destinado a la formación y protección de niños y niñas.

Enfoque de género y protección a la víctima

El organismo de control aplicó
El organismo de control aplicó un enfoque de género riguroso durante el proceso disciplinario - crédito imagen de referencia Colprensa

La Procuraduría destacó que el proceso disciplinario se llevó a cabo con enfoque de género, en cumplimiento de las normas que protegen a niñas, adolescentes y mujeres víctimas de violencia basada en género.

La entidad reiteró la importancia de aplicar medidas diferenciales en casos que involucran relaciones de poder y dependencia, como ocurre entre docentes y estudiantes, o entre padres y menores bajo su cuidado: “Al abusar de la menor bajo su custodia y cuidado, el docente no solo incumplió sus deberes parentales, sino que también dañó la imagen institucional al utilizar el recinto educativo para sus acciones”.

El fallo disciplinario también subrayó que la conducta del educador representó una violación directa al principio de moralidad pública y a los valores éticos que deben regir el ejercicio de la docencia y del servicio público en general.

Consecuencias disciplinarias y posibles acciones judiciales

La sanción impuesta consiste en
La sanción impuesta consiste en destitución del cargo y una inhabilidad general por 16 años para ejercer funciones públicas - crédito Canva

Con esta sanción, William Murayari Sangama queda excluido de la función pública y del ejercicio de la docencia en Colombia por los próximos 16 años. Aunque el fallo corresponde a una primera instancia, el implicado tiene derecho a interponer recursos de apelación ante la Procuraduría, que podrá confirmar, modificar o revocar la decisión inicial.

Hasta el momento no se ha informado oficialmente si este proceso disciplinario está acompañado de actuaciones judiciales de orden penal. No obstante, por la naturaleza y la gravedad de los hechos, es previsible que otras entidades como la Fiscalía General de la Nación hayan iniciado o estén adelantando investigaciones correspondientes.

Este caso se suma a otros episodios en los que las autoridades han impuesto sanciones severas por conductas inapropiadas que involucran a menores de edad en entornos escolares. La Procuraduría reiteró que este tipo de hechos deben ser enfrentados con firmeza, tanto para garantizar justicia a las víctimas como para preservar la confianza de la comunidad educativa en sus instituciones.

La sanción a Murayari Sangama constituye así, un mensaje claro sobre la responsabilidad de los funcionarios públicos y, especialmente, de los docentes, de actuar con rectitud, ética y respeto en todas sus funciones, dentro y fuera del aula.