El exfutbolista y entrenador chileno Luis Marcoleta contó cómo se enteró de que trabajaba para el cartel de Cali

En su paso por el América de Cali en Valle del Cauca, el chileno logró su único título como jugador a nivel profesional en la primera división. Además, tuvo como uno de sus jefes a Gilberto Rodríguez Orejuela

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La mayoría de su palmarés
La mayoría de su palmarés lo consiguió como director técnico en categorías del ascenso chileno - crédito Primera B Chile/Facebook y Guillermo Rosello Piacenza/Facebook

A los 66 años, Luis Marcoleta mantiene intacta su pasión por el fútbol, mientras repasa una trayectoria marcada por logros, anécdotas y episodios inesperados.

El ex delantero y actual entrenador, conocido como el “rey del ascenso” en el fútbol chileno, ha dirigido a más de 14 equipos y suma títulos con Deportes Talcahuano, Ñublense, Curicó y San Marcos de Arica.

Sin embargo, su historia va mucho más allá de los banquillos y los trofeos.

Así lo dejó ver en una charla con RedGol, en la que Marcoleta recordó su paso por el América de Cali en 1983, una etapa que lo expuso a situaciones que solo años después comprendería en toda su dimensión. Todo por cuenta de la ola de narcotráfico en la que estaba sumida Colombia en ese momento. En Valle del Cauca, por esa época, la situación no distaba.

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Durante su estadía en el club colombiano, el entonces joven goleador se cruzó con figuras que más tarde serían reconocidas internacionalmente por su vinculación al narcotráfico.

Los hermanos Miguel y Gilberto
Los hermanos Miguel y Gilberto Rodríguez Orejuela fueron extraditados a Estados Unidos por delitos de narcotráfico y lavado de activos - crédito Colprensa

“Sí. Bueno, gracias a Dios yo no me di cuenta al comienzo, y eso lo agradezco porque no puse atención en nada. Después, con el tiempo, me fui acordando de situaciones que me tocaron vivir y así las fui asimilando”, relató Marcoleta al medio chileno.

El exfutbolista explicó que, en ese momento, no era consciente de la magnitud de las personas con las que coincidía.

“En ese momento no me di cuenta de ciertas situaciones, pero después, sin saberlo, tuve la posibilidad de ver y observar a varios personajes que luego aparecían en los libros y en las películas, personas que uno llegó a conocer de vista, personalmente. Y bueno, sí, personalmente conocí al que… ¿cómo se llama? A (Gilberto) Rodríguez Orejuela, que era vicepresidente del América”, confesó Marcoleta, refiriéndose al conocido líder del Cartel de Cali.

El chileno Luis Marcoleta (circulo
El chileno Luis Marcoleta (circulo blanco) consiguió su único título a nivel jugador con el equipo de Valle del Cauca en el año 1983 - crédito Gustavo Poblete/Facebook/Facebook

El paso por Colombia de Luis Marcoleta en América de Cali

La experiencia en Colombia marcó una etapa singular en la vida de Marcoleta que, tras su regreso a Chile, se consolidó como uno de los entrenadores más exitosos de la Primera B.

Su reputación como “rey del ascenso” se forjó a base de trabajo constante y una visión clara de sus objetivos.

“En lo laboral tengo quiero completar por lo menos 10 ascensos y seguir ganando, porque soy un tipo no ambicioso, sino que de objetivo, de propósito y sueños en la vida”, afirmó el técnico, dejando en claro que su motivación no se agota con los logros alcanzados.

El fútbol colombiano su relación con el narcotráfico en la década de 1980

En los años 80 el fútbol colombiano vivió una transformación marcada por la influencia de los capos del narcotráfico, que utilizaron su poder económico para incidir en el deporte.

Figuras como Pablo Escobar, Gonzalo Rodríguez Gacha y los hermanos Rodríguez Orejuela se convirtieron en protagonistas de una época en la que los clubes nacionales comenzaron a atraer a futbolistas internacionales con salarios que superaban cualquier estándar previo.

ARCHIVO - Miguel Rodríguez Orejuela,
ARCHIVO - Miguel Rodríguez Orejuela, un líder del Cártel de Cali, es escoltado por policías colombianos a su entrada a la sede de la Fiscalía General en Bogotá, Colombia, en un foto de archivo de septiembre de 1996. (AP Foto/Fernando Llano, Archivo)

Según el periodista Hernán Peláez, este fenómeno no solo alteró la dinámica del fútbol local; también tejió una compleja red de intereses entre Colombia y Argentina.

El caso del América de Cali sobresale entre los equipos que recibieron inversiones provenientes del narcotráfico. A diferencia de otros clubes, donde el dinero ilícito ingresaba a través de intermediarios o con fines de lavado, el control sobre el América fue directo.

Miguel Rodríguez Orejuela se convirtió en propietario del equipo mediante empresas fachada, como Drogas La Rebaja. Esta relación directa marcó un hito en la historia del club y del fútbol colombiano, pues el vínculo con el narcotráfico no solo se limitó a la financiación, sino que influyó en la estructura y gestión de la institución.

Durante el auge de este fenómeno, Hernán Peláez cubría la actualidad del América de Cali y fue testigo de cómo el fútbol se transformó en un escenario para exhibir el poder de los criminales.

El periodista Hernán Peláez vivió
El periodista Hernán Peláez vivió la época y contó varios detalles - crédito Colprensa

En el pódcast El Var del Pájaro, Peláez relató que los capos no buscaban enriquecerse a través de los equipos, sino que deseaban rodearse de figuras destacadas del deporte.

“Los criminales que nadaban en plata, compraban joyas, compraban caballos o compraban jugadores de fútbol. Los tipos compraban, pero no para enriquecerse, que hoy en día sí. Estos tipos buscaban tener artistas ahí, para que jugaran para ellos”, explicó el periodista.

El impacto de esta estrategia se extendió más allá de las fronteras colombianas.

El poder económico de los dueños del América de Cali se hizo conocido en todo el continente, y Miguel Rodríguez Orejuela comenzó a prestar dinero a clubes argentinos a cambio de los derechos deportivos de jóvenes futbolistas.

Peláez detalló que “el América de Cali llegó a tener en Argentina más de 50 jugadores de él, sin saber que eran de ellos. A Rodríguez Orejuela lo llamaban de Quilmes, digamos, y le decían ‘estamos quebrados, préstenos plata’, el tipo decía que sí y pedía que le dieran pases de cinco jugadores de 20 años, cosas así”.

Gilberto y su hermano Miguel
Gilberto y su hermano Miguel fueron extraditados a Estados Unidos - crédito Colprensa y Gustavo Poblete/Facebook/Facebook

Uno de los casos más ilustrativos fue el del defensor argentino Néstor Ariel Fabbri, que jugó para el América de Cali en 1992 antes de regresar a Argentina, donde se destacó en Boca Juniors y Estudiantes de la Plata.

Peláez recordó: “El tipo llegó a tener 50 jugadores, de los cuales vino uno, que fue Fabbri, que jugaba en Racing y un día le dijeron que se tenía que ir a jugar a Colombia, porque el pase de él era de un equipo colombiano”.

La captura de los hermanos Rodríguez Orejuela en 1995 y el fallecimiento de uno a finales de mayo de 2022 en prisión marcaron el final de una era. En tanto que el América de Cali se encuentra desligado de cualquier vínculo con el narcotráfico.