Sara Uribe comió culebra con Lokillo Flórez y contó cómo fue la experiencia: “¡Gas, lo peor!"

La presentadora y modelo relató que tuvo que probar esa proteína en China junto al comediante e improvisador durante un rodaje con Caracol Televisión

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La razón por la que
La razón por la que a Sara Uribe le tocó comer culebra con Lokillo Flórez - crédito @sara_uribe/Instagram

En una reciente entrevista en el programa radial Impresentables, de Los 40 Colombia, la presentadora y modelo Sara Uribe compartió una de las anécdotas más insólitas de su carrera en televisión: el día que le tocó comer culebra durante las grabaciones del programa La vuelta al mundo en 80 risas, de Caracol Televisión.

La confesión surgió cuando el locutor Felipe Flórez le preguntó sin rodeos: “¿Cómo les fue comiendo culebra?”, a lo que Sara respondió entre risas y gestos de asombro: “¡Gas, lo peor! O sea, no sabe maluco, sabe como a pollo frito… No es que uno se vaya a comer eso así crudo, no, eso frítelo”.

Sin embargo, la experiencia detrás de cámaras fue mucho más intensa de lo que muchos imaginarían, pues la presentadora compartió detalles de lo que sucedió antes y durante el momento en el que le tocó asumir el reto junto al comediante Lokillo Flórez.

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Uribe contó que la grabación se realizó en una plaza de mercado con olores fuertes y productos poco comunes en China, país al que fue asignada junto con Lokillo. El programa consiste en que humoristas y modelos recorren distintos lugares del mundo para mostrar sus culturas, comidas típicas y sitios emblemáticos, mientras enfrentan situaciones cómicas.

Sara Uribe y Lokillo Flórez
Sara Uribe y Lokillo Flórez probaron la culebra en 'La vuelta al mundo en 80 risas' - crédito redes sociales

Entrábamos y esos olores tan fétidos… acá vendían el gallinazo, el pato negro, el pez pene… que en realidad parece un pene. Ese le tocó comérselo a ‘Loki’, porque yo no le estaba ayudando como mucho y él ya estaba como bravo”, comentó.

De acuerdo con las declaraciones de Sara, la tensión aumentó cuando les presentaron el “plato fuerte” del recorrido, ya que era el que les iba a tocar consumir a ellos y en vista de que ella llevaba negándose a probar varias comidas típicas, sabía que era el momento en el que no podía evitarlo.

Llegamos a un lugar que vendían culebras. Sí, llegan con las jaulas, nos muestran las diferentes culebras que queramos comernos y nos dicen: ‘Una culebra gigante es la que se van a comer ustedes’”, narró la presentadora. Después comentó que vio a una mujer que se metió a un cuarto porque allá era en donde se hacía la preparación del animal y luego apareció con el plato listo para ser servido.

“Eso se van para allá por un cuartico, la señora a fritar eso y sale un humero tan bravo. Después sale con la señora con el plato a ofrecernos la culebra”, contó Sara.

Sara Uribe contó los detalles del día que por obligación le tocó probar una culebra frita junto a Lokillo Flórez - crédito @los40colombia/TikTok

Sara, entre el asco y el deber profesional, dudó: “Yo miré a Loki y le dije: ‘Yo no me voy a comer eso’, y él me dice: ‘Me tienes que ayudar porque estás trabajando, ¿cómo así?’, todo puto conmigo”. Finalmente, accedió a probarla: “Échele limón, ají, lo que sea, mija. Entonces nos comimos eso, pero no sabía tan maluco”, concluyó entre risas.

Finalmente, Sara confesó que se divirtió mucho trabajando en ese momento de su vida con Lokillo, Yedinson Ned Flórez (su nombre de pila), incluso, contó que fue él quien le ofreció la oportunidad de ese proyecto en primer lugar, ya que un día la llamó, mientras ella estaba viviendo en ese país junto a Fredy Guarín, y le preguntó si le sonaba la idea, ella accedió y luego el canal se encargó de realizar toda la gestión necesaria.

Sara Uribe y su trabajo
Sara Uribe y su trabajo en China con Lokillo Flórez - crédito @sara_uribe/X

Con esta divertida anécdota, Sara Uribe volvió a demostrar su versatilidad frente a las cámaras y su disposición a asumir retos extremos en el mundo del entretenimiento. Su paso por La vuelta al mundo en 80 risas dejó huella no solo por los paisajes recorridos, sino por el sabor —literal y figurado— de cada experiencia vivida.