En Bogotá roban un carro cada tres horas y media: estas son las zonas más peligrosas

Un vehículo desaparece en Bogotá, en promedio, cada tres horas y media. No es una cifra menor ni una sensación infundada, los datos lo confirman. Entre enero y mayo de 2025 se reportaron 1.147 hurtos de automotores en la ciudad, un fenómeno que mantiene en alerta tanto a las autoridades como a los ciudadanos.

El panorama es especialmente complejo en ciertas zonas del suroccidente de la capital. Kennedy, con 222 casos, y Puente Aranda, con 146, lideran el ranking de localidades con más robos registrados. Les siguen Engativá (126), Suba (86) y Fontibón (74), todas con características similares, alta densidad de población, actividad comercial constante y sectores donde la vigilancia es escasa o intermitente.

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Uno de los elementos más preocupantes es la forma en que se están cometiendo estos delitos. En casi el 52% de los casos —es decir, 597 robos— los ladrones emplearon una técnica cada vez más común, el uso de llaves maestras. Este método les permite abrir y encender el vehículo sin necesidad de forzar cerraduras o romper vidrios, lo que dificulta la detección del crimen en el momento en que ocurre.

Pero, no es la única modalidad. En 319 hurtos se utilizaron armas de fuego, 193 se realizaron sin ningún tipo de arma y 27 con arma blanca. El delito ocurre, sobre todo, entre semana y en horas de la noche, cuando las calles tienen menor flujo de personas, poca iluminación y la presencia policial es limitada. Solo en ese rango horario se reportaron 431 casos.

Frente a este escenario, las autoridades recomiendan saber con claridad cómo actuar si se es víctima de este delito. Lo primero es comunicarse de inmediato con la Línea 123 para hacer el reporte inicial y activar el protocolo de búsqueda. La patrulla de automotores de la Sijín puede acudir al sitio, y por eso es clave entregar datos precisos sobre el lugar del hecho, la placa del vehículo, color, modelo y cualquier detalle del momento en que ocurrió el robo.

Además, existen otras líneas de atención para acompañar a los ciudadanos en el proceso de denuncia. Si el hurto tiene indicios de extorsión, se debe llamar a la Línea 165 del Gaula, que está preparada para guiar a las víctimas y advertir sobre prácticas fraudulentas, como el contacto a través de redes sociales. En estos casos, las autoridades insisten en que no se deben realizar pagos bajo ningún concepto.

También está disponible la Línea 166 de la Sijín, en la que se puede iniciar formalmente la denuncia. Otra opción es acudir a la estación de Policía más cercana. Y para quienes necesiten asesoría adicional, la Secretaría de Seguridad ofrece el servicio de Asistencia Integral a la Denuncia (Aode) a través del número (601) 377 9595, extensión 1137.

• Instale un sistema de seguridad adicional: no confíe únicamente en los seguros de fábrica. Considere la instalación de una alarma, un bloqueo de dirección, un bastón para el volante o un inmovilizador de motor. Estos dispositivos hacen más difícil el robo y suelen disuadir a los delincuentes por el tiempo que toman en desactivarse.
• Evite dejar su vehículo en zonas oscuras o solitarias: procure parquear en lugares bien iluminados, con presencia de cámaras o vigilancia. Los delincuentes suelen aprovechar las calles poco transitadas y sin visibilidad, especialmente durante la noche.

• Considere un GPS o sistema de rastreo satelital: tener un localizador en tiempo real le permitirá conocer la ubicación de su carro en caso de robo. Algunos sistemas incluso ofrecen funciones como apagar el motor a distancia o generar alertas si el vehículo se mueve sin autorización.
• No deje objetos de valor a la vista: evite dejar bolsos, maletines, cajas o cualquier elemento que pueda llamar la atención desde el exterior. Aunque no sea de valor, podría provocar un intento de robo o daños al vehículo.
• Cierre puertas y ventanas cada vez que se baje del carro: aunque sea por unos segundos o para hacer una diligencia rápida, asegúrese de dejar su vehículo totalmente cerrado. Muchos robos ocurren por descuidos momentáneos.