La congresista Saray Robayo y su pareja, Emilio Tapia, contaron detalles de cómo intimaban en la cárcel: “Para hacer eso no se necesita comodidad”

A mediados de abril, el Juzgado Primero de Ejecución de Penas y Medidas de Seguridad de Barranquilla otorgó el beneficio de casa por cárcel luego de haber cumplido 48 meses en prisión y entregar $2.500 millones obtenidos de manera ilícita.

El implicado, en la actualidad, sostiene una relación con la congresista Saray Robayo Bechara con quien tiene una hija.

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Desde esa fecha, Tapia se encuentra en su casa junto a su pareja, la congresista de Córdoba, que milita en el Partido de la U, Saray Robayo, que lo acompañará en el periodo de prueba de 27 meses y 20 días, tiempo de condena que le resta para cumplir con la pena de seis años y ocho meses impuesta, según información de El Colombiano.

Recientemente, en conversación con la periodista española Eva Rey para su programa Desnúdate con Eva, Saray reveló algunos detalles de cómo vivían su intimidad en el centro penitenciario donde Tapia purgaba su condena.

Y es que al interior de la cárcel, la intimidad se convierte en un desafío complejo, atravesado por limitaciones físicas y controles estrictos.

Durante una conversación replicada en redes sociales y medios, la congresista describió cómo “la nanita fue planeada y concebida allá” en la cárcel junto al contratista de Centros Poblados.

Según las declaraciones recogidas ante la pregunta de la española sobre dónde tenían intimidad Tapia y Robayo, entre risas afirmaron que “en una cama y en otros lugares dentro del mismo cuarto”.

Para ella, la falta de comodidad no se convertía en un impedimento, sino en un elemento más de la rutina carcelaria: “no en la cama, pero también en el piso”, agregó Tapia a las declaraciones de la congresista.

De acuerdo con la conversación, el espacio íntimo no necesariamente contaba con los típicos barrotes visibles, pero la sensación de vigilancia y poca privacidad persistía en todo momento dentro del establecimiento.

Saray Robayo insistió en que la honestidad ante su hija es una prioridad y que no tiene miedo a que en algún momento su hija que fue concebida en la cárcel, conozca la verdad de su concepción: “Yo quiero ser siempre muy transparente con mi hija. No hay nada que ocultar”.

El relato añadió detalles sobre las condiciones en las que se desarrollaron sus relaciones personales en la cárcel, confesando entre risas y resignación que “la cama crujía, más o menos. Tocaba no chillar mucho, no así exactamente”.

El nombre de Emilio Tapia figura entre los exponentes más notorios de la corrupción en Colombia. Su expediente acumula hechos emblemáticos como el “carrusel de la contratación”, por el que en 2015 fue sentenciado a 17 años de cárcel, castigo rebajado tras su admisión de responsabilidad por cohecho e intereses indebidos en la adjudicación de los contratos 071 y 072 de 2007.

Estos acuerdos buscaban renovar la infraestructura vial de Bogotá, pero los recursos destinados a la remodelación de la calle 26 terminaron extraviados a través de un esquema criminal compartido con los hermanos Nule y el entonces alcalde Samuel Moreno.

Años después, según detalló la Fiscalía, Tapia reapareció como pieza fundamental en el fraude de la Unión Temporal Centros Poblados. La entidad acusadora, el 24 de mayo de 2023, lo vinculó tanto a ese caso como a supuestas anomalías en dos obras de tratamiento de agua en Cali.

Las pesquisas establecieron que Tapia confeccionó una estructura empresarial ficticia para cumplir las condiciones de contratación pública y así acceder a un contrato millonario enfocado en llevar conectividad digital a zonas rurales. Una vez asegurado el acuerdo, el Ministerio de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (MinTic) giró un anticipo de 70.000 millones de pesos.

De ese anticipo, Tapia habría obtenido 6.182 millones, de los cuales transfirió 1.118 millones a quienes aportaron su “experiencia” en la operación, mientras que los 5.064 millones restantes fueron usados en beneficio propio.

El historial de Tapia lo sitúa en el núcleo de tramas que evidencian cómo operan las redes de corrupción en proyectos tanto de infraestructura como de tecnología en Colombia.