Ejército crea unidad antidrones para contrarrestar a disidencias de las Farc y ELN en zonas críticas como Cauca y Catatumbo

En medio de una de las etapas más complejas del conflicto armado colombiano, el Ejército Nacional se prepara para una nueva fase de combate: la guerra tecnológica.

Ante el uso cada vez más frecuente de drones por parte de grupos armados ilegales como las disidencias de las Farc, el ELN y otras estructuras criminales, el alto mando militar ha dado luz verde a la creación de una unidad especializada en sistemas aéreos no tripulados y antidrones, de acuerdo con el diario El Tiempo.

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Esta fuerza operativa, cuyo diseño y planificación ya están en marcha, representa un giro estratégico en la doctrina militar colombiana.

No se trata solo de una adaptación táctica, sino de una respuesta a una amenaza que ha superado las capacidades tradicionales del Estado en el terreno.

En departamentos como Cauca, Nariño, Arauca, Catatumbo, Guaviare y el sur de Bolívar, los drones se han convertido en herramientas clave del crimen organizado: lanzan explosivos, vigilan movimientos de tropas, realizan labores de inteligencia y permiten coordinar operaciones de narcotráfico.

“Esta guerra ha cambiado. El enemigo también se moderniza, y nosotros debemos ir un paso adelante”, afirmó el mayor general Erik Rodríguez, segundo comandante del Ejército y uno de los principales impulsores del nuevo componente antidrones.

El alto oficial confirmó que la unidad ya se encuentra en fase de estructuración, y que contará con personal altamente capacitado en operación de drones, ciberdefensa, análisis técnico y control aéreo, según El Tiempo.

La iniciativa surge como respuesta a una transformación profunda del conflicto, marcada por la incorporación de tecnología de punta por parte de los actores ilegales.

El Ejército ha detectado un patrón creciente de uso de drones para fines ofensivos y de inteligencia, lo que obliga a las Fuerzas Armadas a replantear su estrategia operacional y acelerar el desarrollo de nuevas capacidades.

La nueva unidad no solo buscará interceptar y neutralizar drones enemigos, sino también operar sus propios sistemas aéreos no tripulados con fines de vigilancia, monitoreo y protección de la población civil.

Este componente multidimensional permitirá detectar drones en vuelo, interferir sus señales, bloquear su operación y rastrear la ubicación de sus operadores.

Además, los sistemas estarán conectados a plataformas de inteligencia territorial, lo que garantizará una respuesta más coordinada y efectiva ante posibles ataques.

El conflicto armado en Colombia ha entrado en una nueva fase marcada por la injerencia extranjera y el uso de tecnología militar avanzada.

Según reveló una alta fuente militar al medio citado, contratistas y exmilitares rusos estarían entrenando a disidencias de las Farc y al ELN en el manejo y modificación de drones explosivos, desde territorio venezolano y con apoyo del régimen de Nicolás Maduro.

Esta información se suma a reportes anteriores sobre la presencia de agentes iraníes en el país, configurando una cooperación militar entre Irán, Rusia y Venezuela en apoyo a grupos armados ilegales colombianos.

El entrenamiento abarca desde el pilotaje de drones hasta su adaptación con explosivos, incluyendo la modificación de modelos comerciales como los DJI Mavic 3 para lanzar cargas bélicas.

Además, se ha alertado sobre la participación de menores de edad en estos entrenamientos. Las regiones más afectadas por esta amenaza tecnológica son Tibú, Arauca, Catatumbo, Nariño, Cauca y Valle del Cauca, donde se han registrado al menos 183 ataques con drones entre 2024 y 2025.

Estos ataques han dejado cuatro militares y un civil muertos, además de más de 50 uniformados y siete civiles heridos.

Inteligencia militar ha identificado la existencia de laboratorios clandestinos en la frontera colombo-venezolana, donde técnicos extranjeros ayudan a montar drones con cámaras térmicas, sistemas de liberación remota y mecanismos para evadir bloqueadores.

Aunque China no estaría involucrada directamente en el conflicto, la mayoría de los drones utilizados son de origen chino, lo que facilita su adquisición y modificación.

La participación de Rusia e Irán en el fortalecimiento táctico de los grupos armados colombianos revela una escalada geopolítica preocupante y transforma el conflicto interno en una guerra con actores internacionales y tecnología cada vez más sofisticada.