Sube el precio del dólar en Colombia y preocupa a los inversionistas: así fue su comportamiento el 24 de junio

El precio del dólar estadounidense en Colombia cerró la jornada del 24 de junio en un promedio de $4.080,91. Esto significó una subida de $0,85 frente a la Tasa Representativa del Mercado (TRM), que se ubicó en $4.080,06.

La divisa norteamericana tuvo un precio de apertura de $4.080,00, tocó un máximo de $4.096,70 y un mínimo de $4.070,00. Además, durante el día, de acuerdo con la plataforma Set-FX, se negociaron más de USD1.300 millones en 1.900 transacciones.

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Con respecto a la última semana, el dólar estadounidense registra cambios ligeros; pero en el último año aún conserva una subida del 1,34%.

En relación a días pasados, acumuló dos fechas seguidas en descenso. En la última semana la volatilidad presentó un comportamiento notoriamente inferior a la volatilidad que reflejaron los datos del último año, por lo que podemos decir que está pasando por un periodo de mayor estabilidad en fechas recientes.

El comportamiento del dólar frente al peso colombiano ofrece una radiografía compleja pero reveladora sobre las fuerzas que moldean los mercados financieros. Aunque a simple vista el debilitamiento del dólar podría parecer una simple corrección cíclica, en realidad refleja una conjunción de factores macroeconómicos, geopolíticos y de percepción de riesgo que se están alineando en favor de las monedas emergentes, incluido el peso colombiano.

En primer lugar, la decisión de la Reserva Federal (Fed) de mantener estables las tasas de interés rompió con la expectativa de un endurecimiento monetario más prolongado. Esto restó atractivo al dólar como activo de refugio frente a otras divisas. El retroceso del índice DXY por debajo de los 99 puntos lo confirma, los inversionistas comienzan a buscar valor en mercados periféricos donde aún existen tasas reales positivas o expectativas de estabilidad cambiaria a corto plazo.

El peso colombiano supo aprovechar ese escenario. Su apreciación no solo responde a la debilidad global del dólar, también al atractivo que ganó dentro del bloque latinoamericano, especialmente en comparación con divisas como el real brasileño y el sol peruano. La percepción de un manejo macroeconómico más ordenado en Colombia y la mejora en la balanza de pagos por cuenta de las exportaciones energéticas dieron respaldo al tipo de cambio.

Sin embargo, la variable geopolítica introduce una capa de incertidumbre. El conflicto entre Irán e Israel, con la presencia activa de EE. UU. Elevó el apetito por activos seguros como el oro y los bonos del Tesoro. Esta demanda puntual puede reforzar al dólar en el corto plazo, pero su efecto se verá limitado si persiste la narrativa de una Fed moderada y si el petróleo se mantiene estable, como hasta ahora ha ocurrido, pese a las tensiones en Medio Oriente.

Y ahí es donde entra otro elemento clave, el petróleo. A diferencia de episodios pasados, el crudo no respondió con alzas abruptas al conflicto. Esta relativa estabilidad en los precios del barril favoreció al peso, una moneda que históricamente ha mostrado alta sensibilidad a los movimientos del petróleo.

Desde el punto de vista del inversionista, el mensaje es de equilibrio. El actual nivel del dólar puede ser favorable para quienes tienen obligaciones en esta moneda o buscan cobertura, pero la recomendación general es de cautela. Una estrategia escalonada, permitiría construir exposición al dólar sin asumir un riesgo desmedido frente a la volatilidad externa.

En suma, el dólar no está en caída libre, pero sí en un proceso de ajuste condicionado por la política monetaria estadounidense, la estabilidad de los commodities y la evolución de la crisis geopolítica. Para Colombia, este respiro cambiario es una oportunidad, aunque no está exento de sobresaltos si el entorno global se torna más adverso.