Asesinaron a alias el Tatuador, integrante del Clan del Golfo, en Barranquilla

La tarde del viernes 20 de junio, la violencia irrumpió en el barrio El Edén, en la localidad suroccidente de Barranquilla, cuando tres sicarios asesinaron a balazos a Ariel David Bonadiez Mercado, conocido como “el Tatuador” o “Tattoo”, de 24 años, integrante del grupo armado organizado Clan del Golfo.

La víctima, Ariel David Bonadiez Mercado, se encontraba solo en una zona enmontada del barrio El Edén, presuntamente consumiendo estupefacientes, cuando fue sorprendido por tres sujetos que llegaron en una motocicleta blanca.

Los agresores interceptaron a Bonadiez Mercado, desenfundaron un arma de fuego y le dispararon en repetidas ocasiones sin pronunciar palabra.

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Tras el ataque, los sicarios huyeron del lugar con rumbo desconocido, dejando a Bonadiez Mercado gravemente herido en el suelo. Minutos después, el joven falleció a causa de las heridas ocasionadas por los proyectiles.

La escena del crimen, un lote baldío en una zona de difícil acceso, se ha convertido en el epicentro de las investigaciones policiales. La Policía Metropolitana de Barranquilla, a través de su Seccional de Investigación Criminal, ha desplegado un operativo para identificar y capturar a los responsables.

Las primeras hipótesis apuntan a un ajuste de cuentas motivado por disputas territoriales relacionadas con la comercialización de estupefacientes en el sector sur de la ciudad, zona de injerencia de la estructura criminal los Costeños.

Alias el Tatuador había sido capturado el 23 de abril de 2025 por el delito de porte ilegal de arma de fuego, junto con otros siete integrantes del Clan del Golfo, durante un operativo realizado en el barrio Por Fin, también en la localidad suroccidente de Barranquilla. En esa ocasión, las autoridades lo señalaron de planear atentados contra policías en el denominado Plan Pistola, una ofensiva criminal ordenada por alias Chirimoya.

Tras su captura, Bonadiez Mercado recibió medida de detención domiciliaria y vigilancia electrónica, ordenada el 9 de junio, que debía cumplir en su residencia del barrio La Paz. Sin embargo, el día del crimen fue hallado a varios kilómetros de su domicilio, en un sector donde también opera la estructura criminal conocida como los Costeños.

La presencia de Bonadiez Mercado en el barrio El Edén, lejos de su lugar de reclusión, ha sido interpretada por los investigadores como un indicio de que continuaba vinculado a actividades ilícitas, especialmente al microtráfico de drogas.

El segundo cabecilla de la organización criminal conocida como la Terraza, identificado como Juan Pablo Taborda Zamora, alias Yordi, fue capturado por las autoridades en la ciudad de Armenia, dentro de una lujosa mansión el 16 de junio de 2025, tras ser señalado como responsable de ordenar un ataque armado contra un exfutbolista en marzo del mismo año.

La detención de Yordi, que figuraba como uno de los líderes más buscados de la estructura criminal con base en Medellín, se produjo en una exclusiva zona residencial de Armenia, donde el jefe de sicarios se había refugiado desde abril.

La presencia de Yordi en Armenia no pasó desapercibida para las autoridades, que desde abril seguían su rastro. El operativo, ejecutado con precisión, permitió irrumpir en la mansión donde el cabecilla se alojaba.

Las imágenes difundidas por la Policía Nacional tras la intervención sorprendieron por los hallazgos realizados en el lugar. No solo se incautaron sumas de dinero y objetos de lujo, también se documentó la existencia de altares de santería en diferentes espacios de la propiedad.

Entre los objetos encontrados se cuentan fotografías tipo documento de diferentes personas, cartas del tarot, cigarrillos, joyas, copas con agua y crucifijos, así como cuadros, figuras y estatuas asociadas a la santería, una práctica de origen afrocaribeño.

El proceso judicial contra Yordi experimentó un giro inesperado tras su detención. A través de sus apoderados, el acusado emitió un comunicado en el que negó cualquier relación con el ataque armado en Belén Rosales, destacando que en ese momento no cursaba ningún proceso en su contra.

La defensa insistió en la ausencia de pruebas que lo vincularan directamente con los hechos investigados. Esta postura encontró eco en la decisión del Juzgado Segundo Penal Municipal Ambulante de Antioquia, que ordenó la libertad de Yordi al considerar que la Fiscalía no presentó pruebas suficientes para justificar una medida de aseguramiento en su contra. Pese a su liberación, el proceso judicial continuará, y las autoridades mantienen abiertas las investigaciones para esclarecer su presunta responsabilidad en los hechos.