Menor de 17 años fue sorprendido en Bogotá con dos cajas llenas de munición de largo alcance

Según explicó el coronel Óscar Chauta, comandante de la estación de Policía de Bosa, el menor manejaba un vehículo en el momento en el que fue detenido

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El menor cayó en medio
El menor cayó en medio de labores de patrullaje que llevaban a cabo uniformados de la Policía Nacional - crédito Policía Nacional

Las autoridades lograron incautar un cargamento de munición de largo alcance transportado por un menor de 17 años en el sur de Bogotá, durante un operativo en la localidad de Bosa, informó la Policía Metropolitana.

El hallazgo se registró cuando los uniformados llevaban a cabo controles en la vía, deteniendo un vehículo conducido por el adolescente, cuya actitud y documentación aceleraron las sospechas y el posterior procedimiento de registro.

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De acuerdo con el coronel Óscar Chauta, comandante de la estación de Policía de Bosa, el joven intentó mostrar una licencia de conducción perteneciente a otra persona al momento en que los agentes se lo requirieron, lo que encendió las alertas y derivó en una requisa del automóvil.

Fue entonces cuando los policías inspeccionaron el interior y encontraron un carriel y dos cajas de cartón que contenían 40 cartuchos calibre 5.56, munición diseñada para armas largas como fusiles y ametralladoras con recámara para cartuchos de 5,56×45 mm.

Según detalló el comandante Chauta, “este adolescente fue sorprendido queriendo comercializar dos cajas de munición de largo alcance. Nuestros uniformados realizaban registro de vehículos y observaron un carro sospechoso manejado por un menor de edad”. Al verse descubierto, el joven se identificó rápidamente como menor de 17 años y afirmó que únicamente estaba transportando el vehículo de un punto a otro, indicaron las fuentes policiales consultadas.

El menor permanece bajo el
El menor permanece bajo el poder de las autoridades- crédito Policía Nacional

Después de la aprehensión, la Policía de Bosa redobló esfuerzos para identificar tanto la procedencia como el destino final de la munición decomisada. Las autoridades investigan si existe una red criminal o si el adolescente actuaba como parte de una estructura dedicada al tráfico ilegal de balística en la capital colombiana.

Y es que este episodio encendió nuevamente las alarmas sobre la utilización de menores en la movilización y comercio de armas o municiones, una modalidad detectada en recientes investigaciones sobre criminalidad en Bogotá. Las autoridades enfatizaron la importancia de los controles preventivos en zonas estratégicas para impedir que cargamentos de este tipo circulen por la ciudad y pongan en riesgo la seguridad de los habitantes del sur de Bogotá.

Este habría sido el vehículo
Este habría sido el vehículo que manejaba el menor de edad - crédito Policía Nacional

Instrumentalización de menores de edad, una de las grandes problemáticas en el país

La instrumentalización de menores de edad para cometer actos violentos en Colombia es un fenómeno de larga data que persiste desde las décadas de los ochenta y noventa. Grupos como el Cartel de Medellín, las AUC y, más recientemente, bandas emergentes, reclutarían niños y adolescentes por su facilidad de manipulación, menor penalidad y vulnerabilidad económica y social.

Las cifras son alarmantes. Se estima que unas 18 000 personas menores de 18 años han sido parte de estructuras criminales conocidas como bacrim, mientras que fuerzas del orden reportan cerca de 100 000 menores en manos de estas agrupaciones. Reclutan desde ofrecer dinero hasta adoctrinamiento, promesas de pertenencia o incluso inducción al consumo de drogas como mecanismo de control.

El menor implicado en el
El menor implicado en el atentado contra el senador reveló detalles inéditos sobre el pago y la logística del ataque, mientras la investigación avanza para identificar a los autores intelectuales y esclarecer la ruta del dinero - crédito Colprensa - redes sociales

El reciente atentado contra el senador Miguel Uribe Turbay, perpetrado por un menor de 15 años, reavivó esta tragedia social y política.

El joven confesó haber actuado por encargo y por dinero, sin comprender por completo el alcance de sus actos. Autoridades identificaron al menos un cómplice —otro menor— que entregó el arma, lo que evidencia una red de reclutamiento con roles definidos

Este hecho conmocionó a la opinión pública, reabriendo el debate sobre la participación de menores en violencia política, una práctica que parecía superada y que ha vuelto a golpear la democracia colombiana.

La respuesta institucional ha sido mixta: por un lado, el Icbf activó protocolos para proteger al menor capturado y brindar apoyo psicológico, al tiempo que insistió en la responsabilidad penal de los adultos que lo manipularon.