Se volvió a caer la industria, el Dane prendió las alarmas con cifras que golpean la economía colombiana

Un informe expone las dificultades del sector industrial, con petróleo y carbón a la baja. Solo cuatro áreas, lideradas por la química, impulsaron un leve crecimiento

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La minería y el petróleo
La minería y el petróleo lideran las caídas con descensos de hasta un 23%, impactando severamente las oportunidades laborales y las exportaciones - crédito David McNew/REUTERS

Un informe del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane) reveló que la producción industrial de abril volvió a mostrar señales de debilidad, siguiendo la tendencia negativa que había interrumpido brevemente en marzo. A pesar del respiro observado entonces, la actividad se contrajo nuevamente un 4,8%, respecto al mismo mes del año anterior.

Durante los últimos doce meses, diez de ellos cerraron con cifras adversas. Según el Dane, los sectores de explotación de minas y canteras, la industria manufacturera, la captación de agua y el suministro de electricidad y gas fueron los más afectados, registrando todos variaciones negativas.

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El Dane informa que la producción industrial en abril decreció un 4,8%, siguiendo las caídas acumuladas en diez de los últimos doce meses - crédito Dane

En contraste, solo cuatro de las 26 ramas industriales evaluadas inyectaron dinamismo en la economía. La fabricación de otros tipos de equipo de transporte lideró el grupo con un crecimiento del 15,1%, seguida por la confección de prendas de vestir (+5,4%) y la producción de sustancias y productos químicos (+1,2%), al tiempo que la fabricación de otros productos minerales no metálicos también marcó una tendencia al alza.

“El sector explotación de minas y canteras registró una variación de 13,7%; el sector de industria manufacturera de –3,3%; el sector captación y tratamiento y distribución de agua de 2,1% y el sector de suministro de electricidad y gas de 0,8 %”, explicó el Dane para comparar abril de 2025 frente a abril de 2024.

Dentro de los principales motores del retroceso, destacó la extracción de petróleo crudo y gas, que cayó un contundente 10,2%, contribuyendo con –1,4 puntos porcentuales al debilitamiento general. La extracción de hulla también sufrió una caída notable del 23,1%, añadiendo –1,1 puntos al balance negativo.

Por su parte, la fabricación de automotores, remolques y semirremolques registró una fuerte contracción del 23,3%, una de las caídas más pronunciadas entre las actividades industriales.

La fabricación de automotores sufrió
La fabricación de automotores sufrió una contracción del 23,3%, añadiendo presión a un sector industrial ya golpeado - crédito Gobierno de Guanajuato

En síntesis, el panorama industrial de abril refleja una clara vuelta a la baja. Con diez meses en rojo y solo cuatro sectores favorecidos, la economía manufacturera enfrenta aún serios desafíos para retomar una senda sólida y sostenida de crecimiento.

Lo que dicen las cifras

La contracción del 4,8% en la producción industrial de abril plantea una serie de implicaciones económicas relevantes, tanto a corto como a mediano plazo. Aunque las cifras del Dane reflejan con claridad la debilidad del sector, lo que está en juego trasciende las estadísticas mensuales, se trata de una señal de enfriamiento en uno de los pilares de la actividad productiva nacional.

La industria, como generadora de empleo directo e indirecto, tiene un efecto multiplicador en la economía. Cuando cae, también lo hacen las oportunidades laborales, especialmente en regiones altamente dependientes de sectores como la minería o la manufactura. Esto podría traducirse en una menor dinámica de consumo, afectando otras ramas como el comercio y los servicios.

La obligación de pagar la
La obligación de pagar la prima de servicios también incluye indemnizaciones por cada día de retraso en el cumplimiento del empleador - crédito iStock

Además, la pérdida de ritmo en la extracción de petróleo y carbón, dos de los rubros con más peso en las exportaciones colombianas, podría impactar negativamente en la balanza comercial, justo en un contexto global donde los precios de los energéticos muestran alta volatilidad. Este retroceso compromete también la captación de divisas y la estabilidad fiscal, al disminuir los ingresos provenientes de regalías y tributos del sector extractivo.

Por otro lado, la caída en la fabricación de automotores y maquinaria indica posibles cuellos de botella en la inversión, tanto pública como privada, así como una demanda interna aún débil o cautelosa. El rezago en la industria también plantea interrogantes sobre la efectividad de las políticas de reactivación y la necesidad de acelerar procesos de diversificación productiva y modernización tecnológica. A menos que haya una reversión clara de esta tendencia, la economía podría entrar en un ciclo de bajo crecimiento con riesgos estructurales más profundos.