El comienzo del fin del Cartel de Cali: así fue la captura hace 30 años de Gilberto Rodríguez Orejuela, escondido en una pared falsa de su mansión

La captura del líder del Cartel de Cali en 1995 marcó el inicio del colapso de una de las redes de narcotráfico más influyentes, tras meses de intensa persecución por parte de las autoridades colombianas

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La detención de Gilberto Rodríguez
La detención de Gilberto Rodríguez Orejuela, conocido como “El Ajedrecista”, significó un giro decisivo en la lucha antidrogas y el principio del fin para la organización criminal que dominó el tráfico internacional - crédito REUTERS/Stringer

El 9 de junio de 1995, hace exactamente 30 años, las autoridades colombianas capturaron a Gilberto Rodríguez Orejuela, figura central del Cartel de Cali.

El operativo marcó un punto de quiebre en la lucha contra el narcotráfico, tras seis meses de búsqueda sostenida por parte del Estado. Rodríguez Orejuela, conocido como “El Ajedrecista” por su capacidad para mover influencias y mantenerse oculto, fue hallado en una vivienda de tres pisos en el barrio Santa Mónica Residencial, al norte de Cali.

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Permanecía escondido tras una pared falsa, en completo silencio, mientras los soldados ingresaban al lugar. Su detención representó el inicio del desmoronamiento de una organización criminal que durante dos décadas había consolidado una de las redes de narcotráfico más poderosas del mundo.

En medio de la operación
En medio de la operación para capturar a Gilberto Rodríguez Orejuela, las autoridades en Bogotá concluyeron que incluir a agentes de la Policía de Cali o del Valle del Cauca en el Bloque de Búsqueda ponía en riesgo la misión. A diferencia de Pablo Escobar, cuya estrategia fue enfrentar abiertamente a la Fuerza Pública, el Cartel de Cali optó por infiltrar y cooptar a miembros de las instituciones de seguridad para garantizar su protección y operar con impunidad - crédito Infobae

En medio de la operación para capturar a Gilberto Rodríguez Orejuela, las autoridades en Bogotá concluyeron que incluir a agentes de la Policía de Cali o del Valle del Cauca en el Bloque de Búsqueda ponía en riesgo la misión. A diferencia de Pablo Escobar, cuya estrategia fue enfrentar abiertamente a la Fuerza Pública, el Cartel de Cali optó por infiltrar y cooptar a miembros de las instituciones de seguridad para garantizar su protección y operar con impunidad.

La detención de Gilberto Rodríguez Orejuela, el 9 de junio de 1995, representó finalmente un avance definitivo en la ofensiva contra el Cartel de Cali. Aunque tanto él como su hermano Miguel ya habían sido capturados en varias ocasiones, los operativos anteriores se habían frustrado por la intervención de policías en Cali que, en lugar de asegurarlos, facilitaron su liberación y fuga. Esta vez, el cerco no cedió.

La detención de Gilberto Rodríguez
La detención de Gilberto Rodríguez Orejuela, el 9 de junio de 1995, representó finalmente un avance definitivo en la ofensiva contra el Cartel de Cali - crédito Colprensa

De hecho, al respecto el hijo de Gilberto Rodríguez Orejuela Fernando Rodríguez dijo en un documental realizado por el medio El País de Cali lo siguiente: “Esa no fue la única captura que tuvo mi papá; a mi papá y a mi tío los capturaron dos o tres veces antes de eso, pero hubo algunos arreglos y los soltaron”.

Según el testimonio de Fernando Rodríguez , estas liberaciones tenían un alto costo económico y generaban una constante incertidumbre para la familia. “No sé bien cuántas veces los capturaron y los soltaron, pero lo que sí sé es que el precio era alto. $500.000 dólares, un millón de dólares, camionetas. Realmente nosotros en un momento realmente decíamos que era mejor que los capturaran por esa zozobra a diario de que sí, que no, que sí los cogieron, pero luego que los soltaron”, contó.

El general (r) Rosso José
El general (r) Rosso José Serrano relató para el medio antes mencionado que, al ingresar a la vivienda donde se encontraba Gilberto Rodríguez Orejuela, lo vio acompañado de su esposa Rocío, visiblemente afectada por la situación - crédito @AuraRocioRF/Twitter

Por otro lado, el general en retiro Rosso José Serrano, quien en 1995 dirigía la Policía Nacional, relató en entrevista con El Tiempo cómo vivió el momento en que se concretó la captura de Gilberto Rodríguez Orejuela. Según contó, ese viernes se encontraba en Cali por el sepelio de un sargento asesinado cuando recibió la información clave sobre el paradero del capo. “El comandante de la Policía en el Valle me dijo ‘mi general, no se vaya que vamos a capturar a Gilberto Rodríguez, lo tenemos ubicado’ (...) yo empecé a tomar agua y a temblar (...) y a las dos horas lo teníamos capturado”, recordó.

El general (r) Rosso José Serrano también relató en el medio antes mencionado que el hallazgo del escondite de Gilberto Rodríguez Orejuela fue posible gracias al seguimiento realizado por dos mujeres policías al contador del cartel. Según explicó, ambas identificaron dos viviendas idénticas como posibles puntos de ingreso, pero una de ellas logró determinar cuál era la correcta al percibir el olor de la loción que usaba el hombre que estaban siguiendo. La persona a la que seguían las agentes de policía era Guillermo Palomari.

El general (r) Rosso José Serrano relató para el medio antes mencionado que, al ingresar a la vivienda donde se encontraba Gilberto Rodríguez Orejuela, lo vio acompañado de su esposa Rocío, visiblemente afectada por la situación. “Sentado con la pobre Rocío (esposa) con una cara de espanto la mujer, y me empecé fue a preocupar por su salud”, indicó.

Gilberto y Miguel Rodríguez Orejuela fueron los principales impulsores del Cartel de Cali, una red criminal que alcanzó su mayor expansión entre las décadas de 1980 y 1990. Junto a Helmer Herrera y José Santacruz Londoño, consolidaron una estructura que logró ingresar al menos 200 toneladas de cocaína al mercado estadounidense, controlando cerca del 80 por ciento del flujo de esa droga en ese país. La organización operaba con un esquema altamente estructurado, abarcando desde la producción de la cocaína hasta su transporte, distribución y posterior lavado de activos.