Crisis ambiental: playas vírgenes del Caribe colombiano están “extremadamente sucias”

Un estudio de la Universidad del Atlántico reveló altos niveles de residuos plásticos en playas apartadas del Caribe, superando la contaminación de zonas urbanas

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Investigadores hallan niveles alarmantes de
Investigadores hallan niveles alarmantes de residuos plásticos en playas remotas del Caribe colombiano, exponiendo la crisis ambiental global - crédito Nelson Rangel-Buitrago

Un reciente estudio realizado por la Universidad del Atlántico reveló que algunas de las playas más remotas del Caribe colombiano, consideradas vírgenes por su aislamiento y belleza natural, presentan niveles alarmantes de contaminación por residuos plásticos, incluso superiores a los de zonas urbanas.

Con base en la investigación, publicada en la revista científica Marine Pollution Bulletin, estas áreas, que no reciben turistas ni cuentan con asentamientos humanos permanentes, se convirtieron en trampas naturales para desechos marinos, lo que pone en evidencia la magnitud del problema global de la contaminación plástica.

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Más del 91% de los
Más del 91% de los residuos en las playas estudiadas corresponde a plásticos como botellas, tapas y fragmentos diversos - crédito Nelson Rangel-Buitrago

El estudio, liderado por los investigadores Nelson Rangel-Buitrago y Adriana Gracia, analizó ocho playas apartadas ubicadas entre los departamentos de Atlántico y Bolívar, incluyendo Isla Arena, una isla coralina deshabitada. En total, se identificaron más de 9.600 ítems de basura a lo largo de 76 kilómetros de costa, de los cuales el 91,5% corresponde a plásticos.

Entre los residuos más comunes se encuentran fragmentos de esponjas plásticas (20,8%), tapas y tapones (14,6%), botellas y envases de bebidas (11,8%), fragmentos plásticos de entre 2,5 y 50 cm (7,3%) y calzado, como sandalias y zapatos (6,3%). También se hallaron envases cosméticos, bolsas plásticas, jeringas, redes, cuerdas y piezas de vehículos, lo que evidencia la diversidad y el carácter transfronterizo de los desechos.

De acuerdo con los investigadores, la contaminación en estas playas se debe principalmente a residuos transportados por ríos, corrientes marinas y actividades humanas en tierra firme. Adriana Gracia explicó que las corrientes marinas, los vientos y la morfología costera convierten estas áreas en puntos de acumulación para los residuos flotantes, que pueden haber recorrido cientos de kilómetros antes de depositarse en estas costas. Este fenómeno subraya la naturaleza global del problema, ya que los desechos no necesariamente provienen de las regiones cercanas.

Playas deshabitadas como Isla Arena
Playas deshabitadas como Isla Arena registran mayor contaminación que áreas urbanas, reflejando una gestión deficiente de residuos - crédito redes sociales

Para evaluar la magnitud de la contaminación, los investigadores utilizaron herramientas estadísticas y dos indicadores clave: el Índice de Costa Limpia (CCI) y el Índice de Abundancia Plástica (PAI). Los resultados fueron categóricos: todas las playas estudiadas fueron clasificadas como “extremadamente sucias” y con una “abundancia plástica muy alta”.

Según Rangel-Buitrago, estos hallazgos son especialmente preocupantes porque reflejan una imagen más precisa de la magnitud del problema global, al tratarse de playas sin intervención turística ni urbana directa. “Estamos subestimando el volumen real de basura marina al ignorar estos sitios. Las playas remotas reflejan con mayor precisión la magnitud del problema”, afirmó el investigador.

Ante este panorama, los autores del estudio propusieron una serie de medidas para abordar la crisis. Entre las acciones sugeridas se encuentra mejorar el manejo de residuos sólidos en cuencas hidrográficas como la del río Magdalena, una de las principales fuentes de contaminación en la región.

Corrientes marinas y ríos como
Corrientes marinas y ríos como el Magdalena transportan desechos internacionales hasta las costas del Caribe colombiano - crédito redes sociales

También recomiendan integrar las playas remotas en los sistemas nacionales de monitoreo ambiental, como los promovidos por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma), y desarrollar campañas educativas y brigadas comunitarias de limpieza adaptadas a contextos rurales. Asimismo, sugieren implementar barreras físicas, como booms y trampas, en las desembocaduras de ríos para interceptar plásticos antes de que lleguen al mar.

El estudio también busca llamar la atención de los responsables de la formulación de políticas públicas, subrayando que no basta con proteger las playas más visitadas. Rangel-Buitrago, aseguró que las zonas apartadas también merecen atención, no solo por su riqueza ecológica, sino porque evidencian fallas estructurales en la gestión global de residuos.

“El Caribe colombiano está dando un paso adelante. Nuestros resultados deben servir como base para políticas más justas, que protejan no solo las playas populares, sino también aquellas olvidadas pero fundamentales para el equilibrio ecológico”, concluyó el investigador.