Mujer que alquiló su vientre en Colombia relató los problemas físicos, emocionales y hasta económicos por los que tuvo que pasar: “Mi vida era bastante desordenada”

Jenny Rivera contó todo el proceso que fue alquilar su vientre, las dificultades físicas y emocionales que afectaron su vida

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EFE/ Esteban Biba
EFE/ Esteban Biba

Jenny Rivera, una madre colombiana que se embarcó en el camino de la subrogación, encontró el proceso mucho más complejo de lo que inicialmente había imaginado.

Al compartir su historia En Privado Podcast, Rivera reveló la dura realidad tras lo que parecía ser una oportunidad para mejorar su calidad de vida: el alquiler de su vientre por doce mil dólares.

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Esta experiencia no solo la afectó emocionalmente tras entregar al bebé, sino que también la dejó lidiando con problemas contractuales con la agencia que gestionó el acuerdo.

Durante su relato, Rivera contó que su motivación para convertirse en madre subrogada fue principalmente económica, buscando mejorar la vida de su propia familia.

Historia del proceso de alquiler
Historia del proceso de alquiler de vientre en Colombia - crédito Captura video En Privado Podcast

En total me pagaron 51 millones de pesos (cerca de 12.500 dólares). Esto es relativo, hay clínicas que pagan menos, hay otras que pagan más, pero la que yo me contacté, da 10 cuotas de 2.400.000 por 10 meses y al finalizar dan un bono total de 27 millones de pesos”, confesó Jenny al pódcast.

Sin embargo, tras el nacimiento de la niña a la que llevó durante nueve meses, la despedida fue emocionalmente devastadora.

“Cuando la niña nace y la sacan igual, ¿no? Normal y se la pasan al papá, pues yo la veo y yo, pues como entre el agotamiento de haber parido, porque fue superduro, verla para mí, es como no sé, como que se me quebrantó algo dentro de mí, muy fuerte, ¿cómo la entrego sin que me duela? ¿Cómo la entrego sin demostrar que me está doliendo el alma? ¿Cómo yo entiendo que voy a casa con los brazos vacíos, sin barriga, sin bebé, sin nada?“, agregó al programa mencionado.

En cuánto a la razón que la motivó a realizar el procedimiento, Rivera contó en el programa que, “mi vida era bastante desordenada, cumpliendo horario, corriendo de lado a lado para ver quién me colaboraba con el niño. Y cuando me llegan a hablar de esta oportunidad, pues la verdad es algo que no pienso dos veces por la cifra que me dan. En su momento, yo asimilo este monto como algo bastante grande, en lo cual pienso que voy a solucionar muchas cosas en mi vida, esa es la razón por la cual decido hacer todo este proceso, sin pensarlo”.

Rivera explicó cómo, junto a
Rivera explicó cómo, junto a otras mujeres en similar situación, tuvo que pelear por recibir el dinero prometido, una lucha que se prolongó más de lo deseado y que añadió una carga adicional al ya intenso estrés emocional del proceso - crédito Diego Radamés / Europa Press)

Uno de los aspectos más complicados que Rivera y otras madres de alquiler enfrentaron fue el problema con los pagos. La agencia de subrogación, con la que habían acordado una compensación específica, no cumplió con lo pactado tras la entrega de los bebés.

“Con la clínica tuvimos ciertos inconvenientes porque lo se pactó al principio, no fue. Tú eres muy útil para la clínica, se preocupan por ti mientras tú tienes al bebé en tu vientre. Son dos mamitas subrogadas a las cuales no les han terminado de pegar ¿Qué hacen el dinero? Porque los papás pagan antes de que uno entregue los bebés, ¿por qué abusan? La gran mayoría lo hacemos por necesidad. Si a ti no te pagaran, ¿tú lo harías?”, contó Rivera en medio del pódcast.