Aumento del salario mínimo sería culpable de que el Banco de la República no baje las tasas de interés como pide Petro

La política monetaria colombiana enfrenta desafíos muy importantes en su búsqueda por reducir la inflación y estabilizar la economía. Por eso, para el Banco de la República, el hecho de mantener altas las tasas de interés (9,25% actual), que es lo que cobra el Emisor a las entidades financieras por la liquidez que les suministra mediante las operaciones de mercado abierto, es fundamental, debido a que la inflación aún supera la meta establecida por el banco central, fijada en un 3%.

La inflación resistente y la indexación de precios son temas críticos para la política económica colombiana. El gerente general del Emisor, Leonardo Villar, explicó que, si bien en marzo de 2023 se logró frenar un pico considerable, la reducción del índice inflacionario resultó más lenta de lo proyectado y menos efectiva en comparación con otros países de la región. Con esto, rechazó de nuevo la insistencia del presidente Gustavo Petro de que la Junta Directiva del banco central reduzca con más fuerza el tipo de intervención.

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“A pesar del éxito que hemos tenido en bajarla de manera sustancial, el proceso ha sido más lento de lo esperado”, afirmó el funcionario durante la intervención que hizo, el 4 de junio, en la 59 Convención Bancaria organizada por Asobancaria. Una de las razones que atribuyó a esta situación es el alto grado de indexación de precios y salarios en el país, que afecta de manera directa el ajuste económico. Mencionó que el aumento salarial (de 9,54%, lo que lo dejó en $1.423.500) y de subsidios al transporte de un 11% para este año – una cifra 8 puntos porcentuales (pp) superior a la meta de inflación – complicó el hecho de alcanzar el objetivo inflacionario para 2025.

Entre noviembre de 2024 y abril de 2025, la inflación osciló sin una clara tendencia descendente, entre 5,1% y 5,3%. Durante ese período, la inflación básica (que excluye alimentos y servicios regulados) mostró leves señales de mejoras antes de un recuento en abril, cuando pasó de 4,8% a 4,9%, impulsada por una alza en servicios no regulados.

“El freno en la tendencia a la baja de la inflación desde noviembre pasado ha aumentado las inquietudes sobre el proceso de convergencia hacia la meta”, explicó Villar. Además, las expectativas inflacionarias para finales de 2025 aumentaron, al pasar de un estimado de 3,7% el año pasado a alrededor del 4,8% en la actualidad, según encuestas a analistas.

El entorno internacional también contribuye con el panorama inflacionario y fiscal de Colombia. El gerente general del banco central señaló que el incremento en las tasas de interés internacionales, derivado de la incertidumbre global y el aumento en los márgenes de riesgo país, encareció el financiamiento externo. A la situación se suma el aumento del déficit fiscal y el crecimiento de la deuda pública como porcentaje del PIB, factores que elevan el costo de la deuda interna del Gobierno.

En este sentido, “la tasa de interés de largo plazo de los TES, que define el costo al que se financia el Gobierno, ha aumentado en 1,5 puntos porcentuales para títulos de diez años”, detalló.

A modo de comparación con la región, Villar señaló que países de América Latina como Perú, Uruguay y Costa Rica, que tienen estrategias de inflación objetivo similares, redujeron las tasas de interés de manera más rápida, gracias a que los niveles inflacionarios ya están dentro de los rangos meta.

Mientras tanto, en México, la tasa de interés de política se redujo a 8,5%, respaldada por una inflación del 4,2%, más baja que la de Colombia. También mencionó el caso de Brasil, donde la inflación actual es de 5,5%, por encima de la colombiana, pero las políticas fiscales y la depreciación del real forzaron al Banco Central de Brasil a incrementar rápidamente la tasa de interés hasta el 14,75%. “Afortunadamente en Colombia no hemos tenido que enfrentar una situación como esa”, agregó.

A pesar de los desafíos, el Banco de la República mantiene sus previsiones para finales de 2025. El escenario central proyecta una reducción continua de la inflación, aunque es probable que permanezca fuera del rango de tolerancia de un punto porcentual alrededor de la meta del 3%. El panorama es más incierto debido a decisiones no controladas por el banco, como el aumento del salario mínimo, que sigue dificultando la convergencia inflacionaria.

“Las decisiones que tomamos dependerán de muchas variables cuyo comportamiento evaluaremos en su momento”, puntualizó al reiterar la importancia de una política monetaria cautelosa para garantizar la estabilidad económica a largo plazo.

El caso colombiano destaca la complejidad de equilibrar una política monetaria contractiva con las presiones inflacionarias internas y los desafíos externos. Leonardo Villar enfatizó que el objetivo es mantener una estrategia que permita converger hacia el cumplimiento de la meta de inflación, al tiempo que se fomente un crecimiento económico sostenible.