Colombiana se subió sin pagar a un bus en Roma y se llevó el susto de su vida: “Seguro me deportaban”

El último día de la colombiana Verónica Duque en Roma fue el peor de todo su viaje en Europa.

Según comentó en un video publicado en sus redes sociales para advertir a otros turistas: “Nos multaron en Roma y quiero empezar diciendo que esto no nos enorgullece contarlo. Es más, me da pena y vergüenza todo esto, pero lo voy a contar. Por la mañana cogimos un bus y lo pagamos con la tarjeta, pero no funcionó. En resumidas cuentas no pagamos el bus”.

Y continuó: “Estábamos confiadas de la vida, pero una persona se montó a revisar que todo el mundo tuviera su tiquete y ahí fue cuando empecé a parir micos, porque pensé: aquí fue, porque además se montaron como cuatro personas a hacer la verificación”.

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Revisaron a su acompañante cuando se acercaba a una de las paradas y, aunque Verónica pensó en ponerse de pie e irse, una de las funcionarias la requirió:

“Saqué la tarjeta y la señora la escaneó, pero no aparecía el payment. Yo le juré que había pagado, pero ella que no y que no... que no aparecería y me pidió el pasaporte. La señora me empezó a pedir como una loca maniática el pasaporte y yo le dije que andaba indocumentada, porque antes muerta, que entregárselo, porque seguro que me deportaban”.

Duque intentó de todo para manejar la situación, pero “la señora se emberracó y nos bajó el bus. Se puso la vaina peluda porque la señora no estaba permitiendo que pagáramos ahí. Quería la multa o el pasaporte y todo esto era en italiano”.

En algún punto llegó a entender que debía pagar 560€, pero tan pronto como imprimieron el comparando se sintió aliviada; ya que tenía un costo de 54€:

“La señora me seguía pidiendo los datos del pasaporte, pero yo ni loca se los di. Se los juro que terminaba deportada, pero la historia no termina ahí. En mis tarjetas tenía cero pesos, entonces tuve que escribirle a un amigo para que me enviara el dinero, pero al pasar la tarjeta faltaban 50 céntimos y me tocó ponerme a escribirle a alguien más para pedirle el faltante. Pero les digo: no traten de pasarse por avispados. Era mi último día de eurotrip y pensé que coronaba, pero no lo logré”.

En un intento por enfrentar a carteristas en Roma, el creador de contenido bogotano Christian Álvarez, conocido como Crisbasabe, vivió una experiencia adversa. Al llegar a la estación de metro Termini, uno de los puntos más concurridos de la ciudad, Álvarez se encontró con un grupo de carteristas, referidas localmente como “borseggiatrici”. El creador de contenido decidió grabar la escena con su móvil, inspirado por la iniciativa de la concejala de Venecia, Mónica Poli, y su agrupación “Ciudadanos no distraídos”, que advierte a los transeúntes sobre la presencia de carteristas.

A pesar del aparente riesgo, Álvarez cuestionó a las mujeres por cubrirse los rostros, lo que desencadenó una respuesta agresiva. Una de ellas lo siguió y lo golpeó en la espalda, aparentando sacar un arma de su bolso para intimidarlo. Tras el ataque, el creador relató que, a medida que subían por las escaleras eléctricas, la mujer discutió con él antes de volver a bajar. Durante el altercado, aunque Álvarez pidió auxilio, las personas a su alrededor optaron por no intervenir, posiblemente desconfiando en la eficacia de la policía frente a estas situaciones recurrentes.

La estrategia de Mónica Poli en Venecia, que consiste en advertir mediante gritos la presencia de carteristas, ha logrado evitar numerosos robos a turistas y se ha extendido a otras ciudades como Barcelona, donde grupos como “Patrulla BCN” protegen las áreas del metro y publican los rostros de carteristas en redes sociales. Poli, en declaraciones a The New York Times, expresó satisfacción porque su mensaje ha alcanzado el reconocimiento esperado, instando a los turistas a permanecer atentos frente a la rapidez con que actúan estos delincuentes en ciudades europeas populares.

Álvarez, al igual que Poli, intentaba alertar a la comunidad sobre los peligros de los robos en el transporte público. Sin embargo, su experiencia en Roma dejó en evidencia la indiferencia de los transeúntes en situaciones de peligro, un fenómeno que podría deberse al conocimiento común de que las autoridades muchas veces no logran tomar medidas efectivas.