Este fue el reporte de sismos en Colombia para la mañana del 29 de mayo

Un sismo de magnitud 2,2 se registró el 29 de mayo de 2025 en el municipio de Chitaraque, ubicado en el departamento de Boyacá, según informó el Servicio Geológico Colombiano (SGC). El evento ocurrió a las 12:51 p. m..

De acuerdo con los datos proporcionados por el SGC, el epicentro del movimiento telúrico se localizó en las coordenadas 6,02° de latitud y -73,40° de longitud, a una distancia aproximada de 5 kilómetros de Chitaraque, 9 kilómetros de Santana y 10 kilómetros de Suaita, este último en el departamento vecino de Santander.

El evento fue detectado por cuatro estaciones sísmicas, y el sistema de monitoreo lo clasificó con un estatus automático. El análisis técnico del sismo arrojó un RMS (residuo cuadrático medio) de 0,7 segundos y un gap de 219°, lo que indica la distribución de las estaciones que captaron el evento en relación con el epicentro.

Aunque la magnitud del sismo fue baja, el hecho de que se tratara de un evento superficial podría haber incrementado la percepción del movimiento en las áreas cercanas al epicentro. Sin embargo, hasta el momento no se han reportado daños materiales ni afectaciones a la población en los municipios cercanos.

Establecer un punto de encuentro seguro en caso de un temblor es una medida fundamental para garantizar la seguridad y la coordinación de las personas afectadas.

Según las recomendaciones, este lugar debe cumplir con una serie de criterios esenciales que aseguren su funcionalidad y accesibilidad en situaciones de emergencia.

El primer aspecto a considerar es la seguridad del lugar. Se sugiere optar por un área abierta que esté alejada de estructuras que puedan colapsar, como edificios, árboles, postes eléctricos u otras construcciones.

Este tipo de espacios minimiza el riesgo de accidentes secundarios tras un sismo, como derrumbes o caídas de objetos.

Otro factor clave es la facilidad de acceso. El punto de encuentro debe ser accesible para todos los integrantes del grupo o familia, incluyendo a personas con movilidad reducida.

Esto asegura que nadie quede excluido o en peligro debido a dificultades para llegar al lugar designado.

La comunicación previa sobre la ubicación exacta del punto de encuentro es igualmente importante. Todos los miembros del grupo deben conocer este lugar y tener claro cómo llegar a él después de un temblor. Esto reduce la confusión y facilita la reunión en un momento crítico.

La visibilidad del punto de encuentro también juega un papel crucial. El lugar debe ser fácilmente identificable desde diferentes direcciones, lo que facilita su localización incluso en condiciones adversas.

Esto es especialmente relevante en áreas urbanas densas o en situaciones donde la orientación puede verse afectada.

Colombia, un país ubicado en una región de alta actividad sísmica debido a su posición en el Cinturón de Fuego del Pacífico, ha sido escenario de varios terremotos significativos a lo largo de su historia.

Estos eventos han dejado una huella profunda en la memoria colectiva del país, tanto por su impacto humano como por los daños materiales que han causado.

Según los registros históricos, algunos de los sismos más fuertes en Colombia han sido devastadores, afectando tanto a las zonas urbanas como rurales.

Uno de los terremotos más recordados ocurrió el 31 de enero de 1906, con epicentro en la costa del Pacífico, cerca de Esmeraldas, Ecuador, pero que también afectó gravemente a Colombia.

Este evento alcanzó una magnitud de 8,8 y generó un tsunami que impactó las costas del Pacífico colombiano, causando pérdidas humanas y materiales significativas. Este sismo es considerado uno de los más fuertes registrados en la región.

Otro evento destacado fue el terremoto del 9 de febrero de 1967, que afectó principalmente a la región de Huila. Con una magnitud de 7,2, este sismo dejó un saldo de más de 300 muertos y miles de heridos, además de la destrucción de viviendas e infraestructura.

Este terremoto puso en evidencia la vulnerabilidad de las construcciones en el país frente a este tipo de desastres naturales.

El terremoto de Popayán, ocurrido el 31 de marzo de 1983, es otro de los eventos sísmicos más recordados en Colombia. Con una magnitud de 5,5, este sismo causó la muerte de más de 250 personas y dejó a miles sin hogar.

La ciudad de Popayán, conocida por su arquitectura colonial, sufrió graves daños en su patrimonio histórico, lo que generó una gran movilización para su reconstrucción.

Un kit médico de emergencia puede marcar la diferencia en situaciones críticas, especialmente en una ciudad como Bogotá, donde la posibilidad de enfrentar un sismo es una realidad latente.

Según información proporcionada por la Alcaldía de Bogotá, contar con los elementos adecuados y tomar las precauciones necesarias son pasos fundamentales para garantizar la seguridad y el bienestar de los ciudadanos en caso de un evento sísmico.

De acuerdo con las recomendaciones de la Alcaldía, un kit médico básico debe incluir insumos esenciales para atender lesiones menores y estabilizar a las personas afectadas mientras llegan los servicios de emergencia.

Entre los elementos sugeridos se encuentran vendas, gasas, alcohol, desinfectantes, tijeras, guantes desechables y medicamentos básicos como analgésicos y antialérgicos. Además, se recomienda incluir una linterna con baterías de repuesto, un silbato para pedir ayuda en caso de quedar atrapado y una lista de contactos de emergencia.

La preparación no se limita únicamente al contenido del kit. Según las autoridades, es crucial que las personas sepan cómo utilizar los elementos incluidos y que realicen simulacros periódicos para familiarizarse con los procedimientos de emergencia.

La actividad sísmica en Colombia está directamente relacionada con su ubicación geográfica, caracterizada por una alta inestabilidad tectónica.

Según informó Colprensa, el país se encuentra en el límite de tres placas tectónicas principales: la Sudamericana, la de Nazca y la del Caribe, lo que lo convierte en una de las regiones más propensas a movimientos telúricos en el mundo.

De acuerdo con el reporte, la interacción entre estas placas genera tensiones constantes. Un factor clave es la subducción de la placa de Nazca bajo la Sudamericana, un proceso que produce acumulación de energía en la corteza terrestre y que, al liberarse, provoca sismos de diversa magnitud.

Además, la influencia del Cinturón de Fuego del Pacífico, una de las zonas sísmicas más activas del planeta, contribuye a la frecuencia de estos fenómenos en el territorio colombiano.

El medio también destacó la presencia de fallas geológicas activas dentro del país, como la falla de Bucaramanga y la falla de Romeral, que incrementan la vulnerabilidad de la región. Estas fallas son estructuras en la corteza terrestre donde se acumulan tensiones que, al liberarse, generan movimientos sísmicos.

Un sismo de magnitud 2 se registró en la madrugada del 29 de mayo de 2025 en el municipio de Ituango, ubicado en el departamento de Antioquia.

Según informó el Servicio Geológico Colombiano (SGC), el evento ocurrió a las 06:03 a. m. y tuvo una profundidad clasificada como superficial, es decir, menor a 30 kilómetros.

Entre los municipios más cercanos al epicentro se encuentran Dabeiba, situado a 26 kilómetros, Peque, a 29 kilómetros, y Mutatá, a 36 kilómetros.

Estas localidades, todas en el departamento de Antioquia, se encuentran en una región montañosa que históricamente ha registrado actividad sísmica de baja a moderada intensidad.