Amparo Grisales se reencontró con el hombre que la llevó al altar hace 50 años: ‘la diva’ sigue siendo su musa de inspiración

La jurado más veterana de ‘Yo me llamo’ fue retratada por el pintor italiano Germán Tessarolo, el único esposo que ha tenido la actriz colombiana y con el que cinco décadas después de haberse casado mantienen una estrecha amistad

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Amparo Grisales, jurado de 'Yo
Amparo Grisales, jurado de 'Yo me llamo' y Germán Tessarolo inmortalizaron su reencuentro, cinco décadas después de haber llegado al altar, en un retrato de la actriz - crédito Cortesía Caracol Televisión y @germantessarolo/Instagram

Amparo Grisales vivió un emotivo reencuentro con el único hombre con el que ha llegado al altar, se trata de Germán Tessarolo, pintor italiano que se radicó en Colombia y con el que la actriz caldense se casó hace 50 años.

A pesar del paso del tiempo, la pareja de exesposos continúa teniendo una especial conexión que han expresado a través del arte, pues cinco décadas después de haber puesto fin a su amor, “la diva de los colombianos” continúa siendo su musa de inspiración.

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Es por esto que, el artista no desaprovechó la visita de la jueza más estricta de Yo me llamo, para retratarla de nuevo en una obra hecha a lápiz sobre papel.

Tras cinco décadas desde que se casaron, Amparo Grisales continúa siendo la musa de inspiración del pintor italiano Germán Tessarolo - crédito @germantessarolo/Instagram

Aunque el video que subió el pintor oriundo de Venecia, Italia, a sus redes sociales no cuenta con descripción ni audio, en las imágenes se evidencia la complicidad y especial cariño que existe entre los artistas. “retratando a Amparo”, escribió Tessarolo en su cuenta oficial de Instagram en donde dejó registró de que su historia con “la diva” se sigue escribiendo.

Ambos se conocieron cuando la colombiana tenía tan solo 14 años, mientras que él tenía 26. A pesar de la diferencia de edad, se decidieron casar. Según ella misma confirmó a la revista Bocas, “me creía grande (…) y me quería ir de la casa; como solamente daban el pasaporte siendo mayor o casada, pues me casé con Tessarolo. ¡Ojo! Yo me enamoré de él, porque era un churro y un súper artista. Yo apenas nacía en la televisión y él se fijó fue en mí. Y me casé”.

Acerca de su expareja, se sabe que es un importante pintor argentino, siendo de los más reconocidos de su generación entre la alta sociedad de Buenos Aires. Aunque toda su vida la ha pasado en el país sudamericano, en realidad nació en Venecia, Italia, de donde son originarios sus antepasados.

Amparo Grisales posó de nuevo
Amparo Grisales posó de nuevo para un retrato de Germán Tessarolo, su único exesposo - crédito @germantessarolo/Instagram

Proviene de un linaje de artistas. Su bisabuelo, Antonio Baggio, fue en aquel entonces profesor de dibujo y escultura en la Escuela de Bellas Artes en Venecia; su padre, Aldo Armando, fue un reconocido barítono y violinista, mientras que su tío Germán Tessarolo Baggio, fue pintor y publicista.

Estas han sido todas las parejas sentimentales de Amparo Grisales

A lo largo de más de cinco décadas, Amparo Grisales ha demostrado que su impacto trasciende los personajes que ha interpretado. Desde su posicionamiento como una figura clave en la televisión colombiana hasta las múltiples facetas de su vida amorosa, Grisales se ha convertido en un referente tanto para admiradores como para críticos.

Germán Tessarolo y Amparo Grisales
Germán Tessarolo y Amparo Grisales se reencontraron 46 años después del final de su matrimonio - crédito @germantessarolo/Instagram

En 2018, el nombre de Grisales volvió a ocupar titulares con la revelación de su relación con el empresario español Ignacio Gómez. Para muchos, la diferencia de edad entre ambos encarnaba un tema polémico, pero Amparo lo abordó con la misma franqueza que ha caracterizado su vida personal y profesional. “He vivido mis relaciones desde la libertad y la independencia”, declaró la artista en una entrevista a medios nacionales, reafirmando su imagen como ícono de empoderamiento femenino.

Esa claridad para hablar de sí misma no es algo nuevo. En 1970, cuando apenas comenzaba a aparecer en el radar público, ya se discutía abiertamente su romance con el actor José Luis Paniagua, una de las primeras relaciones que la hizo visible fuera de los sets televisivos. Años más tarde, a partir de 1980, su vida amorosa adquirió un perfil aún mayor cuando confirmó su vínculo con el empresario Alberto Giraldo, que marcó una etapa determinante en su esfera personal.

Sus relaciones en las décadas siguientes fueron objeto de especulación constante. Durante los 90, los medios siguieron de cerca su romance con el empresario y entonces presidente de Colombia, César Gaviria, mientras que su vínculo con el cantante y actor Álvaro Ruiz pasó con menos estridencia por el escrutinio público. Ya en los 2000, su unión con el arquitecto Andrés Tovar comenzó a acaparar entrevistas que exploraban su deseo por estabilidad emocional.

Paralelo a estas historias, Amparo consolidaba su trayectoria artística. Desde los años 60, momentos en los que debutaba con papeles en telenovelas, hasta 1988, cuando protagonizó la destacada serie Los pecados de Inés de Hinojosa, su carrera no dejó de evolucionar. Entrados los 90, las producciones Dos mujeres y Yo me llamo, este último ya en los años 2010, devolvieron a Grisales al centro de la cultura televisiva nacional.

Si algo distingue a Amparo Grisales, es su capacidad para mantenerse vigente tanto en las pantallas como fuera de ellas. “Mi vida personal forma parte de mi historia, pero no ha eclipsado mi trabajo”, ha enfatizado en diversas ocasiones la actriz y presentadora. En redes sociales, las generaciones más jóvenes sostienen un diálogo constante con ella, confirmando su habilidad para conectar más allá de su nicho tradicional.

Amparo Grisales no solo se reinventa profesionalmente, sino también de manera personal. Desde sus primeras apariciones hasta su más reciente capítulo romántico con Ignacio Gómez, ha demostrado ser una mujer inquebrantable, cuya marca en la televisión colombiana y en la vida pública trasciende el tiempo y los prejuicios, consolidando un legado que ya es parte del imaginario cultural del país.