Liberación de Lyan Hortúa: comandante de la Policía de Cali reveló que secuestro estaba dirigido al padrastro del menor

El niño Lyan Hortúa que fue secuestrado en Jamundí logró recuperar su libertad el miércoles 21 de mayo de 2025, luego de 18 días de incertidumbre y dolor.

La liberación del menor de 11 años, un hecho que generó gran expectativa, se produjo tras intensas gestiones lideradas por la Defensoría del Pueblo y el rechazo unánime de la sociedad frente a este acto violento atribuido al frente Jaime Martínez, perteneciente a las disidencias de las Farc, que generó consternación en el territorio nacional.

Según informó la defensora del Pueblo, Iris Marín Ortiz, el niño se encuentra en buen estado de salud, aunque fue trasladado a la Fundación Valle del Lili, centro asistencial en el que le hicieron exámenes médicos más exhaustivos y determinaron que debía pasar la noche para garantizar un monitoreo completo a su condición; toda vez que el menor padece de asma y requiere de cuidados médicos especiales para no tener mayores dificultades; siendo este el principal temor de su madre, Angie Bonilla.

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“Dios mío, esto es un milagro de Dios”, se encargó de repetir, una y otra vez, la progenitora del menor, visiblemente conmovida. “Fue horrible, una pesadilla. Esto fue la muerte, Dios mío”, agregó la mujer, en declaraciones recogidas por Noticias RCN, mientras llegaba al centro médico para reencontrarse con Lyan: que había sido raptado el 3 de mayo en Potrerito, una zona rural de Jamundí, en donde hombres armados lo tomaron por la fuerza desde su hogar y se lo habían llevado con rumbo desconocido.

Sobre esta liberación, que se produjo en el sector de La Liberia, en zona rural de Jamundí, el brigadier general Carlos Oviedo, comandante de la Policía Metropolitana de Cali, entregó detalles de cómo se produjo la liberación. Pero, lo que más llamó la atención es que confirmó que el secuestro del menor en realidad tenía como destinatario a su padrastro, Joshua Suárez: que al momento del rapto no estaba en el inmueble, en un detalle que podría darle un giro trascendental a las investigaciones.

“El secuestro iba inicialmente direccionado al padrastro del menor, pero por circunstancias solo encuentran al niño al interior de la vivienda, con la empleada del servicio doméstico hacia la parte rural del municipio de Jamundí. De acuerdo a lo que conocemos, el menor estuvo con buena salud y con la ilusión de retornar con su familia. Destacamos toda la gestión de la comunidad y todo el país que se manifestó para que estos criminales entraran en razón“, indicó el alto oficial a Blu Radio.

Es válido destacar que el comerciante, tras el retorno del pequeño al seno de su hogar, había aclarado a los medios de comunicación que sus actividades están dentro de la ley, con lo que intentó desmarcarse de los señalamientos que lo vinculaban con actividades ilícitas. Además, el hombre contó que tuvieron videollamadas con el niño, en el que el propio Lyan les indicó que lo “trataban bien” en su sitio de cautiverio, pese a que estuvo durante cuatro días sin poder mover sus extremidades superiores.

“Esperamos seguir adelante todos como familia. Estamos contentos por el niño, Lyan dijo que estaba muy feliz por estar con nosotros, que lo tuvieron amarradito de manos, eso nos duele. Tuvimos dos videollamadas (durante el secuestro), dijo que estaba bien, que lo trataban bien, fue una noche oscura, no se la deseo a nadie”, expresó Suárez, que confirmó que le pidió perdón al menor por no haber estado en el momento en el que los malhechores se lo llevaron; siendo el principal señalado alias El Oso Yogui.

En su declaración, el comandante de la Policía de Cali precisó que, una vez se produzca el anhelado encuentro entre el menor y sus familiares, empezarán con los interrogatorios necesarios para avanzar en las investigaciones. “Ver en qué circunstancias ocurrió el hecho, sí hubo un pago o extorsión que permitiera la liberación”, agregó al citado medio radial el brigadier general Oviedo, que destacó la prudencia de las operaciones para no poner en riesgo la integridad del menor.