Carlos Lehder envió carta para disculparse tras la polémica por su visita a La Posada Alemana: “Encontré la portería abierta y entré”

El excapo colombiano contó detalles del porqué entró al predio, propiedad de la administración departamental, y aseguró que no volverá a pisar el suelo de la que fue su propiedad por años

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El colombo-alemán visitó una de
El colombo-alemán visitó una de las propiedades más recordadas de su pasado criminal - crédito Redes Sociales

Dos días después de que se viralizaran unas fotografías del exnarcotraficante Carlos Lehder en la que fue su finca y centro de operaciones ilícito, La Posada Alemana, a la que ingresó sin autorización de las autoridades departamentales, el excapo entregó una carta disculpándose por su actuación.

Lehder envió una carta al secretario Administrativo, Sebastián Cañón, en la que explicó que su visita ocurrió hace tres semanas y duró aproximadamente diez minutos.

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En la misiva conocida por El Tiempo, el excapo ofreció disculpas por entrar sin permiso y aseguró que no volverá a hacerlo.

En la carta, Lehder detalló que encontró la portería abierta y, sin poder controlar sus emociones, decidió ingresar al lugar.

Lehder había construido este lugar
Lehder había construido este lugar en la década de los 80, lugar donde consolidó parte de sus operaciones ilícitas antes de ser extraditado a Estados Unidos - crédito Captura de Pantalla Redes Sociales

Permítame saludarlo e informarle que hace unas tres semanas visité por 10 minutos la finca de legítima propiedad de la Gobernación. Corrobórele que encontré la portería abierta, y sin controlar mis emociones entré y tomé varias fotos cercano a la entrada, y continué mi viaje hacia Pereira”

Además, el excapo colombiano aseguró que deseo de ingresar al que alguna vez fue su hogar estuvo motivado por los bellos paisajes que caracterizan al departamento.

Le pido disculpas por haber entrado a su propiedadsin pedir permiso previo. La belleza del panorama me sobrecogió. Desde joven he estado determinado en promover el ecoturismo quindiano”, continuó en la misiva.

Finalmente, Carlos Lehder se comprometió con la Gobernación del Quindío a no ingresar nuevamente a La Posada Alemana, excepto si la administración departamental así lo autoriza.

Debo asegurarle con mi palabra, que yo nunca más incurriré en entrar a la finca de la Gobernación sin invitación previa”, concluyó el exnarcotraficante colombiano.

Antes de que fuera liberado
Antes de que fuera liberado en Estados Unidos, esta propiedad fue tomada por la SAE - crédito Gobernación del Quindío / Redes Sociales

La polémica en el departamento del Quindío se dio después de que la Gobernación confirmara que no recibió ninguna solicitud formal para acceder a la finca antes de la visita y aseguró que abrió una investigación para esclarecer cómo Lehder pudo ingresar, dado que la entrada está prohibida.

La entidad mantiene un contrato con una empresa de vigilancia encargada de impedir accesos no autorizados y custodiar las ruinas del lugar, ya que se proyecta un desarrollo turístico.

“La Administración no emitió ninguna autorización para que la persona pudiera ingresar al lugar y tomarse fotografías, se desconoce la manera a través de la cual la persona en mención pudo entrar ha dicho bien inmueble que es propiedad del departamento del Quindío y en este orden de ideas se están haciendo las averiguaciones pertinentes con la empresa de vigilancia para esclarecer dicha situación”, señaló el secretario Administrativo, Sebastián Cañón, en diálogo con el diario nacional.

La Posada Alemana, ubicada en zona rural del municipio de Salento, fue entregada hace cinco años a la Gobernación del Quindío mediante la Sociedad de Activos Especiales (SAE), tras la aprobación del Gobierno Nacional. El predio abarca tres fincas que suman 64.000 metros cuadrados y fue una de las propiedades más emblemáticas de Lehder, símbolo de la riqueza acumulada durante su época de capo.

El predio fue concebido como un refugio privado inspirado en los Alpes suizos. Este complejo contaba con 24 cabañas de lujo, una discoteca, un bar, un centro de convenciones, un vivero, una cafetería y una estatua del músico británico John Lennon, quien era uno de los ídolos del excapo.

Además, el lugar albergaba animales exóticos, como leones y cóndores andinos, y era escenario de fiestas que reflejaban el poder y la opulencia del narcotraficante, con motos de alto cilindraje y whisky importado como parte de las celebraciones

Actualmente, la finca presenta ruinas de las cabañas, la discoteca, el restaurante y las jaulas que alguna vez albergaron animales, luego de varios saqueos ocurridos tras la extradición del excapo.

La Gobernación adelanta estudios para implementar un proyecto turístico que incluiría senderos ecológicos, avistamiento de aves y la construcción de un teleférico que conectaría la finca con el casco urbano de Salento.