Asesinato de Nawar Jiménez, lideresa trans y activista Lgbti+ enciende las alertas

La violencia en contra de las personas trans en Colombia es desmedida, por lo que los activistas piden acciones de las autoridades

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La mujer fue brutalmente atacada
La mujer fue brutalmente atacada y su cuerpo abandonado en una cuneta - crédito Colprensa y Caribe Afirmativo

La violencia contra la comunidad Lgbti+ en Colombia sigue cobrando vidas. Durante la jornada del jueves 22 de mayo de 2025, el país se estremeció con el ataque mortal en contra de Nawar Jiménez, mujer trans, activista social y defensora de derechos humanos en El Carmen de Bolívar. Su muerte no solo representa una pérdida irreparable para su comunidad, sino que demuestra la persistente violencia estructural y el abandono estatal hacia las poblaciones más vulnerables.

La víctima se convirtió en una figura fundamental en el proceso de reconocimiento y fortalecimiento de la reparación colectiva Lgbti+ en El Carmen de Bolívar. Desde la apertura de la Casa de Paz en el municipio, participó activamente en actividades de memoria, justicia y resistencia comunitaria.

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Su liderazgo trascendió la participación, pues es considerada por la Corporación Caribe Afirmativo como una tejedora de comunidad, una defensora de las personas trans, racializadas, desplazadas y empobrecidas. Nawar convirtió el dolor en dignidad y lucha, insistiendo en que esas poblaciones también tienen derecho a una vida libre y digna.

Su historia estuvo marcada por el desplazamiento, la violencia policial y la exclusión de derechos fundamentales, pero a pesar de ello, se mantuvo firme en la exigencia de justicia y la construcción de espacios seguros para las personas trans, pues quería evitar los ataques de odio en contra de esta población.

El país entero exige respeto
El país entero exige respeto por la población Lgbti+ - crédito Cristian Bayona/Colprensa

Un crimen que evidencia la violencia estructural

El cuerpo de Nawar fue encontrado sin vida en una cuneta de la rotonda que conecta El Carmen de Bolívar con San Jacinto, en posición boca abajo, hecho que ha sido ampliamente rechazado en la región. Este asesinato ocurre exactamente dos años después del feminicidio de Dania Sharith Polo, conocida como La Pola, también mujer trans y parte del mismo colectivo en el municipio.

Incluso, el Observatorio de Derechos Humanos de Caribe Afirmativo registra a Nawar como la persona número 43 de la comunidad Lgbti+ asesinada en Colombia en lo que va de 2025, lo que evidencia una emergencia nacional por violencia de prejuicio.

Este asesinato no es un hecho aislado, sino parte de una cadena sistemática de violencias que enfrentan las personas trans, especialmente en territorios afectados por conflicto armado, abandono estatal y exclusión social. Además, representa un ataque directo al proceso de reparación colectiva que busca memoria, justicia y dignidad para comunidades históricamente marginadas.

Lucha colectiva ante la impunidad

La muerte de Nawar no solo silenció una voz valiente, sino que fracturó un proceso colectivo que ha resistido años de olvido institucional y violencia estructural. Frente a esta tragedia, su comunidad y organizaciones defensoras expresan rabia, impotencia y cansancio, cuestionando cuántas vidas más deben perder para que el Estado actúe y la sociedad reconozca a estas personas como sujetos de derechos.

En medio del duelo también surge la determinación de continuar la lucha en memoria de Nawar y de tantas otras víctimas como La Pola, pues estos brutales ataques se convierten en fuerza para seguir resistiendo, organizando y exigiendo justicia.

La comunidad exige encontrar a
La comunidad exige encontrar a los responsables y un pronunciamiento oficial - crédito iStock

Ante lo sucedido, Caribe Afirmativo y otras organizaciones llaman a transformar la rabia en acción, a mantener viva la lucha contra la injusticia y la impunidad, y a construir una paz que incluya a las comunidades trans, negras, empobrecidas y territoriales.

El asesinato de Nawar Jiménez es una afrenta a todos los procesos que buscan un país más justo y respetuoso de la diversidad. Su nombre y su lucha no deben borrarse; por el contrario, deben ser un impulso para que no haya más muertes y para que se garantice el respeto a la vida y los derechos humanos de toda la comunidad Lgbti+ en Colombia.