Ingrid Betancourt recordó el momento en que Martín Sombra, su carcelero fallecido, lloró desconsolado en la selva

Elí Mejía Mendoza, alias Martín Sombra y considerado uno de los guerrilleros más crueles, murió el lunes 19 de mayo de 2025 en Bogotá, a causa de una diabetes

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Ingrid Betancourt, excandidata presidencial; alias
Ingrid Betancourt, excandidata presidencial; alias Martin Sombra, carcelero de las Farc - crédito Diego Pineda/Colprensa/Ceet

Ingrid Betancourt rememoró un episodio en la selva durante su secuestro a manos de las Farc, cuando vio llorar desconsolado a Martín Sombra, su carcelero, que murió el lunes 19 de mayo de 2025 en Bogotá.

En declaraciones a Semana, la excandidata presidencial relató cómo aquel hombre, conocido por su dureza y violencia, mostró una inesperada vulnerabilidad que marcó su experiencia en cautiverio.

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Betancourt recordó que en una ocasión mientras estaba en un campamento rodeado por alambres de púas y bajo vigilancia estricta, Martín Sombra se acercó a la reja donde ella estaba retenida y la llamó por su nombre.

Según dijo a Semana, “me enrolló un sobre de manila y me lo pasó en medio de la reja. Me dijo: ‘Esto le mandan’. Yo miré el sobre y él, de repente, tenía los ojos aguados. Era real. Estaba llorando. Le pregunté: ‘Sombra, ¿qué le pasa?’ Y me respondió: ‘No me pare bolas’”.

Ingrid Betancourt recordó los momentos
Ingrid Betancourt recordó los momentos que vivió con Martín Sombra - crédito Mauricio Dueñas Castañeda/EFE

La exsecuestrada intentó comprender el motivo de aquel llanto y continuó interrogando a su carcelero, que describió como un hombre “barbudo, gordo, temido por los secuestrados”, un guerrillero “duro” y “violento”.

La explicación de Sombra sorprendió: le habían ordenado abortar a su hijo, cuyo embarazo de ocho meses llevaba su pareja, apodada La Boyaca, una joven de 16 años que mostraba su estado avanzado en el campamento.

Betancourt detalló a Semana que aquel mandato era una práctica común para los guerrilleros rasos, pero no para los jefes, quienes normalmente podían sacar a sus hijos de la selva y enviarlos a la ciudad.

Sin embargo, a Sombra no le perdonaron ese embarazo. “Uno la veía pasar a ella con esa barriga, todos vimos ese embarazo y cómo creció el niño. Fue muy violento”, recordó la política al citado medio.

Elí Mejía Mendoza, alias Martín
Elí Mejía Mendoza, alias Martín Sombra, fue uno de los encargados de vigilar a Íngrid Betancourt durante más de seis años - crédito Luis Alfredo Zapata/Colprensa

El aborto se llevó a cabo bajo condiciones precarias en la selva, un procedimiento riesgoso para la joven madre, y dejó una huella en la memoria de Betancourt, que contrastó aquella escena con la figura imponente y severa de su carcelero.

Años después de su secuestro, Betancourt reveló a Semana que, aunque Martín Sombra trató de contactarla luego de su desmovilización, ella decidió no reunirse con él.

“Trató de comunicarse conmigo, yo hubiera podido ir a verlo, ahora que supe que se había muerto pensé si debí haber ido. Y, finalmente, creo que estuvo bien no haberlo hecho”, expresó.

Martín Sombra, cuyo nombre real era Elí Mejía Mendoza, murió a los 86 años en el hospital El Tunal de Bogotá, consumido por una diabetes y en condiciones de pobreza y soledad.

Sondra Macollins, abogada cercana al exguerrillero, contó a Semana que intentó comunicarse con él por videollamada poco antes de su muerte, pero él ya no podía hablar.

El recuerdo del momento en que vio llorar a su carcelero queda como un testimonio de la complejidad humana dentro del conflicto armado. Betancourt reconoció al citado medio la dualidad de ‘Martín Sombra’: un hombre “violento” y “mentiroso”, pero con “cierta dosis de humanidad” que se manifestó en esa escena en la selva.

Quién era Martín Sombra

Mejía Mendoza asumió en 1998 el control del frente Mario Hernández, una unidad de las Farc encargada de custodiar a secuestrados de alto perfil, incluidos políticos y militares.

Sin embargo, su papel dentro de la guerrilla no se limitó a esta función. Según declaraciones ofrecidas por él mismo ante la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), también se dedicó al reclutamiento y entrenamiento de menores de edad, quienes eran preparados para enfrentarse a las fuerzas de seguridad en combate.

En una declaración al tribunal especial el 13 de julio de 2023, Martín Sombra admitió haber instruido a los menores en tácticas letales, como atacar puntos vulnerables del cuerpo, y relató prácticas extremas que incluían el canibalismo como medida de supervivencia en situaciones de desplazamiento.

Ante la JEP, alias Martín
Ante la JEP, alias Martín Sombra aceptó que en las filas de las extintas Farc hubo presencia significativa de niños y niñas - crédito JEP

Hay una tribu que come gente. Son caníbales, indios, salvajes. En medio del entrenamiento de las fuerzas especiales de las Farc, les di orientaciones a los niños para que, en un eventual caso de desplazamiento, si no encontraban el alimento, la carne de humano servía para comer”, señaló el cabecilla a la justicia especial.

Incluso, en una de sus últimas entrevistas concedidas a La W en mayo de 2024, en medio de la promoción de su libro El peso de la sombra, ‘Martín Sombra’ narró su papel dentro de la guerrilla, su relación con figuras clave del conflicto armado y su versión sobre eventos históricos como el asesinato de Jorge Eliécer Gaitán y el secuestro de Clara Rojas e Íngrid Betancourt.

Según relató en su obra, su padre le hizo prometer antes de morir que fallecería como guerrillero liberal al lado de Manuel Marulanda, alias ‘Tirofijo’, líder histórico de las Farc.