
Al cumplirse trece años desde la entrada en vigor del Acuerdo de Promoción Comercial entre Estados Unidos y Colombia, el panorama comercial del Valle del Cauca mantiene a Estados Unidos como su principal socio estratégico, aun cuando el contexto global demanda ajustes frente a las actuales tensiones comerciales.
El departamento logró un crecimiento del 44 % en exportaciones hacia territorio estadounidense en comparación con los niveles de 2011, cuando el acuerdo aún no se implementaba, según informó José Fernando Amézquita, director ejecutivo de Analdex Suroccidente a El País, de Cali.
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De acuerdo con el mismo funcionario, los bienes exportados a Estados Unidos representaron aproximadamente el 30 % de la canasta exportadora del Valle en 2024, un año que cerró con exportaciones totales ascendentes a 548 millones de dólares.
“Ha imprimido dinámica a la canasta exportadora del departamento, siendo un factor clave para aprovechar los beneficios del tratado comercial: 2.314 subpartidas arancelarias al cierre de 2024 frente a 1.807 contabilizadas en el año 2012, lo que representa 30 % de crecimiento, alrededor de 508 nuevos productos”, explicó Amézquita.

El impacto del acuerdo no solo se percibe en las cifras generales, sino también en la variedad de productos exportados.
Según Analdex, rubros como los tubos de PVC, tarjetas inteligentes, limones tahití, salsas y aguacates han consolidado su presencia en el mercado norteamericano.
A pesar de este avance, las medidas arancelarias del 10 % establecidas por la administración Trump han generado incertidumbre, especialmente en sectores como el agroindustrial, con productos como el café, azúcar y aguacate hass fuertemente comprometidos.
“La imposición de aranceles (están en negociación) causará efectos en materia de competitividad”, afirmó Amézquita, detallando que competidores regionales como México cuentan con ventajas adicionales en algunos nichos.
Por su parte, Harold Londoño, gerente de Analítica de la Cámara de Comercio de Cali, destacó al mismo medio que, entre 2011 y 2024, las exportaciones del Valle hacia Estados Unidos registraron un notable crecimiento acumulado del 151,8 %, frente al incremento nacional del 84,9 % durante el mismo periodo. Señaló que este desempeño evidencia las capacidades del Valle para maximizar las oportunidades derivadas del acuerdo, consolidándolo como un actor destacado en el comercio exterior colombiano.

“Estos resultados sugieren un aprovechamiento efectivo del marco institucional provisto por el TLC y un avance progresivo hacia una estructura exportadora más compleja que ha permitido más crecimiento económico y generación de empleo formal”, sostuvo Londoño.
Sin embargo, el funcionario también advirtió sobre las vulnerabilidades de depender en exceso de un solo mercado como Estados Unidos.
Según dijo, “una concentración excesiva de ventas en un solo mercado incrementa la vulnerabilidad ante choques externos”, lo que podría impactar significativamente a las empresas de la región frente a factores como cambios en la demanda o nuevas políticas comerciales.
En términos de inversión extranjera, Edinson Delgado Martínez, profesor de la Facultad de Administración de la Universidad Autónoma de Occidente (UAO), subrayó a El País de Cali la relevancia económica del acuerdo.
Desde 2016 hasta 2020, se consolidó la llegada de más de 75 empresas estadounidenses al Valle del Cauca, cuyas inversiones han superado los 890 millones de dólares, generando también más de 10.500 empleos. Igualmente, destacó que, a partir de la pandemia, la región ha reforzado su posición como hub estratégico de nearshoring gracias a su infraestructura logística y su proximidad a territorio estadounidense.
“El TLC ha potenciado el posicionamiento del Valle del Cauca como un centro estratégico”, afirmó Delgado.

Sin embargo, el debate sobre la eficacia del acuerdo continúa abierto. Álvaro Pío Gómez, profesor de la Universidad del Valle, señaló al mismo medio que el acuerdo técnico no debe considerarse plenamente como un tratado de libre comercio.
“El acuerdo se denomina Acuerdo de Promoción Comercial, y realmente es una variedad de acuerdo comercial que tiene un alcance menor que el de un TLC”, comentó Gómez, quien además destacó que, aunque ha tenido impactos positivos, no ha logrado convertirse en una herramienta definitiva de desarrollo económico.
Frente a los desafíos actuales, Amézquita sugirió fortalecer la diplomacia comercial y explorar oportunidades en mercados alternativos para reducir la alta dependencia de Estados Unidos.
Mencionó posibles destinos como México, Brasil, Chile, la Unión Europea y los países de la cuenca del Pacífico como opciones para robustecer la dinámica exportadora. Adicionalmente, resaltó que sectores como manufacturas y textiles podrían beneficiarse de las condiciones actuales, ya que competidores de Asia como Bangladesh o Vietnam enfrentan aranceles más altos en el comercio con Estados Unidos.
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