Tragedia en Guapi, Cauca: una persona muere y otra resulta herida tras caer en un campo minado en zona rural del municipio

El hecho pone en evidencia la persistente amenaza de los explosivos sembrados por grupos armados ilegales en territorios habitados por comunidades campesinas y afrodescendientes, que claman por desminado y presencia estatal efectiva

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Las disidencias de la estructura
Las disidencias de la estructura Franco Benavides tenían en su poder un arsenal compuesto por más de 280 minas antipersonal y al menos 260 tatucos, además de otros elementos explosivos utilizados en acciones violentas - crédito Ejército Nacional

Un trágico accidente en un campo minado dejó un saldo mortal en la zona rural de Guapi, Cauca, región costera del Pacífico colombiano.

Según las autoridades, el hecho ocurrió cuando dos campesinos que realizaban labores agrícolas activaron por error artefactos explosivos instalados en el sector de Belén de Napi, ubicado a dos horas en lancha del casco urbano. Uno de ellos falleció en el lugar, mientras que el otro resultó herido y fue trasladado al puesto de salud local.

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De acuerdo con la información proporcionada por personal sanitario de la zona, el fallecido fue identificado como Gabriel Caicedo Cuero, un agricultor de 43 años que sufrió el impacto directo de la onda expansiva, perdiendo una pierna. La sobreviviente, Sandra Perlaza, de 48 años, presenta múltiples laceraciones y quemaduras debido a las esquirlas provocadas por la explosión. “La comunidad que los auxilió explicó que los campesinos estaban adelantando labores agrícolas cuando ocurrieron los hechos”, explicó el personal médico.

Organizaciones armadas ilegales, como las
Organizaciones armadas ilegales, como las disidencias de las Farc, emplean este tipo de artefactos explosivos en áreas rurales del Cauca con el objetivo de frenar el despliegue y las operaciones de la fuerza pública. - crédito Colprensa

Estas minas antipersonales forman parte de una estrategia frecuente de las disidencias de las Farc para frenar el avance de las tropas del Ejército en el departamento del Cauca. Según reportes militares, incluso se han encontrado más de 280 artefactos explosivos improvisados junto con 260 tatucos (morteros artesanales) en esta región. Los ataques con explosivos se han intensificado e los enfrentamientos entre fuerzas armadas y grupos insurgentes, particularmente en áreas rurales como las de Guapi.

Los líderes comunitarios han señalado que situaciones similares se vienen presentando en otros municipios del Cauca, donde el conflicto armado parece agravarse. Se reportó recientemente un ataque en López de Micay, donde dos morteros artesanales impactaron en una base militar sin causar bajas entre los soldados. “Estos ataques reflejan el aumento de las acciones ofensivas contra los grupos ilegales en la región, siguiendo órdenes del gobierno nacional”, explicaron representantes de las comunidades afectadas.

En el Cauca ha aumentado
En el Cauca ha aumentado el uso de explosivos artesanales fabricados de manera ilegal - crédito Armando Solís/ Associated Press (AP)

La violencia relacionada con los explosivos no solo ha afectado a las fuerzas militares, sino a la población civil, que vive constantemente atemorizada por los combates y los campos minados. “Estas minas no son solo un riesgo para los soldados, sino para cualquier persona que viva o pase por estas zonas rurales”, comentó un líder local. Por su parte, las autoridades han reiterado su compromiso de intensificar operaciones para desarticular las estructuras armadas y proteger a las comunidades vulnerables de la región.

Según detalló el personal de salud que atendió el caso, las minas de esta naturaleza tienen como objetivo causar el mayor daño posible al activarse. “Este tipo de artefactos, de fabricación artesanal, están diseñados para mutilar y evitar el movimiento rápido de las fuerzas armadas”, señalaron desde el hospital de Guapi a El País de Cali. A pesar de los esfuerzos para erradicar estos elementos, su presencia continúa siendo un desafío para la seguridad y el desarrollo rural en el Cauca.

Mientras los organismos de seguridad continúan con las labores de erradicación de artefactos explosivos y con las operaciones dirigidas a combatir a los grupos armados ilegales, las comunidades rurales del departamento del Cauca siguen viviendo en medio de un conflicto que parece no dar tregua. En muchos de estos territorios, la presencia de minas antipersona, artefactos improvisados y enfrentamientos constantes ha convertido la cotidianidad en un ejercicio permanente de resistencia y supervivencia.

Técnicos especializados llevan a cabo
Técnicos especializados llevan a cabo la destrucción controlada de estos dispositivos en los departamentos de Caquetá, Putumayo, Amazonas y la Bota Caucana - crédito Fuerzas Militares

En este contexto, exigen una mayor articulación entre las fuerzas militares, las entidades civiles y las organizaciones de derechos humanos, con el fin de diseñar estrategias de intervención integrales que prioricen la seguridad y también el desarrollo social y económico de la región.

El clamor de los pueblos del Cauca sigue siendo claro: no quieren ser un territorio olvidado en medio del conflicto. Esperan que sus voces sean escuchadas y que la promesa de una paz duradera no quede relegada al papel, sino que se materialice en cambios tangibles que les devuelvan la esperanza.