ELN se atribuyó masacre de 2 jóvenes y un hombre en El Catatumbo, tras un supuesto combate

En un video que les atribuyen, sostuvieron que el Frente 33 las utilizó como escudos humanos en medio de un combate que sostuvieron en zona rural de Tibú

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Defensa abre líneas directas de
Defensa abre líneas directas de denuncia, resaltando el papel ciudadano para ubicar a los cabecillas del ELN - crédito Colprensa

No cesa la violencia en la convulsionada región de El Catatumbo, en zona de frontera con Venezuela, territorio que ha sido escenario de una escalada violenta entre del ELN y el Frente 33 que se disputan la ruta del narcotráfico por el hermano país y en donde se reportó una nueva masacre el fin de semana en la que fueron ultimadas dos jóvenes que eran primas y el esposo de una de ellas en zona rural del municipio de Tibú (Norte de Santander).

De acuerdo con el ministro de Defensa, el general en uso del buen retiro Pedro Sánchez, el múltiple crimen se dio cuando las víctimas transitaban por esa zona del nororiente del país.

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Aunque inicialmente se desconocía qué grupo armado organizado perpetró el violento hecho, donde las mujeres que asesinaron fueron identificadas como Karen y Tatiana Guillin, el alto funcionario señaló al ELN como el responsable.

“Si alguna vez tuvieron un sentido de humanidad, hoy lo han perdido por completo. Lo único que han demostrado es su capacidad de arrasar con la población civil para subsistir del narcotráfico, la minería ilegal, la extorsión y el secuestro [sic]”, publicó en su cuenta oficial de la red social X.

Ya en la tarde del domingo 28 de abril, en un video cuya veracidad se desconoce, un presunto jefe de subversivo de esa estructura armada reconocieron su responsabilidad en el hecho, aunque se trató de un daño colateral en medio de un enfrentamiento que sostuvieron con supuestos guerrilleros de la mencionada disidencia de las Farc.

“Chocan con unidades de la banda narcoparamilitar Frente a 33 de las ‘exFarc’, quienes abren fuego contra nuestras unidades sin tregua alguna, iniciándose un combate donde se da de baja a alias Yorbey, integrante de la banda, y se captura herido a alias Ender segundo el mando de dicha unidad”, señaló el subversivo.

Como Karen y Tatiana Guillin
Como Karen y Tatiana Guillin fueron identificadas las dos mujeres que fueron ultimadas junto con un hombre en zona rural de Tibú (Norte de Santander). (Crédito: Colprensa / Últimas Noticias Cúcuta)

Sin embargo, aseguraron que las jóvenes perdieron la vida ya que quedaron en medio del intercambio de disparos, porque supuestamente estaban siendo instrumentalizadas por miembros del grupo enemigo.

“Esta banda tenía consigo mujeres y niños que usaban como escudo para avanzar en el ataque a posiciones nuestras. Es así como lamentablemente resultan muertas dos de estas mujeres que corresponden a los nombres de Tatiana y Karen Guillin, oriundas del municipio de El Tarra”, aseveró.

También confirmó que ellas estaban con dos pequeños niños que dejaron a su suerte al concluir las hostilidades y que luego dejaron a cargo de una comunidad rural.

“En la huida dejan abandonados dos niños: Lian y Thalía, de 1 y 3 años de edad, y los cuerpos sin vida de las dos mujeres y el integrante de la banda. Los niños son acogidos y auxiliados por nuestras unidades y luego se dejaron en manos del líder comunitario y presidente de la Junta de acción comunal de la vereda Caño Victoria, el señor Ramón Camargo, quien hará entrega a sus respectivos familiares”, indicó.

(Crédito: Redes sociales)

Agregó que los cadáveres de todas las víctimas también los dejaron en la misma zona para que las autoridades correspondientes realizaran el respectivo levantamiento.

Desde enero, una despiadada lucha por el control de las rutas del narcotráfico hacia Venezuela ha enfrentado al ELN y al Frente 33, una de las facciones disidentes de las antiguas Farc. Esta violencia incesante ha teñido de sangre a la región: 106 personas han sido asesinadas en lo que va del conflicto. Es una cifra que, por sí sola, resulta alarmante, pero apenas refleja una parte del sufrimiento colectivo. Según datos de la Gobernación de Norte de Santander, el desplazamiento forzado ha alcanzado a 64.719 habitantes, mientras que otras 12.913 personas están confinadas, atrapadas por el miedo y la imposibilidad de continuar con sus vidas.

La hostilidad no se detiene ante las fuerzas del orden. En lo que va del año, nueve integrantes de la Fuerza Pública—seis militares y tres policías—han perdido la vida como resultado directo de esta confrontación.