Jesuitas reconocieron abusos sexuales cometidos contra los hermanos Llano Narváez y pidieron perdón en acto público

La Compañía de Jesús reconoció los actos que cometió el sacerdote Darío Chavarriaga y, en una ceremonia solemne, pidió perdón a las víctimas. El padre Francisco de Roux estuvo presente y fue parte del momento de reconciliación

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La Compañía de Jesús realizó
La Compañía de Jesús realizó un acto público de perdón en el Colegio San Bartolomé - crédito iStock y Pexels

Hacia las 3:00 p. m. del viernes 25 de abril, la plazoleta del histórico Colegio Mayor de San Bartolomé, en el centro de Bogotá, fue el escenario de un solemne y emotivo acto de perdón.

Bajo un cielo gris y con la presencia de representantes eclesiásticos, medios de comunicación y víctimas, la Compañía de Jesús realizó un acto de reconocimiento y reparación simbólica a la familia Llano Narváez, víctima de reiterados abusos sexuales por parte del sacerdote Darío Chavarriaga.

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Allí, en el mismo colegio donde ocurrieron parte de los hechos, el padre Hermann Rodríguez Osorio, superior Provincial de los jesuitas en Colombia, expresó públicamente el perdón de su comunidad. Lo hizo reconociendo el daño ocasionado y dirigiéndose especialmente a Luis Fernando Llano, uno de los ocho hermanos afectados, que tomó la palabra en representación de su familia.

Además, se comprometió a trabajar para una transformación estructural que prevenga nuevos casos de abuso dentro de la comunidad jesuita. “No basta con pedir perdón; es necesario actuar para que esto no se repita”, afirmó Rodríguez.

Las víctimas fueron los ocho
Las víctimas fueron los ocho hermanos Llano Narváez, abusados en los años 70 y 80 - crédito X

Los hechos se remontan a los años 70 y 80, cuando los hermanos, entonces menores de edad, enfrentaban una situación de gran vulnerabilidad social y económica. Según testimonios, el sacerdote Chavarriaga, que era director de estudios del Colegio Mayor de San Bartolomé, habría utilizado su posición de poder e incluso las becas escolares como herramientas de control para someter a los menores a actos sexuales abusivos.

El expediente canónico del caso consta de 28 páginas en las que se documentan los comportamientos del sacerdote, que van desde el manoseo hasta la violación contra Luis Fernando Llano, que en ese entonces era estudiante del Colegio Mayor de San Bartolomé, y sus siete hermanas, la menor de las cuales tenía apenas seis años en ese momento. Aunque en 2014 fue retirado de su cargo como decano en la Universidad Javeriana y trasladado a una casa de adultos mayores, la Compañía de Jesús no informó de los hechos a las autoridades judiciales, lo que ha sido señalado como una omisión grave. De hecho, Chavarriaga falleció perteneciendo aún a la comunidad religiosa.

Durante la ceremonia, la familia Llano Narváez anunció la creación de una fundación que llevará su apellido, como símbolo de resistencia y de esperanza para otras personas que hayan vivido situaciones similares.

El padre Francisco de Roux asistió al acto y se abrazó con Luis Fernando Llano, una de las víctimas - crédito X

Uno de los momentos más conmovedores fue el abrazo entre Luis Fernando Llano y el padre Francisco de Roux, que conoció del caso en 2014 y, según dijo en su momento, actuó según lo permitido por el derecho canónico de la época.

Durante una entrevista con el pódcast Vos Podés, dirigido por Tatiana Franko, Ana Llano —penúltima de las hermanas Llano Narváez— cuestionó el papel del padre cuando la familia acudió a él para denunciar los abusos de Darío Chavarriaga. “Él nos pidió que no hiciéramos públicos los hechos y que dejáramos que la comunidad manejara el tema”, relató.

Según Ana Llano, a respuesta del entonces provincial jesuita fue algo evasiva: “Nos ofrecieron apoyo psicológico, pero eso no repara nada”, afirmó.

Ana Llano compartió cómo el
Ana Llano compartió cómo el sacerdote aprovechó su posición de poder en el Colegio Mayor de San Bartolomé de Bogotá para abusar de ella y otros menores - crédito VOS PODÉS, EL PODCAST!/YouTube

La víctima también denunció que, pese a su retiro, Chavarriaga recibió un homenaje público en la Universidad Javeriana, lo que consideró una burla; pero, a pesar del dolor, expresó que hoy sería capaz de perdonar a su agresor: “Tal vez lo hubiera abrazado y le hubiera dicho: ‘Lo perdono’. Ojalá Dios haya tenido misericordia de él”.

Aunque de Roux fue señalado por un supuesto encubrimiento del caso, tras la ceremonia de perdón, Luis Fernando Llano fue enfático en su respeto hacia él: “El abrazo con el padre de Roux era algo que yo esperaba desde hace mucho tiempo. Me tuve que enfrentar a ese nombre no por la persona que es, sino porque era quien representaba a la comunidad en el momento en que pusimos la denuncia. Pero siempre ha habido hacia el padre de Roux un inmenso respeto, una inmensa admiración por lo que él es, por su persona”.

Agregó: “Sentí una gran emoción de abrazarlo. Quise que no se hubiera interrumpido por las condiciones del tiempo, pero lo sigo sintiendo como una persona muy cercana que merece todo nuestro respeto y consideración”.

“No hemos perdido la fe en Dios ni en la Iglesia”, dijo Llano, tras la ceremonia de perdón - crédito X

Por su parte, el padre de Roux compartió una reflexión espiritual con la oración de San Francisco de Asís:“Señor, haz de mí un instrumento de tu paz, que allá donde hay odio, yo ponga amor, donde hay ofensa, perdón“, dijo, visiblemente conmovido.

Una herida que no se olvida, pero que comienza a sanar

Luis Fernando Llano reiteró que ni él ni sus hermanas han perdido la fe en Dios ni en la iglesia. “No puedo juzgar, por la actitud de una persona, a toda una comunidad. La Compañía de Jesús es una institución muy seria y valiosa para la sociedad. Creo que satanizarla no es justo”, afirmó.

En cuanto a la actuación de De Roux, reconoció que, aunque las decisiones de entonces hoy serían cuestionadas, en su momento se ajustaron al marco legal vigente: “Las leyes a las cuales nos sujetábamos no le permitieron, en ese momento, hacer lo que él dijo que debía hacer. El padre recibió una sanción en los términos que eran posibles acceder para él en ese momento”.

El sacerdote jesuita Darío Chavarriaga
El sacerdote jesuita Darío Chavarriaga usó su poder para someter a los menores a actos sexuales abusivos- crédito Universidad Javeriana

Hoy, los delitos contra menores no prescriben en Colombia, pero cuando la familia hizo su denuncia en 2014, ya era tarde para llevar el caso a la justicia penal. Por eso, para la familia, este acto público de perdón tiene gran valor simbólico.