Bocados Anónimos: el movimiento que a punta de ‘likes’ ayuda a habitantes de calle y vendedores ambulantes en Bogotá

Al iniciar el proyecto, decidió que se mantendría detrás de cámaras para no restar protagonismo a quienes suelen ser invisibles

Guardar
Al iniciar el proyecto, decidió
Al iniciar el proyecto, decidió que se mantendría detrás de cámaras para no restar protagonismo a quienes suelen ser invisibles - crédito Bocados Anónimos

Bocados Anónimo, la iniciativa que sorprende a vendedores ambulantes y habitantes de calle en Bogotá, empezó con una cámara oculta que iba a ser destinada a otros proyectos, pero, un día, registró lo que su propietario, de vez en cuando, hacía en compañía de su familia: un gran mercado que luego era repartido entre personas que lo necesitaban.

El video de una causa que, hasta entonces, ninguna otra persona conocía “se fue súper viral”. Según dijo el fundador del proyecto en entrevista con Infobae Colombia: “Miramos la publicación luego de cuatro horas y entendimos que tenía algo que a la gente le gustaba. Este servicio se elevó como un cohete y muchas personas se han unido, desde los 2.000 o 5.000 pesitos y de ahí hemos podido obtener los fondos para seguir ayudando a más personas”.

Ahora puede seguirnos en Facebook y en nuestro WhatsApp Channel.

En su primer video compró un combo de 30 empanadas, que estaba en promoción y con ellas se “fue para el centro, para la sexta con Caracas, donde se sabe que hay harto habitante de calle y logramos repartirlo todo. Fue algo muy bonito”.

Su compra más grande fue junto al paisa Camilo Cifuentes que, también de manera anónima, realiza obras de caridad con personas sin hogar y ayuda a los pequeños negocios, que están teniendo momentos difíciles en sus ventas ambulantes.

El activista recibe ayuda de su esposa, hijo y hermano para realizar los videos - crédito Bocados Anónimos

Colaborando lograron reunir 900.000 pesos para comprar 40 jugos de naranja a una mujer en Bogotá, ayudarla con 200.000 en efectivo y un televisor, que le hiciera compañía los domingos, cuando descansa de sus extensas jornadas.

Junto a su esposa, su hija, y su hermano, el influencer y activista que decidió mantener su identidad oculta dedica el 100% de su tiempo a Bocados Anónimos. Y es que no es solo comprar para luego regalar: “hay que grabar, editar, planear cada video, ubicar los mejores precios, contestar mensajes y buscar a quienes necesitan ayuda, entendiendo qué podría ayudarlos. Por eso es que quedan bonitos los videos, porque hay mucho trabajo detrás”.

Quienes insisten en los comentarios que los videos son actuados, desconocen que Bocados graba todo con unos lentes que llevan incorporada una pequeña cámara, imperceptible para quienes reciben la ayuda. Y solo después de terminar su labor, pide su consentimiento para subir el video.

En colaboración con Camilo Cifuentes logaron reunir 900.000 pesos - crédito Bocados Anónimos

Nosotros tratamos siempre de hacer videos muy lindos. Al que vende la comidita tratamos de hacerle un video tan lindo, tan lindo, que no le den ganas de borrar el video, porque, obviamente, va a llegarle mucha ayuda a través de personitas que le van a comprar porque lo reconocen” y conocen su historia.

En una única ocasión, alguien se negó a recibir su ayuda, pero jamás se ha sentido en riesgo durante alguna de las grabaciones. Desde que repartía mercados con su familia, alejado de las cámaras, entendió que las personas sin hogar “Son como personas invisibles y cuando alguien los ve, ellos son muy agradecidos. Los trato con respeto, cariño y nunca me ha pasado algo malo”.

Al principio, cuando se encontraba con videos de otros creadores replicando su contenido lo sintió “como un reto. Uno se siente intimidado, pero ya después me di cuenta de que habíamos iniciado un movimiento, una tendencia: la tendencia de ayudar”.

Antes de abrir una cuenta, Bocados Anónimos ya ayudaba a personas en condición vulnerable en Bogotá - crédito Bocados Anónimos

La mente detrás de bocados decidió que el proyecto debía ser anónimo porque los vendedores ambulantes y habitantes de calle son los verdaderos protagonistas y “el propósito de cada video es que la gente los conozca, por o que están pasando, lo bueno, lo malo, lo bonito, para que se decidan y los ayuden”.

Por sus lentes han pasado 75 videos. Son muchas historias, “unas más pesadas que otras”, pero recuerda con especial cariño a una mujer de la tercera edad que se levanta a diario a las 2:00 a. m. a preparar arepas paras venderlas en un “puestico”. Sin el apoyo de su familia ni servicios públicos básicos, como alcantarillado, es alguien en quien suele pensar; ya que, no pudo ayudarla con electrodomésticos, debido a que “en cualquier momento pueden desalojarla y perdería todo”.

Hay personas a las que, por más que lo intente, es particularmente difícil ayudar, pero Bocados no piensa detenerse hasta que logre construir un “perfil gigante en Bogotá de ayudas, con el que se cambien vidas”, más allá de las cámaras.