La devoción de Pablo Escobar: la historia del Santo Niño de Atocha, la figura religiosa que el capo adoraba

A pesar de los mitos que se han generado sobre la posible brujería que utilizaba el narcotraficante para no ser capturado, sus seres queridos lo recuerdan como un creyente

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Se han creado múltiples mitos
Se han creado múltiples mitos sobre las creencias del capo - crédito Pinterest/Colprensa

Después de más de 30 años de su muerte, se sigue hablando sobre la vida del narcotraficante Pablo Escobar, que ha sido recordado en producciones audiovisuales que se han estrenado en el siglo XXI, pero también por otros productos en los que se habla de las creencias que tenía el antioqueño.

Una de ellas se enfoca a nivel religioso, puesto que tras su muerte, en 1993, se generaron mitos sobre el presunto uso de brujería por parte del capo para no ser capturado, mientras que sus seres queridos lo recuerdan como un religioso, principalmente, devoto al Santo Niño de Atocha.

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Se estima que la creencia de Escobar por esta figura fue heredada de su madre, puesto que, a pesar de que hay varios santos que son populares en Colombia, este es conocida principalmente en México; se trata de una advocación de Jesucristo niño, que se originó en España durante la época medieval y su nombre final se debe a que Atocha es un pueblo cerca a Madrid en el que la Virgen de Atocha era venerada como protectora de los peregrinos.

Familiares del capo lo recuerdan
Familiares del capo lo recuerdan como alguien religioso - crédito Colprensa

A nivel popular, se afirma que esta figura se hizo popular debido a que los cristianos encarcelados no podían recibir visitas ni alimentos por parte de mayores de 12 años, y las familias que no tenían a menores en su hogar le pedían a la virgen por ayuda para sus seres queridos, por lo que después de las súplicas se enteraron de que un niño vestido de peregrino visitaba a esos prisioneros.

En la actualidad, se representa a esta figura con un niño de entre cinco y siete años, que suele tener un sombrero de ala ancha, una capa y un bastón; en algunos lugares también lo exponen con una canasta de pan y una calabaza de agua, lo que simboliza su ayuda para los necesitados.

A pesar de que su origen es España, en la actualidad es popular, principalmente en México, en donde los residentes indican que es un símbolo de esperanza y milagros.

El santo Niño de Atocha
El santo Niño de Atocha fue uno de los santos más venerados por el capo del Cartel de Medellín - crédito Proyecto Pablo Escobar

Pablo Escobar no fue el único capo que era devoto al Santo Niño de Atocha, puesto que tras ser capturado, Ovidio Guzmán López, hijo del “Chapo” Guzmán, tenía una figura religiosa en la que expuso su fervor por esta figura.

A pesar de que el capo colombiano murió hace más de 30 años, su devoción por el Santo Niño de Atocha sigue presente en Medellín, más específicamente en el barrio que fue construido por el criminal, puesto que hay un santuario en el que se observa la presencia de esta figura.

Aunque el mural fue borrado,
Aunque el mural fue borrado, el santuario del Santo Niño de Atocha sigue presente en el barrio Pablo Escobar - crédito @LaLiendra/Instagram

¿Por qué se afirma que una bruja provocó la caída de Pablo Escobar?

En 1993, mientras el Bloque de Búsqueda iba tras los pasos del narco, un cura se acercó a la policía para informar que en una frecuencia de radio podía escuchar a un criminal ordenar la muerte de personas, pero que no se trataba de Pablo Escobar.

Este narco era Juan Camilo Zapata, alias Darío, miembro del cartel de Bogotá, que llamaba todos los días a una bruja para preguntarle por su refugio y si era prudente permanecer allí. Esto fue utilizado por el Bloque de Búsqueda para ensayar la nueva tecnología de rastreo.

Efectivamente, el margen era cada vez menor y Zapata fue dado de baja en una finca de la vereda Villarroca, zona rural de Copacabana, Antioquia. Ahora, solo debían esperar que Escobar cometiera un error para descubrir en dónde se escondía.

Menos de un mes después de la caída de Zapata, Pablo Escobar se extendió en una llamada con su hijo y terminó siendo descubierto en el barrio Los Olivos, en donde fue dado de baja en el techo de la casa aledaña al sitio en el que estaba escondido.