“Nadie puede salir sano y salvo”: así es la encrucijada de Colombia con la guerra de aranceles entre China y Estados Unidos

La creciente guerra comercial entre Estados Unidos y China, encabezada por las políticas proteccionistas del presidente Donald Trump, generó preocupación en diversos sectores internacionales. Los impuestos arancelarios por ambas potencias subieron de gran manera en un corto período, por lo que alcanzó un 145% para los productos de origen chino que ingresan a territorio estadounidense, mientras que el Gobierno del presidente Xi Jinping respondió con gravámenes del 84% sobre bienes estadounidenses.

De esta manera, la disputa comercial, por supuesto, impacta a estas economías, así como también pone en alerta a mercados emergentes como Colombia.

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Frente a esto, el embajador chino en Bogotá, Zhang Liping, expresó en rueda de prensa que las acciones de Washington son consideradas por Beijing como una forma de “presión, amenaza y chantaje”. “Estamos dispuestos a hablar, pero si Estados Unidos sigue imponiendo aranceles, nosotros vamos hasta el final para salvar nuestros intereses”, afirmó el diplomático durante su intervención.

Contrario a lo que podría interpretarse como una posición de resiliencia económica por parte de China, la doctora Ning Leng, experta en política china, comentó que las consecuencias de esta confrontación comercial no son menores para la segunda economía mundial.

Leng enfatizó que “esto significará que China perderá uno de sus mayores mercados de exportación, lo que equivale a decenas, cientos de millones de empleos” . Asimismo, advirtió sobre la fragilidad económica interna que atraviesa el gigante asiático: “No podemos subestimar la mala situación de la economía china”, afirmó.

Las diferencias arancelarias se agravaron con la reciente decisión de la administración Trump de aplicar una pausa de 90 días para los aranceles más altos destinados a algunos países que mostraron intención de negociar. Sin embargo, la prórroga excluye de manera explícita a China, lo que responde a una intención de intensificar la presión sobre Beijing. Así las c osas, se incrementó de manera progresiva la tasa impuesta contra bienes chinos, con lo que se alcanzó el mencionado 145%.

El embajador Zhang, a pesar del panorama adverso, se mostró confiado respecto a la capacidad de su país para sobrellevar las medidas impuestas. Afirmó que “aunque los aranceles de Estados Unidos tendrán impactos en el corto plazo, las políticas de China pueden neutralizar los efectos adversos” .

Ante este escenario internacional marcado por tensiones económicas, las relaciones bilaterales entre Beijing y Bogotá se mantienen como una prioridad, según indicó el embajador Zhang a los medios. Desde la perspectiva, ambos países tienen intereses mutuos en áreas estratégicas como la transición energética, infraestructura e inteligencia artificial.

Según dijo, “esperamos acelerar las negociaciones de la hoja de ruta con Colombia en temas de transición energética, infraestructura, inteligencia artificial y muchos otros temas en los que somos afines”.

Por su parte, hace unos días la ministra de Relaciones Exteriores de Colombia, Laura Sarabia, enfatizó que, si bien se busca diversificar los mercados internacionales, esto no implica reemplazar el comercio con Estados Unidos. Expresó: “Aquí estamos hablando de diversificar mercados, pero la diversificación de mercados en ningún momento va a reemplazar el mercado de los Estados Unidos, sino al contrario, buscar nuevas opciones” .

El telón de fondo de la escalada arancelaria refleja debates más profundos sobre el futuro de la globalización y el multilateralismo. Al respecto, el embajador chino en Colombia hizo un llamado a la comunidad internacional para contrarrestar estas dinámicas divisivas con cooperación multilateral.

“Toda la comunidad internacional debe trabajar para continuar con la globalización y salvar los intereses comunes de todo el mundo. Nadie puede salir de estas circunstancias sano y salvo, debemos fortalecer el multilateralismo”, afirmó Zhang.

Por otro lado, los expertos advierten sobre las implicaciones a largo plazo de esta confrontación entre las dos economías más grandes del mundo. Desde el punto de vista de Ning Leng, este tipo de medidas arancelarias tiene el potencial de fragmentar cadenas de suministro globales y ocasionar pérdidas notables tanto para exportadores como para consumidores.

Es así que, mientras el conflicto arancelario escala y genera repercusiones, Colombia se encuentra en la encrucijada de aprovechar las oportunidades de diversificación comercial impulsadas por Beijing sin comprometer su relación histórica con Washington.