Los peligros de las esmeraldas colombianas: “Es como un salvaje oeste minero”

El asesinato del nuevo ‘zar de las esmeraldas’ ha provocado que las autoridades señalen la posible presencia de grupos delincuenciales en ese negocio

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El nuevo 'Zar de las
El nuevo 'Zar de las esmeraldas' fue asesinado en Bogotá - crédito Ceet/Colprensa

En un hecho que sorprendió a la opinión pública del país, el domingo 6 de abril se registró el asesinato de Jesús Hernando Sánchez Sierra, que era denominado el nuevo “zar de las esmeraldas”, que murió luego de recibir un disparo por un presunto francotirador.

Debido a que en agosto de 2024 se registró el asesinato de Pedro Aguilar o “Pedro Pechuga”, también empresario del sector minero, en una situación similar, las autoridades están investigando si hay algún tipo de conexión entre los dos crímenes y un nuevo auge de violencia por el control del mercado de las esmeraldas en el país.

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Sobre este tema, el exfiscal Alfonso Gómez Méndez indicó a W Radio que se trata de una problemática que comenzó en los 80, pero a pesar de la intervención de las autoridades, se ha mantenido con el paso del tiempo.

“Todo este tema de los esmeralderos comenzó a ser un problema asociado a factores de la delincuencia, inclusive hay una novela vieja. La verdad, desde entonces, la explotación de las esmeraldas comenzó a asociarse a fenómenos de delincuencia, mucho más adelante hubo acuerdos de paz entre ellos, pero luego eso desapareció y siguieron esos asesinatos”.

Sánchez fue asesinado el domingo
Sánchez fue asesinado el domingo 6 de abril - crédito Redes Sociales

En diálogo con Infobae Colombia, el historiador Daniel Espinal afirmó que además de los asesinatos, desde los 80 la minería se convirtió en un negocio en el que está la presencia permanente de las estructuras criminales.

“Ese tema es complejo, la minería de esmeraldas siempre ha sido manejada por la mafia, incluso a las operaciones mineras legales, grupos como el Clan del Golfo les cobran extorsión para poder operar en su territorio. De hecho me acuerdo del caso de una minera China a la que le toco pagarle extorsión al Clan del Golfo”.

El caso mencionado por el historiador se registró en julio de 2024 y terminó con un lío judicial ante los tribunales internacionales en el que el conglomerado chino Zijin Mining Group demandó al Estado colombiano por no protegerlos de los grupos armados durante su intervención legal a una mina.

No es una novedad la
No es una novedad la presencia de grupos armados en este negocio - crédito Colprensa/iStock

Espinal indicó que la minería se ha convertido en una fuente de financiación de los grupos armados, por lo que no es extraño que las Fuerzas Militares destruyan o intervengan en zonas mineras en las que criminales, con ayuda de las estructuras, buscan sustraer los minerales de la zona.

La minería es una buena fuente de financiación para grupos armados ilegales y de ahí se derivan muchas de las dinámicas violentas que se observan, personalmente pienso que el problema es la ausencia de la ley o un ordenamiento que respete los derechos de propiedad de la gente, aquí uno encuentra una mina y es una maldición, si se entera la gente que tienes una mina, de una te vuelven un objetivo”.

Historiador habló de los riesgos
Historiador habló de los riesgos del negocio de las esmeraldas y la minería en Colombia - crédito Jewerly

El historiador responsabilizó al Estado por la violencia y los riesgos que se registran en ese negocio, puesto que no se trata de una problemática nueva.

“Ahí hay otro tema muy interesante que es el de la minería ilegal, en ese gremio de los esmeralderos hay individuos a los que se conocen como “guaqueros”, se meten a las minas de noche a ver si logran robar gemas y venderlas. En los pueblos mineros siempre abunda la prostitución y la droga, también, hay mucha ausencia de ley en esos territorios, es como un salvaje oeste minero”.

Por último, Espinal aseguró que no solo en el negocio de las esmeraldas hay presencia de grupos criminales, sino que es un secreto a voces que la mayoría de minas son dominadas por la delincuencia, mientras las autoridades no intervienen ni toman cartas en el asunto.

Siempre estuvo presente. De una manera o de otra, la criminalidad colombiana siempre ha controlado minerales preciosos, sea el oro, sean las gemas y quién sabe si hasta otras tierras raras. Le cobran vacunas o extorsión a las operaciones legales, pero también financian operaciones ilegales para sacar los minerales con métodos más rápidos y dañinos para el medio ambiente, lo que les importa es extraer los minerales obviamente. Es una fuente de financiación para ejércitos criminales y poder ejercer dominio de los territorios en los que evidentemente no impera la ley”.