Racionamiento de agua en Bogotá podría terminar en abril, anunció el alcalde Carlos Fernando Galán: qué debe pasar para que se logre

El mandatario distrital aseguró que se deberá continuar con el ahorro del líquido en marzo para garantizar que los embalses no bajen sus niveles de afluencia

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Bogotá estaría próximo a superar
Bogotá estaría próximo a superar la crisis de agua por sequía en 2024 - crédito Colprensa

El alcalde de Bogotá, Carlos Fernando Galán, anunció que el racionamiento de agua que afecta a la capital colombiana y a once municipios de Cundinamarca podría llegar a su fin en abril, siempre y cuando se cumplan condiciones específicas para levantar la restricción.

Según indicó el mandatario distrital en una entrevista con el programa Hablemos Bogotá, de Canal Capital, las autoridades están pendientes de que se mantengan las condiciones actuales de ahorro y las afluencias al sistema Chingaza superen el 90 % del promedio histórico.

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Según informó el mandatario, el sistema Chingaza, que abastece de agua a gran parte de la ciudad, cuenta actualmente con 41 millones de metros cúbicos más de agua en comparación con el año 2024, lo que representa un avance en la gestión de la crisis hídrica.

En declaraciones ofrecidas al medio local, Galán explicó que, aunque la situación no está completamente resuelta, los esfuerzos realizados hasta ahora han dado resultados positivos.

Pese a que el sistema
Pese a que el sistema Chingaza continúa con su tendencia a la baja, el alcalde Galán tienen contemplado levantar la medida de racionamiento diario de agua - crédito @Bogotá/X

“El año pasado fue el año más seco en la historia de Chingaza. Las medidas que tomamos el año pasado sabemos que fueron duras, pero fueron necesarias. (…) Si mantenemos el esfuerzo del racionamiento en lo que queda de febrero y marzo, y las afluencias al sistema Chingaza continúan por encima del 90 % del promedio histórico, tendremos posibilidades serias de levantar esto en abril”, afirmó el alcalde en entrevista con Hablemos Bogotá.

El racionamiento de agua, que ya lleva casi un año en vigor, ha sido una medida de choque para enfrentar una de las crisis hídricas más severas en la historia de Bogotá.

Sin embargo, Galán reconoció que esta estrategia no resuelve el problema de fondo y que se requieren soluciones estructurales para garantizar el suministro de agua a largo plazo.

Entre las opciones que se están evaluando, destacó la posible construcción de Chingaza II, un proyecto que aún debe ser analizado en detalle.

Carlos Fernando Galán recalcó en
Carlos Fernando Galán recalcó en que el racionamiento continúa siendo necesario en Bogotá - crédito @CarlosFGalan/X

“El problema de fondo se resuelve definiendo inversiones nuevas, bien sea en Chingaza, por ejemplo. Chingaza II es una opción que hay que analizar. Hay quienes dicen que no, hay quienes dicen que sí, yo digo que técnicamente tomemos la decisión y presentemos a quien haya que presentar las alternativas”, señaló Galán al medio.

Además, el alcalde mencionó la necesidad de mejorar la conexión entre el sistema del norte, Tominé y la planta de Tibitoc, así como de realizar inversiones fuertes en la restauración y conservación de las cuencas hídricas que abastecen a la ciudad.

Según detalló, en alianza con Conservación Internacional y con el apoyo del Fondo Verde del Clima, se destinarán más de 90 millones de dólares para la protección de estas fuentes de agua.

Entretanto, el racionamiento de agua ha tenido un impacto considerable en la calidad de vida de los habitantes de Bogotá y los municipios afectados. Según explicó Galán, la baja en los niveles de los embalses es un fenómeno habitual durante la temporada seca en Colombia, pero el descenso ha sido más lento gracias a las medidas implementadas, como el racionamiento y la operación de la planta Tibitoc.

No obstante, el sistema Chingaza, compuesto por los embalses Chuza y San Rafael, aún enfrenta niveles críticos, con un llenado actual del 40,19 %. Este porcentaje se encuentra cerca del denominado “día cero”, que ocurriría si el nivel desciende al 36 %.

Otro desafío importante ha sido el combate a las conexiones ilegales de agua, que agravan la crisis hídrica. En la localidad de Teusaquillo, por ejemplo, se descubrió que cinco hoteles habían robado un total de 139.000 metros cúbicos de agua, lo que representó un fraude de más de 1.200 millones de pesos.

Cuatro de estos establecimientos utilizaban un sistema conocido como bypass, que permite evadir la medición real del consumo mediante una doble conexión a la red del acueducto, mientras que el quinto hotel tenía un medidor alterado.