Dejó su hogar a los 11 años y se adentró en el Cartucho: el crudo relato de una mujer que logró salir de la “olla”

Vicky Guzmán se inmiscuyó en el consumo y en la venta de drogas desde niña. Allí, fue testigo de asesinatos, prostitución, ilegalidad, violencia y agresiones sexuales. Sus hijas la motivaron a salir de la zona y a vivir lejos de los estupefacientes

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La mujer entró al Cartucho
La mujer entró al Cartucho por primera vez a los 11 años - crédito Jesús Aviles/Infobae

El Cartucho, como fue nombrado el viejo barrio Santa Inés en Bogotá, es recordado como una zona peligrosa y violenta de la ciudad, en donde la venta de estupefacientes y el consumo predominaba, así como la criminalidad, la crueldad, el asesinato y los actos de tortura. Vicky Guzmán, una mujer de 35 años que se adentró en las oscuras calles de lo que fue el Cartucho, confirmó en carne propia las atrocidades que allí ocurrieron.

Según relató en el pódcast Vos Podés, siendo apenas una niña, descubrió un secreto que por años su familia había guardado: quien decía ser su madre, en realidad era su abuela, y quien aseguraba ser su hermana (Paola), resultó ser su mamá biológica. Descubrir la verdad sobre su procedencia la llevó a tomar una actitud de rebeldía, dejando de lado la autoridad que hasta cierto punto ejerció su abuela, a quien hasta el momento sigue considerando su mamá.

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En medio de los cambios que estaba afrontando, dejó su hogar teniendo apenas 11 años y conoció a una mujer, que era la “jíbara de una olla”, es decir, la persona encargada de vender drogas en ciertas calles de la ciudad. Como no tenía dónde vivir, la mujer le permitió quedarse en su casa siempre y cuando recogiera la mercancía que posteriormente la expendedora vendería. Fue entonces cuando entró por primera vez al Cartucho.

En el Cartucho, Vicky Guzmán
En el Cartucho, Vicky Guzmán encontró violencia, prostitución y asesinatos - crédito Muhammad Sadiq/EFE/EPA

El Cartucho es el propio infierno. Se ve de todo, se ve drogadicción, prostitución, se ve de todo lo que quieras encontrar del bajo mundo. Es en Bogotá, en el centro”, detalló Guzmán en el pódcast.

Poco a poco, fue adentrándose en el lugar, conociendo personas y relacionándose con ellas. Luego, cuando la mujer fue víctima de un ataque sicarial que la obligó a dejar el barrio, Vicky Guzmán tomó su rol y empezó a vender estupefacientes que conseguía en el Cartucho. Para entonces tenía 12 años.

Tuvo que mudarse a un paga diario en el centro, donde pagaba $4.000 al día para garantizar su estadía. Sin embargo, su situación empeoró. “Comienzo a robar, comienzo a pedir comida en la calle, comienzo a dormir en la calle (...). Consumía más vicio, ya consumía pegante, llegué a consumir bazuco”, relató.

“Había un perro al lado”: la historia de una violación

La joven fue violentada sexualmente
La joven fue violentada sexualmente por varios hombres en el Cartucho - crédito Fernando Vergara/AP

Uno de los episodios que más marcó su vida fue la violación sexual de una joven de 17 años con la que trabajaba. La adolescente robó su mercancía, por lo que Guzmán no tuvo cómo responder por ella cuando pasó a rendir cuentas. “Me dan una paliza terrible, porque no aparecía la mercancía, no aparecía la plata (...). Me pegan, me reventaron la nariz, la boca, me pegaron en el pecho, este hombre saca un arma para pegarme un tiro en una pierna, pero no me lo pegó, me quemó un brazo”, detalló.

Debía entregar $150.000 para ser agredida nuevamente o asesinada, por lo que recurrió a su mamá biológica para conseguir el dinero. Lo entregó. Sin embargo, el infierno no acabó. A los 15 días, la joven que hurtó la mercancía apareció, y fue sometida a todo tipo de agresiones por parte de varios hombres.

“Le hacen las atrocidades que uno no se alcanza a imaginar (...). Había un perro al lado, y hacen que a ese perro le haga sexo oral, hacen que ella masturbe a ese perro (...). A mí me tocó ver todo eso (...). Comienzan a traer hombres de la calle, indigentes, para que ella les hiciera sexo oral”, contó.

La joven fue agredida sexualmente
La joven fue agredida sexualmente por hurtar mercancía y dinero de la venta de estupefacientes - crédito Luisa González/Reuters

Posteriormente, la joven fue trasladada a un container, donde se cometían todo tipo de agresiones y violaciones. Allí, la víctima fue accedida carnalmente por varios hombres. “La violaron entre cinco, cinco indigentes”, aseveró. Ocho años después, pudo volver a ver a la joven, que se encontraba en “condiciones terribles”.

Lo sucedido con ella fue uno de los detonantes que la llevó a dejar el Cartucho, pero no fue suficiente. Dejó atrás esa vida de riesgo cuando quedó embarazada de su primera hija, a los 15 años. Desde entonces, se ha dedicado a ser madre, a terminar de formarse, a trabajar y a cuidar de sus hijas, evitando estar ausente como su mamá biológica.