Por qué Sebastián Caicedo y Juliana Diez tuvieron un noviazgo en celibato

El actor colombiano Sebastián Caicedo y la empresaria paisa Juliana Diez sorprendieron a sus seguidores al anunciar su matrimonio tras dos años de noviazgo.

La noticia, además de emocionar a sus fanáticos, generó un gran interés debido a la decisión de la pareja de mantener un noviazgo en celibato, algo que ambos justificaron como un acto de fe y compromiso con sus valores religiosos.

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Sebastián y Juliana se comprometieron en octubre de este año, momento en el que muchos seguidores asumieron que la boda se realizaría en 2025. Sin embargo, la pareja sorprendió al celebrar su matrimonio apenas unas semanas después, en una ceremonia privada llevada a cabo en una finca en Llano Grande, Antioquia.

En declaraciones a la revista People en Español, Juliana reveló que, durante su noviazgo, decidieron no tener relaciones íntimas ni convivir antes del matrimonio. Esta decisión, que rompió con las normas sociales actuales, estuvo profundamente influenciada por su fe cristiana. “Desde el momento que nos conocimos fuimos muy claros de que no era un tiempo de ‘a ver qué pasa’. Ahora las relaciones son desechables. Para nosotros era importante tener un norte para saber a dónde nos dirigimos”, explicó Juliana.

La empresaria también compartió que, al no convivir antes del matrimonio, se enfocaron en fortalecer su relación con Dios y en crecer profesionalmente. Además, esta decisión buscaba ser un ejemplo para el hijo de Juliana, de siete años. “Queríamos darle un testimonio claro a mi niño y mostrarle que una relación basada en principios puede ser duradera y significativa”, afirmó.

Sebastián, quien adoptó el cristianismo tras su separación de Carmen Villalobos hace tres años, conoció a Juliana en una iglesia cristiana, donde ambos se involucraron activamente en la congregación. La pareja destacó que su fe fue el pilar fundamental de su noviazgo y, ahora, de su matrimonio. Bajo las enseñanzas de su doctrina, decidieron limitar las relaciones íntimas al ámbito del matrimonio, una práctica común entre los seguidores de esta creencia.

El enlace matrimonial de Sebastián y Juliana fue oficiado por un pastor, como es habitual en las ceremonias cristianas. Este detalle resaltó aún más la importancia que ambos le dan a su fe y cómo esta ha guiado cada paso en su relación.

Juliana también fue enfática al aclarar que su decisión no se trató de seguir una tradición sin sentido, sino de priorizar el crecimiento espiritual y la construcción de un vínculo sólido basado en el respeto mutuo. “Queríamos enfocarnos en lo realmente importante, que es nuestra relación con Dios y entre nosotros”, aseguró.

La decisión de Sebastián y Juliana no es aislada dentro del ámbito cristiano. Otras parejas famosas también han optado por el celibato antes del matrimonio, como Evaluna Montaner y Camilo Echeverry, Lucía Aldana y Pedro Pallares, y Ana María Estupiñán con Mattías Bilyn. Todas estas parejas han manifestado que esta práctica les permitió construir relaciones más profundas y duraderas, centradas en principios y valores compartidos.

El anuncio del matrimonio y los detalles de su relación no pasaron desapercibidos en redes sociales, donde los seguidores de la pareja expresaron su admiración y sorpresa. Mientras algunos aplaudieron su compromiso con sus creencias y su decisión de desafiar las normas actuales, otros se mostraron escépticos o incluso cuestionaron la viabilidad de este tipo de relaciones en la sociedad moderna.

A pesar de las críticas, Sebastián y Juliana han dejado claro que su matrimonio no solo es un testimonio de amor, sino también de fe y dedicación mutua. “Estamos felices de dar este paso y de construir una vida juntos basada en los principios que siempre hemos defendido”, concluyeron.

La historia de Sebastián Caicedo y Juliana Diez representa un ejemplo de cómo las creencias personales y la espiritualidad pueden influir profundamente en las decisiones de pareja. En un mundo donde las relaciones rápidamente desechables se han convertido en la norma, su testimonio se alza como un recordatorio de que el amor y el compromiso pueden tener una base mucho más profunda y significativa.