Sicarios asesinaron a hincha de Atlético Nacional desde una moto: otro hombre se debate entre la vida y la muerte

La euforia por el reciente triunfo del Atlético Nacional se vio empañada por un trágico episodio en Bucaramanga, donde un ataque armado dejó a una mujer muerta y a un hombre gravemente herido. El hecho ocurrió en el barrio Sotomayor, específicamente frente al centro empresarial Altamonte.

En medio de las celebraciones por el campeonato, Paola Andrea Suárez Osorio, de 27 años, murió tras recibir un disparo en la cabeza. El ataque también dejó herido a un hombre de 20 años, que sufrió impactos de bala en el cuello y el rostro. Ambos se encontraban en el lugar cuando fueron atacados por dos hombres que se desplazaban en una motocicleta marca XTZ.

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“Estando en el lugar pasa una motocicleta marca XTZ, en la que se desplazaban dos sujetos. El tripulante sin mediar palabras, desenfunda un arma de fuego y les dispara, dejando a estas dos personas lesionadas”, indicó la Policía Metropolitana de Bucaramanga.

Los heridos fueron trasladados a la Clínica Bucaramanga, donde Suárez ingresó sin signos vitales. El hombre, cuya identidad no ha sido revelada, permanece en la unidad de cuidados intensivos con pronóstico reservado.

Las autoridades han iniciado una investigación para esclarecer los hechos. Aunque inicialmente se habló de un posible caso de intolerancia social, se ha conocido que las víctimas tenían antecedentes judiciales. Según la Policía, registraban anotaciones por violencia intrafamiliar, receptación y tráfico de estupefacientes.

Este antecedente podría ser relevante en el desarrollo de las investigaciones, mientras se busca establecer si el ataque estuvo relacionado con los antecedentes de las víctimas o fue un acto aislado de violencia.

El partido entre América de Cali y Atlético Nacional, correspondiente a la final de la Copa, terminó de manera abrupta debido a los disturbios registrados en el estadio Pascual Guerrero. La Dimayor, ante la imposibilidad de continuar el encuentro por razones de seguridad, decidió dar por finalizado el juego y otorgar el campeonato a Atlético Nacional.

Sin embargo, las consecuencias más significativas podrían recaer sobre el América de Cali, cuyo club enfrentará sanciones severas por los incidentes protagonizados por sus hinchas, que ignoraron las medidas de seguridad previamente establecidas para este encuentro de alta tensión.

La Dimayor y las autoridades deportivas nacionales evalúan posibles sanciones para el equipo caleño, que podrían incluir:

• Multas económicas significativas como penalización por la responsabilidad indirecta en los hechos ocurridos.
• Partidos a puerta cerrada en próximos compromisos oficiales, lo que afectaría no solo a los aficionados sino también a los ingresos económicos del club.
• Restricciones en la asistencia de público visitante o limitaciones adicionales para sus hinchas en futuras competiciones.
• Medidas disciplinarias adicionales, dependiendo de la gravedad de los informes que presenten la policía y los jueces del partido.

El alcalde de Cali ofreció recompensas para dar con lo responsables de los desmanes que opacaron el evento deportivo.

A pesar de las estrictas restricciones impuestas para la final, como la prohibición de ingresar pólvora, trapos y otros objetos peligrosos al estadio, varios aficionados del América de Cali desobedecieron estas normativas, lo que contribuyó al caos dentro del recinto. Las medidas de seguridad también incluían la restricción del ingreso de menores a ciertas tribunas, pero los esfuerzos preventivos no evitaron que la situación se desbordara.

La UNDMO (Unidad de Diálogo y Mantenimiento del Orden) y la Fuerza Pública intervinieron para intentar controlar los disturbios, pero los desmanes persistieron, lo que llevó a los árbitros a retirar a los jugadores de la cancha y suspender el partido. Ante la falta de condiciones para reanudar el encuentro, la Dimayor decidió finalizarlo y proclamar a Atlético Nacional como campeón.

Además de las posibles sanciones, este incidente podría tener repercusiones a largo plazo para el América de Cali, no solo en términos económicos sino también en su relación con los hinchas, patrocinadores y la propia liga. La imagen del club se ve afectada por la falta de control sobre su afición, lo que agrava el problema recurrente de violencia en los estadios colombianos.

Para el fútbol colombiano en general, este tipo de situaciones representa un retroceso en los esfuerzos por devolver la confianza y la convivencia pacífica a los escenarios deportivos. Las autoridades, en conjunto con los clubes, deberán trabajar en estrategias más efectivas para evitar que hechos como estos se repitan.