
Los autos inteligentes serán mejores si las ciudades son inteligentes también. En realidad, la nueva matriz de movilidad del futuro podrá ser eléctrica, a hidrógeno, energía solar, combustibles sintéticos, o todos es junto coexistiendo, por ahora no hay forma de saberlo con certeza. Pero lo que sí es seguro es que todos los autos del mundo en algún momento estarán conectados. Y esa conexión no será solo entre sí, entre auto y auto, sino entre auto e infraestructura. Este tipo de enlace se conoce como V2X, que significa Vehicle to Everything.
No hay dudas ni escapatorias al respecto, porque el único modo de hacer una movilidad autónoma es a través de la conectividad, y para ello, gran parte de los avances llegarán con la propagación masiva del sistema 5G.
Poco tiempo atrás, la ciudad alemana de Lemngo mostró cómo funciona una red de semáforos inteligentes que se encuentra en fase de pruebas para terminar la etapa de desarrollo. Estos semáforos detectan el flujo de tránsito automotor y de peatones, para regular más eficientemente la circulación en las zonas urbanas.

Pero la idea de dotar de Inteligencia Artificial al sistema de señales luminosas de tránsito no es nueva ni exclusiva de una sola empresa. Y así como lo pueden desarrollar compañías de electrónica o comunicaciones, las automotrices también tienen su interés en hacerlo. Ford está haciendo su propio estudio desde 2020 en conjunto con el Ministerio de Transportes de la región de Aachen, también en Alemania, por el cual se intenta crear una red de comunicación entre autos, semáforos y ambulancias, de modo tal que ante un viaje de emergencia médica, las luces de señalización estén siempre en verde para un paso más rápido y seguro, y a la vez no ocasione otros accidentes en los vehículos que comparten las calles en su tránsito habitual.
Esto obliga a extender la red de conexión y acción del sistema no solo a todas las luces viales de las adyacencias, sino conectar también a los autos en las inmediaciones, lo cual demanda de muchos recursos más que solo detectar una ambulancia, y cambiar las luces rojas por verdes y viceversa. El tránsito funciona como un “efecto dominó”, por lo que una acción no coordinada en un punto determinado, puede generar grandes embotellamientos en otro lugar distante por esa misma causa.

La complejidad que tiene un desarrollo de este tipo, es porque además debe contemplar otras variables, incluida la posibilidad de tener dos vehículos de emergencia en una misma zona cercana con direcciones distintas. Y la descripción de vehículo de emergencia aplica mejor que la de ambulancia, porque no solo podría utilizarse para el servicio de atención primaria de salud, sino también para policía o bomberos.
Pensando que el desarrollo sea más efectivo aún, el esquema contempla actuar no solo como aviso en los autos de terceros en la zona adyacente al semáforo, sino electrónicamente. El modo de hacerlo sería interviniendo en el Control de Crucero Adaptativo, de modo que no dependa únicamente de cada conductor el actuar ante el cambio repentino de una luz verde por una roja, sino que los autos, bajo ese modo de conducción, contribuyan por sí mismos disminuyendo la velocidad anticipadamente.

Además, los desarrolladores del sistema consideran que ante un aviso a cierta distancia, quizás no todos los automóviles deban detenerse a cero, sino tal vez con ralentizar la marcha sea suficiente para que la ambulancia pase en verde y el semáforo vuelva a cambiar. Esta variable parece algo innecesaria hoy, porque exigiría que los conductores circulen por las ciudades con el Control de Crucero Adaptativo conectado, cosa que pocos hacen. Pero en realidad, pensando en los vehículos autónomos y su modo de funcionar conectados al 100%, tiene mucha lógica. Es como preparar el terreno para cuando llegue esa tecnología masivamente.
El camino a recorrer todavía es muy largo. Además de la infraestructura, también se debería unificar el “lenguaje” de los autos, para que no sea sólo un sistema que funcione con vehículos Ford. Esto no es tan complejo, aunque requiere acuerdos que no son tan sencillos de lograr. Quizás en un futuro, un sistema universal similar al de Android en la telefonía celular, pueda comunicar a los autos de todas las marcas, o algún modo de compatibilidad entre sistemas lo haga posible.
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