Cómo elegir un restaurante cuando estás de viaje

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No desperdicies tiempo en una trampa para turistas. Cuatro escritores de gastronomía comparten consejos para comer como alguien que conoce bien la ciudad, incluso cuando es tu primera visita.

Cada persona tiene prioridades distintas a la hora de viajar: algunas solo quieren descansar. Otras prefieren pasar unas horas en un museo o llenar la maleta en la zona comercial. Y a algunas nos importa más comer, y comer bien.

De todas esas opciones, decidir dónde comer puede resultar la más complicada: solo hay un Museo del Prado, pero en Madrid hay innumerables bares de tapas. El primer paso es respirar: es imposible visitar todos los restaurantes, cafés o bares excepcionales que ofrece una ciudad en una decena de visitas, y mucho menos en una sola.

En lugar de eso, concéntrate en lo que es importante para ti. La escritora gastronómica y creadora de recetas Carla Lalli Music una vez llegó a planear unas vacaciones enteras en torno a la búsqueda de croissants excepcionales. Anthony Bourdain se dirigía directamente al mercado central de una ciudad desconocida, al que llamaba el mejor lugar para "hacerse una idea de lo que una cultura aprecia más profundamente", y sin duda se ganaba el cariño de algún vendedor y recogía recomendaciones de primera mano.

A mí me gusta pasar mi primera tarde en la ciudad recorriendo la pestaña "Siguiendo" de las redes sociales de una cafetería con estilo. Resulta que las cafeterías cool suelen seguir a restaurantes y bares iguales de cool. Aquí van más consejos de escritores gastronómicos viajeros sobre cómo encontrar buenos lugares para comer, tanto si eres de los que reservan con meses de anticipación como si prefieres improvisar un poco más.

Pregunta a la gente del lugar

Aunque es fácil emitir un juicio rápido sobre un restaurante a partir de las reseñas en Google o Tripadvisor, quienes mejor conocen la escena gastronómica son las personas del lugar, sobre todo esos sitios queridos donde el servicio es excelente, las bebidas están frías y conseguir mesa no es complicado.

Regan Stephens, escritora radicada en Filadelfia y cofundadora del sitio web de guías de viaje Saltete, investiga a los expertos locales antes de salir rumbo al aeropuerto. Recomienda a críticos gastronómicos, autores de libros de cocina o guías de recorridos gastronómicos.

"Busco a las personas que viven en el lugar, que han pasado allí su vida y lo conocen mejor que nadie", dijo Stephens. Los sigue dondequiera escriban: en sus redes sociales, en publicaciones locales e incluso en boletines de Substack.

Si te sientes especialmente valiente, incluso puedes enviarles un correo electrónico o un mensaje directo para preguntar si tienen un mapa de Google o una lista que compartan con amigos y familiares, y la mayoría de las veces la respuesta es afirmativa, dijo Stephens.

Este método también funciona bien en las interacciones cara a cara. Stephens entabla conversaciones informales con un barista, un cantinero o el empleado de una tienda pequeña ("siempre que no estén desbordados de trabajo" y atendiendo a una avalancha de clientes, dijo). Muchos están más que encantados de compartir sus lugares favoritos con un turista amable. Pero su fuente favorita para encontrar comida accesible y deliciosa en una ciudad distinta es otra: los taxistas.

"Si tuvieras que conducir a algún lugar ahora mismo durante tu hora del almuerzo, si estuvieras a punto de salir del trabajo y encontrarte con tus amigos", pregunta, "¿a dónde irías?".

Investiga siempre

Para Lyndsay C. Green, crítica gastronómica y de restaurantes de The Detroit Free Press, buscar restaurantes cuando viaja es su "primer plan de acción en cualquier lugar al que voy", dijo.

Guarda recomendaciones durante todo el año, utilizando la función de marcadores de Instagram para guardar las publicaciones en carpetas organizadas por ciudades. "En realidad, solo intento encontrar dónde va la gente de verdad".

Por ejemplo, Green viaja a la ciudad de Nueva York varias veces al año, por lo que mantiene una lista continua de opciones. "Así puedo consultarla siempre que estoy allí", dijo. Y como ella misma se define como una "improvisadora de último minuto", dijo que mantener una lista en curso, en lugar de empezar desde cero, hace que el proceso de planificación resulte menos estresante. Una o dos semanas antes de aterrizar, Green repasa su lista, hace las reservas y crea una lista o un mapa de Google de los lugares más informales que quiere visitar y que no requieren reservación.

Aprende a identificar una trampa para turistas

No todos los restaurantes turísticos son malos: muchos neoyorquinos aún defienden con entusiasmo el Katz's Deli, con más de un siglo de historia, pese a la fila de forasteros que se extiende por la cuadra a cualquier hora del día.

Pero no todos los restaurantes son Katz's. Stephens, de Saltete, por ejemplo, suele evitar los restaurantes que exhiben fotos de lo que hay en el menú en el escaparate. "Obviamente solo están orientados a los turistas", dijo, "para que les resulte más fácil entrar y elegir, sobre todo si se trata de un lugar fuera de Estados Unidos".

Eric Asimov, columnista de vinos de la sección de Food de The New York Times, es aún más tajante: "Esto puede parecer obvio, pero los restaurantes turísticos abundan especialmente en las zonas turísticas". Sugiere buscar en "barrios menos invadidos por turistas". Evita las zonas alrededor de la Torre Eiffel en París; piensa, en cambio, en el barrio de Montmartre. "Y para evitar esperas, haz reservaciones siempre que sea posible".

Susmita Baral, redactora jefe de viajes de Travel + Leisure, está de acuerdo en que hacer fila para comer --lo que resta tiempo a la exploración-- no es una actividad particularmente agradable.

"Hay que estar dispuesto a esperar y, muchas veces, ¿vale la pena hacer fila para comer?", dijo Baral. "Para mí, no".

Reserva un tour gastronómico

No hace falta ser un detective de internet ni un periodista gastronómico bien conectado para aprovechar al máximo la experiencia culinaria. Baral recomienda reservar un tour gastronómico como parte de tu viaje, a través de plataformas como Experiencias Airbnb. Las visitas guiadas con gente local son una excelente manera de aprender en un entorno informal: "Puedes preguntar qué platos deberías probar, sobre la cocina tradicional o sobre comida local que quizá no sea tan conocida entre viajeros y turistas", dijo.

Un tour gastronómico es también una excelente manera de aprender frases clave y normas de etiqueta local. En un reciente tour gastronómico en Osaka, Japón, Baral no solo probó la escena culinaria de la ciudad, sino que también aprendió cómo desenvolverse como turista. "Nos enseñó a pedir una cerveza en un bar", dijo de su guía. "Nos enseñó cómo alzar la voz y decir 'disculpe'. Y cómo pedir para dos personas en lugar de una".

¿Su único arrepentimiento? No haber reservado el tour el primer o segundo día de su viaje.

Nikita Richardson es editora de la sección de comida del Times.

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