
Varias empresas compiten por desarrollar análisis de sangre para la detección precoz del cáncer. Y aunque ninguna prueba ha sido aprobada por los organismos reguladores federales, los pacientes siguen buscándolas.
En la primavera de 2021, el campo de investigación del cáncer se encendió por un estudio que sugería que un simple análisis de sangre de detección temprana podría encontrar decenas de cánceres distintos, entre ellos muchos para los que no existen pruebas de detección rutinarias.
Cuatro años y medio después, el rumor solo ha aumentado: el fabricante de la prueba, llamada Galleri, publicó nuevos datos que sugerían que su rendimiento había mejorado.
Varias empresas compiten por desarrollar este tipo de análisis de sangre para la detección precoz de múltiples cánceres. Y aunque ninguna de ellas ha sido aprobada por los organismos reguladores federales --y cuestan cientos de dólares--, la gente sigue buscándolas a través de empresas, consultas de consejería e incluso grandes centros académicos.
GRAIL, la empresa que fabrica Galleri, dijo que hasta el momento se habían recetado un total de 420.000 pruebas, frente a las 180.000 hasta el 31 de marzo de 2024. La empresa tiene previsto solicitar la aprobación de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA por su sigla en inglés) el año que viene, y ha gastado millones en cabildeo para conseguir una legislación que autorice a Medicare a cubrir las pruebas.
Pero, a pesar de la demanda, Las investigaciones sobre la eficacia de las pruebas y sobre si los beneficios compensan los posibles perjuicios, como ofrecer una falsa sensación de seguridad, son limitadas. Y el ámbito médico aún no está preparado para interpretar sus resultados, ya que los médicos se preocupan por cómo evaluar los resultados positivos y no están seguros de si el seguro cubrirá las pruebas de seguimiento.
"Parece como si el avión se estuviera construyendo mientras vuela", dijo Cristian Tomasetti, director del Centro de Prevención, Detección Precoz y Seguimiento del Cáncer de City of Hope, un centro oncológico del sur de California.
Qué hacen (y qué no hacen) las pruebas
La idea que subyace a los análisis de sangre de detección precoz es sencilla: cuando el cáncer se detecta antes, suele ser más fácil de tratar.
"Cuando se detecta un cáncer precoz y se puede curar, es estimulante", dijo Elizabeth O'Donnell, quien dirige una clínica de detección temprana de múltiples cánceres en el Instituto Oncológico Dana-Farber de Boston. "Sientes que acabas de hacer algo increíble por alguien, sobre todo en un cáncer que no tiene prueba de detección".
William Hill, bombero de 56 años de Brockton, Massachusetts, se hizo la prueba Galleri el año pasado en una conferencia para bomberos, quienes suelen estar expuestos a una serie de agentes cancerígenos en su trabajo.
Su sangre se envió a un laboratorio de Carolina del Norte, donde se extrajeron fragmentos de ADN y se analizaron en busca de patrones que sugirieran la presencia de cáncer y, en caso afirmativo, de qué tipo.
Dos semanas después, Hill recibió el resultado. Se había detectado una señal de cáncer.
"Esperaba que fuera erróneo", dijo Hill, quien anteriormente había sido tratado de cáncer testicular.
Pero era correcto, se enteró, después de acudir a Dana-Farber para que le hicieran más pruebas y una tomografía computarizada abdominal. Le detectaron un cáncer testicular metastásico. Inmediatamente empezó el tratamiento.
En retrospectiva, Hill se dio cuenta de que el dolor de espalda y las ganas frecuentes de orinar que había estado experimentando antes del análisis de sangre eran consecuencia de una masa que le presionaba el riñón. Pero en aquel momento atribuyó los síntomas a la vejez y a su trabajo.
Es difícil decir si el análisis cambió su evolución a largo plazo. Pero Hill le atribuye el mérito de haber iniciado pronto el tratamiento.
"Si no me hubiera hecho la prueba, probablemente no habría pensado que era cáncer", dijo. "Probablemente habría esperado y la masa de mi abdomen habría crecido aún más".
Casos como el de Hill ofrecen esperanza. Pero aún no hay evidencia de que estas pruebas reduzcan el riesgo de muerte por los cánceres que detectan. Sí existe evidencia para la detección del cáncer de mama, de cuello uterino, de colon y de pulmón, y proviene de grandes ensayos controlados aleatorizados que llevan años.
Los estudios dirigidos por GRAIL y otros fabricantes de pruebas han aportado la mayor parte de la evidencia hasta ahora. En el estudio más reciente de GRAIL, el 99 por ciento de unas 23.000 personas examinadas con Galleri obtuvieron un resultado negativo. Cuatro de cada 10 resultados positivos se consideraron falsos posteriormente. La prueba pasó por alto el 60 por ciento de los cánceres que se detectaron en el plazo de un año y detectó el cáncer el 40 por ciento de los casos.
Dicho de otro modo: "Encontraron menos cánceres de los que no encontraron", dijo Ruth Etzioni, profesora de bioestadística del Centro Oncológico Fred Hutch del estado de Washington, quien estudia la detección precoz.
Joshua Ofman, presidente de GRAIL, dijo en una entrevista que la tasa de falsos positivos de la prueba Galleri era muy inferior a la de algunas pruebas convencionales de detección del cáncer (el 0,4 por ciento de las personas sometidas a la prueba, frente al 10 por ciento de las mamografías, por ejemplo). También dijo que era menos probable que la prueba Galleri detectara cánceres de crecimiento lento que probablemente no causarían daños, aunque actualmente parece haber pocas evidencias independientes que respalden esta afirmación.
Los daños potenciales
GRAIL ha promocionado los datos de su estudio, que muestran que Galleri detectó algo más de la mitad de los cánceres en estadios tempranos. Pero eso es similar a la cantidad de los mismos cánceres que se detectan en esas fases sin la prueba, dijo Etzioni, quien realizó un análisis aproximado, no publicado, de los datos nacionales sobre el cáncer para establecer comparaciones.
Aunque las pruebas detecten los cánceres antes que los cribados convencionales, no está claro que salven vidas. Puede que los cánceres nunca lleguen a ser potencialmente mortales o puede que sean tan agresivos que no respondan al tratamiento, sea cual sea la etapa, dijo Scott Ramsey, director del Instituto Hutchinson de Investigación de Resultados del Cáncer en Fred Hutch.
"Sin conocer la historia natural del cáncer y si detectarlo precozmente altera realmente esa historia natural, sí, parece que vives más, pero puede que solo te hayas dado un periodo extra de preocupación", dijo.
El sobrediagnóstico conlleva la posibilidad de un tratamiento excesivo, que constituye un costo tanto para las personas como para el sistema de salud. Un ejemplo es la prueba del antígeno prostático específico (PSA, por su sigla en inglés) para el cáncer de próstata. En la década de 1990 hubo un entusiasmo considerable por utilizar esta prueba como herramienta de cribado.
"Extirpamos muchas próstatas a hombres con base en las pruebas del PSA y en el hallazgo de un cáncer de próstata en estadio inicial, lo cual los dejó con una vida de impotencia e incontinencia", dijo Ramsey. Pero más tarde, los ensayos mostraron que la cirugía no mejoraba las tasas de supervivencia de los hombres con cánceres menos agresivos, añadió.
Ramsey teme que ocurra lo mismo con los análisis de sangre de detección temprana. A menos que haya un ensayo aleatorizado diseñado para evaluar el efecto sobre la supervivencia, "no vamos a saber" si esos riesgos merecen la pena, dijo. (Actualmente, GRAIL realiza un ensayo controlado aleatorizado de su prueba en Inglaterra. El ensayo no está diseñado para estudiar los efectos sobre la mortalidad; más bien, está diseñado para mostrar el efecto sobre la proporción de cánceres en fase tardía detectados, dijo Ofman).
Además, está el estrés. Alex Krist, médico familiar de la Universidad de la Mancomunidad de Virginia y del Sistema de Salud Inova, participa en un estudio nacional financiado por el Instituto Nacional del Cáncer para evaluar los análisis de sangre de detección precoz. Dijo que las personas se enfrentan inevitablemente a la ansiedad que provoca un resultado positivo, aunque las pruebas de seguimiento no detecten ningún cáncer.
Y los resultados negativos pueden tranquilizar falsamente a la gente.
En 2022, Vershalee Shukla, oncóloga radioterapeuta y cofundadora del Centro Oncológico Vincere de Scottsdale, Arizona, y el capitán Scott Figgins, del Departamento Médico y de Bomberos de Mesa, iniciaron un programa de detección del cáncer para los bomberos de Mesa. Habían solicitado financiación municipal para administrar la prueba Galleri y una subvención de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias para pagar las pruebas de detección más allá de las que suelen cubrir los seguros.
Participaron unas 500 personas. Una prueba dio positivo.
Ofman dijo que GRAIL tenía muy claro que la gente debía seguir con las pruebas rutinarias aunque la prueba de Galleri diera un resultado de "no se detecta ninguna señal de cáncer".
Pero tras los resultados negativos, muchos bomberos tardaron en acudir a sus revisiones adicionales y las postergaron, en algunos casos, durante meses.
"Les dio una falsa sensación de seguridad", dijo Shukla.
El capitán Matt Kobylinski fue uno de los que se sometieron al examen. Trabajó en equipos especiales, incluidos los de materiales peligrosos y rescate técnico, y más tarde se convirtió en oficial de seguridad del batallón. Se hizo la prueba Galleri en un parque de bomberos en febrero de 2022, cuando tenía 45 años. Dio negativo. No volvió para someterse a otras pruebas de detección que formaban parte del programa piloto, incluida una colonoscopia, hasta más de un año después.
"No parecía que fuera muy urgente", dijo el capitán Kobylinski.
Cuando por fin fue a hacerse la colonoscopia, los médicos le detectaron un cáncer de colon en estadio 4. Se sometió a cirugía y a un año de quimioterapia.
El capitán Kobylinski no fue el único. A lo largo de 20 meses, los médicos detectaron 14 cánceres entre los 500 bomberos que habían recibido un resultado negativo en la prueba de Galleri. Estaban estupefactos.
"Todos y cada uno de ellos dijeron: '¿Por qué la prueba de Galleri no detectó esto?'", dijo el capitán Figgins.
Pruebas piloto en grupos de alto riesgo
Por ahora, las asociaciones médicas y los grupos que emiten directrices de cribado no recomiendan las pruebas. Algunos médicos las ofrecen; otros se andan con cuidado y ayudan a evaluar los resultados que los pacientes traen de otros lugares u ofrecen las pruebas solo como parte de una investigación.
En Dana-Farber, O'Donnell está estudiando si las pruebas pueden aportar algún beneficio más allá del cribado tradicional en dos poblaciones de alto riesgo: los veteranos del ejército, que pueden estar más expuestos a agentes carcinógenos, y las personas que tienen un fuerte historial familiar de cáncer o mutaciones cancerígenas heredadas.
El estudio del Instituto Nacional del Cáncer del que forma parte Krist pretende evaluar si es factible un ensayo controlado aleatorizado a gran escala que mida el efecto de la prueba sobre la mortalidad por cáncer, cómo diseñarlo y cómo obtener resultados positivos.
Krist está empezando a recibir preguntas de pacientes sobre la prueba y sobre si deberían hacérsela, dijo. Dice que no, a menos que se sometan a un ensayo clínico.
"No sabemos lo suficiente para saber si esto te va a ayudar", les dice.
Shukla está de acuerdo. Si ella trabajara en atención primaria, examinando a personas sanas y de bajo riesgo, "me preocuparía hacer una prueba excesiva que pudiera causar una complicación", como un seguimiento invasivo, dijo, o que pudiera suponer un costo innecesario para el sistema de salud.
Dejó de utilizar la prueba Galleri en su programa de cribado para bomberos, pero ha añadido otra prueba, Cancerguard, a su programa, que incluye todos los cribados recomendados. Cancerguard busca más tipos de marcadores biológicos que Galleri, por lo que Shukla cree que podría detectar mejor el cáncer antes y en una población más joven.
Tampoco está demostrado. Pero Shukla espera que los datos que recopila puedan ayudar a mejorar las pruebas, y se siente obligada a intentar algo después de perder a un bombero tras otro a causa del cáncer.
"Examino a una población de muy alto riesgo con muchos tipos de cáncer", dijo. "Necesito utilizar toda la tecnología de la que dispongo".
Nina Agrawal es reportera de salud del Times.
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