El hijo del Chapo se declara culpable de secuestrar al ex socio de su padre

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Joaquín Guzmán López admitió haber hecho secuestrar y trasladar a Estados Unidos al otrora intocable capo de la droga Ismael Zambada García, entre otros delitos.

Incluso en los anales tan dramáticos del crimen organizado mexicano, el año pasado causó conmoción que uno de los mayores capos de la droga del país fuera secuestrado por el hijo de su exsocio y trasladado en avión a través de la frontera hasta las manos de agentes federales estadounidenses.

La historia sonaba tan improbable que muchos en México, incluidos algunos funcionarios del gobierno, se mostraron escépticos de que fuera cierta. ¿El otrora intocable capo, Ismael Zambada García, había sido realmente secuestrado por un hombre más joven al que conocía desde hacía años, Joaquín Guzmán López, quien además era hijo del infame narcotraficante conocido como el Chapo?

Pero el lunes, Guzmán López se declaró culpable de un amplio conjunto de cargos entre los que estaban el secuestro de Zambada García, quien ayudó a su padre a establecer el cártel de la droga de Sinaloa, una de las organizaciones de tráfico más rentables del mundo. En una audiencia celebrada en el Tribunal Federal de Distrito de Chicago, reconoció haber convencido a Zambada García para que saliera de su escondite en México y haber hecho que sus socios le colocaran una bolsa en la cabeza y le ataran las manos con abrazaderas de plástico cuando era trasladado via aérea a un aeropuerto de las afueras de El Paso para ponerlo en custodia estadounidense.

La declaración de culpabilidad de Guzmán López fue el golpe más reciente sufrido por el Cártel de Sinaloa, que ha estado sometido a tanta presión por parte del gobierno mexicano y sus adversarios del hampa que el verano pasado formó una alianza estratégica con uno de sus competidores más vilipendiados.

La declaración también se produjo en un momento confusamente contradictorio de la gestión del gobierno de Donald Trump en la guerra internacional contra las drogas. Mientras la Casa Blanca ha aumentado la presión sobre Venezuela en un supuesto esfuerzo por detener el flujo de narcóticos hacia Estados Unidos, Trump anunció el viernes que indultaría a Juan Orlando Hernández, expresidente de Honduras. Hernández fue declarado culpable el año pasado por un jurado estadounidense de aceptar sobornos del Chapo como parte de una conspiración de años para introducir cocaína de contrabando a través de la frontera estadounidense.

La mayoría de los cargos de los que Guzmán López se declaró culpable figuraban en una imputación presentada en Chicago en abril de 2023, en la que se le acusaba de unirse a sus hermanos para hacerse con el control de la facción de su padre del cártel de Sinaloa después de que un juez federal de Brooklyn sentenció al Chapo --cuyo nombre es Joaquín Guzmán Loera-- a prisión de por vida en 2019.

Los fiscales afirman que Guzmán López coordinaba la logística de la organización dirigida por los hermanos, conocidos colectivamente como los Chapitos. Los hermanos están acusados en varios procesos superpuestos de utilizar el soborno y la violencia en una operación de contrabando multinacional que introdujo en Estados Unidos miles de millones de dólares en cocaína, heroína, metanfetamina, fentanilo y marihuana desde 2008, cuando el Chapo aún estaba en el poder.

En julio, el hermano de Guzmán López, Ovidio Guzmán López, se declaró culpable de cargos similares en Chicago, reconociendo su papel en la supervisión de la distribución de fentanilo en particular. Como parte de su acuerdo con el gobierno, aceptó cooperar con los fiscales federales, aunque sigue sin estar claro qué información ha proporcionado.

En la audiencia del lunes, los fiscales revelaron que Joaquín Guzmán López también ha cooperado con ellos. Recomendaron a la jueza que supervisa el caso, Sharon Johnson Coleman, que cumpliera al menos 10 años de prisión.

Tras la audiencia, Jeffrey Lichtman, abogado de Guzmán López, dijo que el acuerdo de 10 años no era inamovible.

"No sé en qué acabará", dijo Lichtman. "Esto es muy pronto, así que me resulta difícil hacerme una idea de cómo acaba".

Los otros dos hijos del Chapo, Iván Archivaldo Guzmán Salazar y Jesús Alfredo Guzmán Salazar, siguen prófugos en México, donde han sido buscados sin descanso tanto por las autoridades legítimas como por los vástagos y aliados de Zambada García. Durante el verano, los hermanos llegaron a un acuerdo extraordinario con sus antiguos rivales del Cártel Jalisco Nueva Generación, esencialmente intercambiando territorio criminal por protección frente a sus enemigos.

Otros altos mandos del cártel también enfrentan cargos en Estados Unidos. Entre ellos se encuentran José Ángel Canobbio Inzunza y Néstor Isidro Pérez Salas, ambos miembros experimentados encargados de la supervisión de la seguridad de los Chapitos.

Aunque los cargos de narcotráfico en la declaración de culpabilidad de Guzmán López eran significativos, palidecían en dramatismo cinematográfico frente a las acusaciones en torno al secuestro de Zambada García. Conocido como el Mayo, Zambada García había sido durante mucho tiempo uno de los hombres más buscados de México y había escapado a la captura en innumerables ocasiones en los últimos años, evadiendo a las autoridades estadounidenses y mexicanas.

Valiéndose de sus conexiones familiares, Guzmán López persuadió a Zambada García para que bajara de uno de sus escondites en las montañas de Sinaloa en julio de 2024 a lo que suponía que sería una reunión para resolver una disputa entre políticos locales. Guzmán López tendió entonces una emboscada al hombre mayor, lo drogó con sedantes y lo llevó en un avión turbohélice al otro lado de la frontera, donde fue detenido por agentes estadounidenses que lo esperaban.

El acuerdo de culpabilidad de Guzmán López indicaba que el gobierno estadounidense no "solicitó, indujo, sancionó, aprobó ni consintió" el plan de secuestro. Sin embargo, tuvo lugar después de que Guzmán López se pusiera en contacto con el FBI a través de un canal secreto, según una persona directamente familiarizada con el asunto, quien lo comentó bajo condición de anonimato.

Andrew Erskine, ayudante del fiscal estadounidense que trabaja en el caso, dijo que Guzmán López había esperado que el secuestro les brindara a él y a su hermano Ovidio un crédito ante el gobierno que pudiera dar lugar a sentencias favorables. Pero Erskine dijo a la jueza Coleman que ninguno de los dos obtendría crédito alguno por secuestrar a Zambada García.

Alan Feuer cubre extremismo y violencia política para el Times, centrándose en los casos penales relacionados con el ataque del 6 de enero al Capitolio y contra el expresidente Donald Trump.