La palabra del año del diccionario Oxford es 'rage bait'. Y te podría hacer enojar

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El Oxford English Dictionary busca identificar términos nuevos o emergentes que tengan alguna relevancia social y cultural. En 2025, la indignación está bajo el reflector.

En meses recientes, Jennifer Lawrence, los fans de la Serie Mundial y algunos influentes de derecha han confesado haber caído. Y ahora, los responsables del Oxford English Dictionary se han sumado a la tendencia.

Oxford University Press ha elegido rage bait --literalmente, 'cebo de ira'; un término definido como "contenido en línea diseñado deliberadamente para provocar ira o indignación siendo frustrante, provocativo u ofensivo"-- como su Palabra del Año 2025.

Rage bait, que triunfó sobre biohack ('hackeo biológico') y aura farming ('cultivo del aura'), dos términos más optimistas, se remonta al menos a 2002, cuando apareció en una publicación de un grupo de discusión de Usenet para describir un tipo específico de reacción de un conductor al ser deslumbrado por las luces altas de otro que quiere rebasarlo. Desde entonces, se ha convertido en un término cada vez más común para una forma de comportamiento en línea que busca llamar la atención.

El año pasado, según los datos de Oxford, la frecuencia de uso se multiplicó por tres. La palabra compuesta abierta de dos sílabas cae con fuerza contundente. También provoca un "ajá" inmediato.

"Aunque la gente no la haya oído nunca, de inmediato sabe lo que significa", dijo en una entrevista Casper Grathwohl, presidente de Oxford Languages. "Y quieren hablar de ella".

La Palabra del Año de Oxford, que comenzó en 2004, se basa en evidencias de uso obtenidas de su corpus, en continua actualización y compuesto por unos 30.000 millones de palabras recopiladas de fuentes de noticias de todo el mundo angloparlante. La idea es identificar palabras nuevas o emergentes que tengan alguna relevancia social y cultural, respaldadas por datos.

Como en los últimos años, los expertos de Oxford eligieron una lista corta y luego invitaron al público a opinar. Este año, hubo un nuevo giro: los contendientes se convirtieron en candidatos personificados, que hacían campaña en videos verticales realizados por el estudio creativo Uncommon. (Ejemplo: "Lo que a rage bait le falta de empatía, matiz o clase, lo compensa con absolutamente nada").

El término ganador fue elegido por el comité de Oxford, basándose en la votación (más de 30.000 personas participaron), la conversación pública y el análisis de datos.

"El objetivo de la Palabra del Año es animar a la gente a reflexionar sobre dónde estamos como cultura, quiénes somos en este momento, a través de las palabras que utilizamos", dijo Grathwohl. "La idea es crear conversación".

A lo largo de los años, las ganadoras han sido selfie ('selfi', 2013), post-truth ('posverdad', 2016), toxic ('tóxico', 2018) y vax (una abreviación de 'vacuna', 2021). En los últimos años, han tendido a tener un marcado aire de la generación Z, muy de internet.

Algunos ganadores, como rizz (una abreviación de 'carisma') de 2023, le dan una nueva chispa a algo familiar. "A veces se trata del placer intangible de decir y pronunciar una palabra", señaló Grathwohl.

Otros, como el ganador de 2024, brain rot ('podredumbre cerebral', el supuesto deterioro de la capacidad mental provocado por el consumo excesivo de contenidos triviales en línea), describen una nueva experiencia que muchos sienten sin saber cómo llamarla. E independientemente de si la "podredumbre cerebral" es real o no, la palabra ha seguido cobrando fuerza y su uso sigue aumentando.

Las finalistas de este año, dijo Grathwohl, reflejan la forma en que el año 2025 se ha definido por "preguntas sobre quiénes somos realmente, tanto en línea como en el mundo", y la forma en que el internet nos manipula emocionalmente y nos permite manipular a los demás.

Aura farming, definido como el cuidadoso "cultivo de una imagen o personalidad impresionante, atractiva o carismática", surgió hacia 2023, según la investigación de Oxford. Su uso casi se duplicó el año pasado, y en julio se disparó impulsado por un video viral de un joven indonesio bailando una danza motivadora en la proa de un barco de carreras.

Desde el punto de vista lingüístico, combina un préstamo del latín de carácter algo místico, aura, con una palabra del siglo XV relacionada con el cultivo de cosechas. "Lo que me encanta es la unión de lo banal y lo sublime", dijo Grathwohl.

Biohack, un verbo que describe los intentos de "mejorar u optimizar el rendimiento físico o mental, la salud, la longevidad o el bienestar", se registró por primera vez hacia 2011. Su uso también se duplicó el año pasado, ayudado por la creciente conversación entre "broligarcas" --como los denomina Grathwohl-- y otras personas poderosas. (Destacó un incidente en septiembre, cuando Vladimir Putin y Xi Jinping fueron captados por un micrófono abierto hablando de trasplantes de órganos y de la posibilidad de vivir hasta los 150 años).

Rage bait apareció en los titulares a principios de noviembre, luego de que Jennifer Lawrence confesara que había creado una cuenta anónima en TikTok para poder pelear con fanáticos del cine. Y es algo que incluso a los lexicógrafos se les ha acusado de promover.

En 2015, cuando Oxford eligió el emoji con lágrimas de alegría, algunos amantes de las palabras tradicionales no estuvieron precisamente contentos.

"La gente se apasiona tanto que no hay forma de evitar provocar la ira de una parte del público amante de las palabras", dijo Grathwohl. "Elijamos lo que elijamos, en internet un montón de gente se va a enfurecer".

Jennifer Schuessler es reportera de la sección Cultura del Times y cubre la vida intelectual y el mundo de las ideas.