Un descanso de las redes sociales podría ayudar a la salud mental

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En un nuevo estudio, disminuir el uso de las redes sociales durante una semana redujo los síntomas de ansiedad, depresión e insomnio en adultos jóvenes. No estaba claro cuánto durarían los efectos.

Disminuir el uso de las redes sociales durante una semana redujo los síntomas de ansiedad, depresión e insomnio en adultos jóvenes, según un estudio publicado el lunes en la revista JAMA Network Open.

Los investigadores dieron seguimiento a 295 voluntarios, de entre 18 y 24 años, que optaron por tomarse un descanso de las redes sociales. Con instrucciones de evitarlas en la medida de lo posible, en promedio, el grupo redujo su tiempo de uso a media hora diaria, de poco menos de dos. Antes y después, los participantes respondieron a encuestas que medían la depresión, la ansiedad, el insomnio, la soledad y una serie de comportamientos problemáticos en las redes sociales.

En general, informaron cambios positivos: en promedio, los síntomas de ansiedad disminuyeron un 16,1 por ciento; los de depresión, un 24,8 por ciento; y los de insomnio, un 14,5 por ciento. La mejora fue más pronunciada en los sujetos con depresión más grave. Al mismo tiempo, no hubo cambios en la soledad reportada, quizá, según los autores, porque las plataformas desempeñan una función social constructiva.

John Torous, profesor adjunto de psiquiatría de la Facultad de Medicina de Harvard y coautor del estudio, dijo que reducir las redes sociales "desde luego no sería tu primera línea ni tu único tratamiento", pero el estudio demostró que podría ser útil como tratamiento complementario.

"Si estás luchando contra un trastorno de salud mental y ya tienes tratamiento", dijo, "probablemente valga la pena experimentar para ver si reducir las redes sociales te ayuda a sentirte mejor".

Torous pidió cautela a la hora de interpretar los resultados como consejos de tratamiento. Los sujetos se habían prestado voluntariamente a la desintoxicación y, para empezar, tenían síntomas mínimos de salud mental, por lo que la magnitud de la mejora no era drástica. Además, dijo que existía una "tremenda heterogeneidad en las diferencias de respuesta" y que no todos se beneficiaron.

"Los promedios son alentadores", dijo, "pero definitivamente no cuentan toda la historia, la varianza era tan tremenda".

Torous, quien dirige una clínica de salud mental digital en el Centro Médico Beth Israel Deaconess de Boston, dijo que sintió curiosidad por los efectos de la reducción del uso de las redes sociales porque muchos de sus pacientes en edad universitaria afirmaron haberse beneficiado de las pausas en las redes sociales.

Cuando buscó bibliografía de investigación sobre el tema, la encontró "confusa" y "dispar". Su equipo decidió iniciar un estudio utilizando el "fenotipado digital", un método que recoge información en tiempo real sobre el comportamiento de los sujetos a través de sus dispositivos.

Dijo que los jóvenes se presentaron con entusiasmo como voluntarios para el estudio, por el que se pagaban 150 dólares. "La gente está interesada por naturaleza, lo que creo que es una buena señal", dijo. Se pidió a los participantes que dejaran de utilizar Facebook y X, lo que en su mayoría hicieron con éxito, dijo, y también Instagram, TikTok y Snapchat, lo que resultó más difícil.

El beneficio para la salud mental parecía provenir de evitar conductas problemáticas en las redes sociales, como el uso adictivo y la comparación social negativa, más que de un cambio en el tiempo total frente a la pantalla, dijeron los autores. De hecho, los participantes, en promedio, pasaron algo más de tiempo con sus teléfonos durante la semana de desintoxicación.

Las conclusiones aterrizan en medio de un intenso debate académico sobre si el tiempo excesivo frente a la pantalla causa problemas de salud mental.

Un grupo de psicólogos, entre ellos el psicólogo social Jonathan Haidt, ha identificado los celulares como la causa del deterioro de la salud mental entre los jóvenes, y muchas comunidades ya han tomado medidas para limitar el uso de las redes sociales o el tiempo frente a la pantalla, especialmente durante el horario escolar.

Al mismo tiempo, muchos especialistas han pedido cautela a la hora de concluir que el tiempo frente a la pantalla es un factor central del deterioro de la salud mental, y afirman que los estudios han arrojado resultados dispares y que lo que parece importar es lo que los jóvenes hacen en internet, no cuánto tiempo pasan en línea.

Varios psicólogos dijeron que el nuevo estudio tenía un valor limitado porque su diseño permitía sesgos.

No se trató de un ensayo controlado aleatorio, en el que los sujetos fueran asignados a un grupo de tratamiento (uno que redujera el uso de las redes sociales) y a un grupo de control (uno que continuara con sus hábitos habituales en las redes sociales). En su lugar, los participantes optaron por tomarse un descanso de las redes sociales, y es posible que anticiparan una mejoría.

"Los sujetos habrían sabido cómo se esperaba que se comportaran, y probablemente solo habrían cambiado sus respuestas en consecuencia", afirmó Christopher Ferguson, profesor de psicología de la Universidad de Stetson, quien no participó en el estudio. Sin comparación con un grupo de control, añadió, "estas cifras literalmente carecen de sentido".

En un periodo de "pánico moral tecnológico", dijo, los estudios que encuentran un efecto reciben mucha más atención que los que no, algo que, según dijo, podría "distorsionar las percepciones del público."

Candice L. Odgers, profesora de ciencias psicológicas en informática de la Universidad de California, quien no participó en el estudio, dijo que no era de extrañar que "si constantemente le decimos a la gente que las redes sociales son malas para ellos y que tomarse un descanso es bueno, y luego les pedimos que se tomen un descanso y nos cuenten cómo se sienten después, esto es lo que vemos".

Pero otros se mostraron cautelosamente optimistas sobre los resultados. Mitch Prinstein, director científico de la Asociación Psicológica Estadounidense, que no participó en el estudio, dijo que los hallazgos se sumaban a las pruebas existentes de que, en promedio, "la depresión, la ansiedad y la soledad suelen disminuir" en quienes abandonan las redes sociales durante un tiempo.

Las pausas en las redes sociales son "una solución sencilla y gratuita que parece conducir a una rápida mejoría", a diferencia de la psicoterapia, que puede tardar semanas en surtir efecto, dijo Prinstein. "Se trata de una solución que empoderará a la mayoría de los padres y a los propios jóvenes", dijo. "Utilicen mucho menos las redes sociales, y hay una posibilidad razonable de que los jóvenes empiecen a sentirse mucho mejor".

Aun así, estudios anteriores que intentaban cuantificar los efectos de las "desintoxicaciones digitales" han arrojado resultados dispares. Ferguson publicó el año pasado un metaanálisis de 27 experimentos que relacionaban las pausas en los medios sociales con la salud mental, y concluyó que el efecto medio era "estadísticamente no diferente de cero". Una revisión de 10 estudios publicada en marzo en Scientific Reports tampoco halló efectos.

Otro metaanálisis que examinó 32 experimentos de este tipo, publicado este año en la revista SSM-Mental Health, concluyó que la restricción de las redes sociales "produce efectos positivos significativos pero pequeños sobre el bienestar subjetivo".

Torous atribuyó la variación a la baja calidad de los estudios de investigación existentes. Expresó su esperanza de que futuras investigaciones permitieran a los profesionales de la salud adaptar las pausas de las redes sociales a las personas que se beneficiarán de ellas. No se mostró entusiasmado con la prohibición total del uso de redes sociales, ya que "podría tener consecuencias no deseadas".

"Desde luego, es posible prohibirlas, pero ese es un planteamiento muy plano y brusco, al menos para la salud mental", dijo.

Los académicos que han pedido límites estrictos al uso de las redes sociales recibieron el nuevo estudio como prueba de que es necesario actuar con rapidez. Jean Twenge, profesora de psicología de la Universidad Estatal de San Diego, quien no participó en el nuevo estudio, lo describió como "el más reciente en demostrar que reducir el uso de las redes sociales puede tener beneficios para la salud mental".

Dado que las mejoras fueron más notables en personas que ya estaban deprimidas, dijo, el hallazgo "sugiere que reducir el uso de las redes sociales durante una o dos semanas puede ser un tratamiento eficaz para las personas que luchan contra la depresión."

Twenge, autora de 10 Rules for Raising Kids in a High-Tech World, dijo que el estudio ayudaba a descartar el antiguo argumento de que las personas con problemas de salud mental simplemente utilizan más las redes sociales.

Señaló, sin embargo, que eran necesarias más investigaciones para arrojar luz sobre si los efectos eran duraderos. "La clave sería ver durante cuánto tiempo puede la gente mantener un uso moderado de las redes sociales", dijo. "Si vuelven a los viejos hábitos, la desintoxicación no tendrá efectos duraderos".

Ellen Barry es reportera del Times y cubre salud mental.