Haití celebra su primera clasificación al Mundial en 50 años

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El triunfo de la selección nacional que le consiguió un puesto en la Copa dio a los haitianos de todo el mundo un respiro momentáneo de las profundas crisis de su país.

Mientras Delmas Oslet observaba cómo la selección nacional de fútbol de Haití conseguía su primera clasificación para la Copa Mundial en cinco décadas, dijo que estaba lleno de "felicidad, felicidad, felicidad".

Pero también había notas de dolor.

Oslet, de 49 años, abandonó Haití en busca de una vida mejor hace más de 20 años debido a la inestabilidad social. No podía evitar pensar ahora, dijo, en los cientos de miles de personas que habían huido desde entonces.

Algunas partieron en busca de oportunidades, ya que Haití sigue siendo el país más pobre del hemisferio occidental. Otras se marcharon tras desastres continuos, como los terremotos y los huracanes. Y muchas huyeron de una larga crisis de violencia de pandillas que no ha dejado de empeorar desde 2021 y que ha expulsado de sus hogares a más de un millón de haitianos, según cifras de Naciones Unidas.

"La victoria del equipo no resolverá los profundos problemas de la sociedad haitiana", dijo Patrice Dumont, exsenador haitiano quien es comentarista de fútbol desde hace mucho tiempo. "Eso lo sabemos. Pero es un alivio. Es fundamental para nosotros. Incluso con hambre, se puede estar orgulloso. El hambre no prohíbe la alegría".

Dijo que las celebraciones tras la victoria del martes le recordaron a las de cuando Haití clasificó a su otro único Mundial, en 1974, cuando él tenía 15 años. La diferencia ahora, dijo, es la profunda "crisis multidimensional" del país.

Debido a la violencia, la selección de Haití no ha jugado en su país desde 2021 --el estadio nacional fue ocupado por grupos armados el año pasado-- y, en su lugar, se ha adaptado a una vida de viajes. La mayoría de sus partidos en casa se han jugado en la isla de Curazao, donde Oslet vive y dirige un negocio de cáterin de comida haitiana.

"En la vida siempre ocurren cosas", dijo. "Y como el equipo ha ganado, estamos muy contentos". (Curazao, por su parte, clasificó por primera vez al Mundial).

Muchos haitianos expresaron su alegría por la victoria 2 a 0 sobre Nicaragua, que garantizó a Haití un lugar en la Copa Mundial de 2026, cuyos anfitriones son Estados Unidos, México y Canadá.

Las celebraciones en Haití, incluida la capital, Puerto Príncipe, devastada por la violencia, se prolongaron durante muchas horas, dijeron los haitianos. "Fue una especie de carnaval", dijo Jenel Loubeau, de 27 años, entrenador de fútbol juvenil en Les Cayes, ciudad del sur de Haití.

Vio el partido en una pantalla gigante instalada en el centro de la ciudad y lloró de felicidad al ver los resultados, dijo. "Fue magnífico".

Los haitianos calificaron las celebraciones como un raro estallido de alegría dada la crisis de seguridad en gran parte de Haití, donde las pandillas se han aprovechado del vacío de poder dejado por el asesinato en 2021 de su último presidente electo.

Una fuerza contra las pandillas formada por policías y soldados internacionales, en su mayoría procedentes de Kenia, ha conseguido algunas victorias, pero no ha logrado sofocar la propagación de la violencia a zonas situadas fuera de Puerto Príncipe.

Algunos haitianos dijeron que la selección nacional de Haití ha llegado a parecerse a la diáspora, que incluye a más de un millón de personas solamente en Estados Unidos. Varios de los jugadores más jóvenes de la selección nunca han jugado con el equipo en Haití, y algunos son haitianos nacidos en el extranjero.

"Mucha gente de ascendencia haitiana no ha pisado nunca o puede que nunca pise Haití, y esto podría ser lo más cerca que algunas de estas personas estén de una experiencia haitiana", dijo Winy Bernard Bertin, de 48 años, consultora de mercadotecnia haitianocanadiense que vive en Ciudad de México.

Ella y su marido, Clifford Bertin, de 50 años, artista nacido en Nueva York de padres haitianos, llevan toda la vida viviendo de forma intermitente en Haití. Están emocionados desde el martes.

"La alegría que el deporte aporta a una nación y a su diáspora es algo importante que hay que celebrar, sin olvidar que se trata de algo muy minúsculo en una olla de muchas cosas muy difíciles", dijo Bernard Bertin.

Desde el martes, han llovido felicitaciones de todo el mundo, como las del presidente de la FIFA Gianni Infantino, el músico haitiano Wyclef Jean y Laurent Saint-Cyr, jefe del Consejo Presidencial de Transición de Haití. (Los videos difundidos en las redes sociales parecían mostrar incluso a un conocido jefe de una pandilla celebrándolo).

La presión no pasa desapercibida para los miembros del equipo. "Podemos hacerlos llorar de alegría", dijo un jugador haitiano, Duckens Nazon, en un discurso en el vestuario. "Démosles eso, como mínimo".

Para un haitiano, Robert Fatton, profesor jubilado de la Universidad de Virginia, incluso el momento de la victoria del equipo fue apropiado: el 18 de noviembre fue el aniversario de la Batalla de Vertières de 1803, cuando los rebeldes haitianos derrotaron a los soldados franceses durante la Revolución haitiana. (El equipo se apoda los Granaderos, en honor a los soldados revolucionarios).

"Estaba tan emocionado como nunca", dijo Fatton, de 70 años.

Haití, que clasificó en el puesto 84 del mundo, se enfrentará a un camino difícil durante el Mundial del próximo verano. Aún no se han determinado sus rivales ni dónde jugará.

Para Loubeau, el entrenador de fútbol juvenil, eso no importaba. Después de ver a otros países en el mayor escenario durante tanto tiempo, dijo, estaba orgulloso de "ver a mi país por televisión en la Copa del Mundo".

David C. Adams, André Paultre y Maria Abi-Habib colaboraron con reportería.

James Wagner cubre noticias y cultura en América Latina para el Times. Radica en Ciudad de México.

David C. Adams, André Paultre y Maria Abi-Habib colaboraron con reportería.